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Las aceras miden 90 centímetros de ancho en algunos tramos.
Una travesía «de alto riesgo»

Una travesía «de alto riesgo»

Vecinos de Intxaurrondo denuncian las «deficiencias» que sufre el paseo de Zubiaurre

JORGE F. MENDIOLA

Sábado, 23 de abril 2016, 13:31

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Los vecinos de Intxaurrondo han dado la voz de alarma. El paseo de Zubiaurre, un vial de doble sentido que conecta este barrio con Gros y que en horas punta registra un tráfico propio de las grandes avenidas, sufre una serie de «deficiencias» en materia de seguridad que afectan tanto a los peatones como a los vehículos que lo transitan.

Para documentar sus advertencias y hacérselas llegar al Ayuntamiento, han elaborado un informe que detalla los principales problemas que presenta el tramo comprendido entre el túnel de Jai Alai y la calle Fernando Sasiain, el más conflictivo, ya que añade a la coctelera un cambio de rasante y una doble línea continua que «no siempre se respeta».

Según explican, en este primer tramo del paseo de Zubiaurre, la calzada pasa de tener una anchura de tres carriles a dos, confluencia en la que se dan «constantes situaciones de peligro» al estar el carril de subida «orientado directamente» hacia la acera en el momento de estrecharse. Este punto está además en pendiente y próximo a un cambio de rasante pronunciado en el que a primera hora de la mañana -y coincidiendo con la asistencia de los niños a las ikastolas, colegios y guarderías del entorno- el «deslumbramiento» que causa el sol a los conductores en sentido Intxaurrondo hace que la travesía sea «realmente de alto riesgo», denuncian.

La acera -prosigue el informe- llega a estrecharse hasta tener «menos de 90 centímetros» contando los 12 centímetros de bordillo, es decir, apenas 78 centímetros de baldosa. «Para que nos hagamos una idea, es aproximadamente la anchura de la puerta más estrecha del mercado que la actual normativa permite instalar en un trastero», argumentan. Los vecinos recuerdan que los carritos de los niños rondan los 60 centímetros de anchura, lo que deja pasos «con solo 8 centímetros a cada lado», siendo uno de ellos la calzada, y el consiguiente riesgo cuando se cruzan dos peatones.

El problema de las aceras «no sólo radica en su estrechez», sino también en que las numerosas salidas de garaje que existen desde fincas particulares, provocan que la acera esté rebajada hacia la carretera con una pendiente «excesiva» a consecuencia precisamente de su escasa anchura: «Si llevas un coche de niños o silla de ruedas, la propia acera te echa a la carretera y tienes que andar muy pendiente de no acabar con la sillita de niños o con la silla de ruedas en la calzada». En el acceso desde la calle Aldapabide ocurre lo mismo, con el «agravante» de que la baldosa «resbala cuando llueve».

Señalan que la incorporación desde la calle Maestro Arbós al paseo de Zubiaurre «no dispone de espejo» para facilitar y hacer segura la maniobra. Se trata de una incorporación entre dos vías que enlazan «en ángulo de unos 45 grados, lo que dificulta la visibilidad sobremanera y, en el caso de furgonetas con caja cerrada, la impide totalmente», lamentan.

«Elementos privativos»

En el tramo referido en el informe realizado por los vecinos existen «incluso elementos de tipo privativo que están instalados sobre la vía pública, en un deteriorado estado de conservación y que llevan muchos años sin funcionar, los cuales no hacen sino dificultar aún más el tránsito peatonal por la estrecha acera».

Entre las conclusiones que extraen del estudio cabe destacar que las dimensiones, ubicación y disposición del vial «no están adecuados» al trafico rodado ni peatonal que soporta. Esto se debe, según explican, a que «se utiliza como vía alternativa a la avenida de Ategorrieta para entrar y salir de la ciudad por Garbera «evitando los semáforos, cuando la avenida de Ategorrieta sí que está diseñada para absorber la entrada y salida de vehículos por el este de la ciudad. El paseo de Zubiaurre, sin embargo, debería ser un vial que diera servicio a los tránsitos internos de la zona».

A juicio de los afectados, con las «oportunas medidas disuasorias» se podría encauzar al tráfico que utiliza el paseo de Zubiaurre para entrar y salir hacia la avenida de Ategorrieta: «La solución podría ser limitar la calzada a un único sentido y dotar a la acera de una anchura que la hiciera segura, dejando incluso espacio para un posible bidegorri». La semaforización de la zona, badenes reductores de velocidad y medidas similares «también aumentarían de manera significativa» la seguridad del vial, exponen.

El informe se acompaña de una serie de fotografías que ilustran estas deficiencias, todas ellas tomadas en menos de diez minutos, dato que los autores aportan «como muestra de las constantes situaciones de riesgo que se dan» en el tramo analizado. «Lamentablemente -concluyen- existen recordatorios en el pretil que da a las vías del tren de la peligrosidad del paseo, no siendo el único fallecido en accidente de tráfico en la zona».

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