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Un médico experto avala la incineración como tratamiento «del futuro»

Un médico experto avala la incineración como tratamiento «del futuro»

Orfila ha dado una conferencia sobre 'Incineración, Medio Ambiente y Salud', dentro del ciclo organizado por la Diputación guipuzcoana

efe

Jueves, 16 de junio 2016, 15:18

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El médico Jaime Orfila, experto en gestión de residuos en Mallorca, ha defendido este jueves la incineración de basuras no reciclables como el tratamiento "del futuro" y ha asegurado que en la isla, donde funciona una planta desde hace 20 años, "hay una paz social absoluta" en torno a este asunto.

Orfila, Jefe de Medicina Interna del Hospital Son Espases de Palma y miembro de la Comisión de Seguimiento del Plan Integrado de Residuos Urbanos de Mallorca, ha dado en el Kursaal de San Sebastián una conferencia sobre "Incineración, Medio Ambiente y Salud", dentro del ciclo organizado por la Diputación guipuzcoana en el proceso de participación previo a la elaboración de su nueva planificación.

El médico internista, que formó parte en 2005 del comité de expertos creado en Gipuzkoa para la implantación del PIGRUG, ha admitido que "las políticas de residuos son problemáticas en todo el mundo".

«Las polémicas» sobre basuras en Baleares

Ha destacado que "las polémicas" sobre basuras en Baleares han sido "antagónicas" a las de Gipuzkoa, pues existe "una confianza plena" en su incineradora y las protestas ciudadanas se han dado por los problemas que generan los vertederos.

Tras constatar que el consenso es casi total en cuanto a la necesidad de potenciar la reducción, reutilización y reciclaje, ha dicho que "queda cierto ámbito de ambivalencia en el manejo de los rechazos", los desechos no reciclables, en lo que las políticas se dividen entre las que apuestan por el vertido y las que prefieren "la revalorización energética" con la incineración.

Según ha explicado, en Mallorca desde hace casi 20 años hay un plan de gestión de residuos "muy bien tomado por la población" y cuyo rechazo o fracción resto va a la incineradora de Sonreus, una planta inaugurada en 1997 con 2 líneas, ampliadas hace 5 años a 4. En Baleares, "las polémicas han sido totalmente antagónicas a las de aquí", ha asegurado en alusión a las protestas surgidas cuando la planta "se quedó pequeña para dar respuesta a todo el rechazo". "Los vertederos de espera para la incineración generaron una respuesta ciudadana muy intensa", ha destacado.

Ha subrayado también cómo la incineradora mallorquina ha dado "respuesta temporal" a algunas "limitaciones" de otras islas como Ibiza o Menorca, cuando sus vertederos tuvieron que afrontar "reformas o ampliaciones" para solventar "problemas de contaminación de capas freáticas y acuíferos". Jaime Orfila ha indicado que la Comisión de Seguimiento ciudadana de la gestión de basuras de Mallorca, de la que él forma parte, está integrada por asociaciones de pacientes, colegios profesionales, ayuntamientos y otras entidades, que "analizan anualmente toda la producción, emisiones y caracterización de los residuos".

"Esto ha generado una fidelización muy importante" de la población -ha añadido-, que tiene "la tranquilidad de que su plan es avanzado y modélico, y está ampliamente satisfecha".

Ha reconocido no obstante que partían de "una época en la que había 70 vertederos en la isla que entraban en combustión varias veces al año", lo que generaba numerosos problemas.

Inicios con cierta inquietud social

Ha admitido que en sus inicios, la planta de Sonreus generó cierta inquietud social, pero "se solventó con diálogo, foros de expertos y consenso", el cual "no se ha interrumpido en 20 años".

A ello contribuye, según ha subrayado, que la infraestructura desarrolla una intensa actividad de visitas de educación ambiental, a que "tiene una colaboración extrema con todo el entorno" y la empresa que lo explota ofrece información en internet sobre emisiones de gases y metales, y de otros parámetros, a disposición de cualquiera.

Sobre el efecto nocivo para la salud que denuncian los opositores al proyecto de la incineradora de Zubieta, ha dicho que la planta mallorquina está ubicada a 500 metros de un núcleo urbano, a unos 5 kilómetros de Palma de Mallorca y a 3 o 4 del hospital en el que él mismo ejerce.

La Cátedra de Química Orgánica de la Universidad de las islas hace además "un seguimiento técnico" de las emisiones y de los compuestos que quedan en el suelo, "de dioxinas, furanos y otros compuestos tóxicos persistentes", datos que pone en conocimiento periódico de la comisión de seguimiento ciudadana, ha concluido.

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