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Las 10 noticias clave de la jornada
El radar de la zona de Hospitales, frente a Onkologikoa, es el que más conductores caza a velocidad excesiva.
Los conductores levantan el pie del acelerador

Los conductores levantan el pie del acelerador

Los radares cazaron a 2.700 infractores y el Ayuntamiento recaudó 3,7 millones de euros por todas las sanciones de circulación y OTA

Jorge F. Mendiola

Domingo, 20 de marzo 2016, 13:07

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La crisis, la concienciación vial o el miedo a quedarse sin puntos en el carné son los principales factores que ayudan a explicar una tendencia que en 2015 vivió un nuevo capítulo: los conductores han levantado el pie del acelerador y cada vez cometen menos infracciones.

Si en 2014 la bajada de las multas impuestas por el Ayuntamiento -radares, tráfico y OTA- fue de un 20% respecto al ejercicio anterior, en estos últimos doce meses la caída ha sido de otro 4% (-5.716) hasta las 152.119. Sin embargo, las cifras siguen siendo elevadas, en especial en lo referente a los radares: 2.700 vehículos fueron cazados a una velocidad superior a la permitida.

La evolución de las sanciones de tráfico en el término municipal vivió su cenit en 2005, cuando se ampliaron las zonas OTA y se tramitaron 335.000 multas. Desde entonces, y con la excepción de 2010 -año en el que empezaron a computar los radares y entró en vigor el carné por puntos-, el número de expedientes «no ha dejado de bajar», según recuerda el concejal de Hacienda, Jaime Dominguez-Macaya. De hecho, hoy se ponen la mitad que hace una década.

El edil del PNV atribuye este fenómeno a factores diversos. «La concienciación vial ha ayudado a que los conductores tengan mejor predisposición a cumplir las normas. La crisis ha provocado que se coja menos el coche. Y el carné por puntos ha tenido un efecto importante, en especial entre aquellos sectores de la población que necesitan el coche para trabajar».

Durante el pasado año, un 30% de los empadronados en Donostia fue multado en alguna ocasión. Del total de sancionados -locales o foráneos-, un 21% recibió de una a seis infracciones de OTA y un 9% son los grandes infractores, con más de seis multas OTA o alguna multa grave como saltarse un semáforo o superar la velocidad permitida, dos de las tipologías más frecuentes. De este último porcentaje, el 52% reside en la capital guipuzcoana.

El 64% de las infracciones se registra en el Centro, un 17% se detecta en Gros y un 15% en el área Amara-Riberas-Miramón. Dentro de la zona centro, la calle Garibai -exclusiva para residentes- lidera el ranking de número de multas, seguida de Aldamar, Easo, Prim, paseo de Salamanca, Hernani, San Bartolomé, Urbieta y Fuenterrabía. En cuestiones de aparcamiento, la denuncia más repetida todos los meses (36%) fue estacionar en zona reservada a residentes sin autorización. Por detrás, ya a distancia, aparecen estacionar en reservado señalizado con vehículo no autorizado (9,9%) y estacionar en zona de carga y descarga (9,4%).

Por barrios, las calles más conflictivas son los paseos de Errondo y de Anoeta (Amara), Zumalakarregi (Antiguo), Aldakonea y Ametzagaña (Egia) y Peña y Goñi y José Miguel Barandiarán (Gros).

En cuanto a los radares, los que actualmente funcionan están en servicio desde 2010 y en este tiempo han fotografiado 16.148 matrículas de vehículos que no respetaban las señales de limitación. Los tres más activos, los que más excesos detectan, son los de Hospitales -a la altura de Onkologikoa- y los dos que hay en los alrededores de Garbera. Pero hay más... y se anuncian nuevos.

«Los registros obtenidos en cada una de las cabinas de radar son cambiantes en función de varios factores, entre ellos la respuesta que se recibe de los conductores en los lugares en los que están ubicados. Es por ello que no es posible ni conveniente desvelar estos datos», advierte Dominguez-Macaya.

«Casi nadie se libra»

El responsable de Hacienda pone el foco en su competencia: el cobro de las multas. «Me gustaría romper esa especie de leyenda urbana que existe de que las multas de tráfico no se pagan. Eso quizás era bastante cierto hace unos años, pero hace tiempo que ya no».

En efecto, las sanciones tramitadas por el Ayuntamiento se cobran... y se pagan. En 2015, el porcentaje de cobro ascendió al 72,18%, dato que Dominguez-Macaya califica de «importante» tras compararlo con los de otras ciudades. En Logroño, por ejemplo, el consistorio cobró el 50,55% de las multas el pasado año. En Valencia, un 32% en 2014. Y en Sevilla, un 30% en 2013.

El concejal jeltzale sostiene que el aumento de la eficacia de la recaudación municipal en la ejecutiva de multas a lo largo de estos años ha contribuido a que la ciudadanía modifique sus hábitos para no incurrir en infracción. «La capacidad de cobro del Ayuntamiento ha mejorado. La gente sabe que si te ponen una multa, casi nadie se libra de pagar», expone.

El incremento del porcentaje de cobro ha sido sostenido. En 1999 no llegaba a un 10% de los expedientes tramitados y hoy supera el 72%. Esta progresión ha provocado que, pese a haberse reducido el número de denuncias impuestas, el dinero recaudado «no ha sufrido de forma espectacular». Así, en 2014 se recaudaron 3,8 millones, en 2015 se cobraron 3,7 millones y para 2016 están previstos en los presupuestos unos ingresos por este concepto de 3,5 millones.

Los recursos sí que han bajado: en 2012 se recibieron casi 26.000 alegaciones, cifra que se ha reducido a más de la mitad en apenas un trienio: 12.600 en 2015.

Dominguez-Macaya admite las dificultades que existen en determinados casos para hacer efectivo el cobro de una multa: «Los sistemas sancionadores son garantistas por definición y los instrumentos de la administración son limitados y están bastante restringidos por ley. Esto hace que cuanto más lejos está tu residencia de donde te sancionan, la esperanza de cobro será menor».

Para poner freno a esta fuga de infractores, el Ayuntamiento ya ha dado pasos concretos como la aprobación de un convenio con la Diputación para que ésta pueda gestionar aquellos cobros a los que la administración municipal no puede llegar. «Donostia tiene su propio servicio de recaudación eficaz, pero jurídicamente llegamos hasta donde podemos», puntualiza.

Y para que los conductores extranjeros con sanciones a sus espaldas no se marchen de rositas a casa, la DGT trabaja en un servicio de cobro que cruzará fronteras. En territorio urbano, los controladores de la OTA conocen la relación de grandes infractores y pueden actuar contra ellos.

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