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Más préstamos, aunque menos de libros

Más préstamos, aunque menos de libros

Las 17 bibliotecas municipales cada vez prestan menos ejemplares

karel lópez

Miércoles, 20 de agosto 2014, 07:22

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Corren nuevos tiempos. Tiempos en los que no solo se puede leer con un puñado de papeles en la mano. Sin embargo, el libro de papel de toda la vida continúa siendo el protagonista principal de las bibliotecas municipales, al menos en SanSebastián.

575.461 fueron los realizados durante el pasado año en las 17 bibliotecas municipales de la ciudad, de los cuales 343.767 fueron libros, por 357.658 en 2012 y 382.612 un año antes. Es decir, se han prestado casi 40.000 libros menos en un periodo de tiempo de dos años, aunque, curiosamente, los préstamos, fueron más en 2013 que en 2010 o 2011, por ejemplo.

El número de libros prestados desciende. Casi 15.000 en un año; casi 40.000 en dos. Un dato llamativo, aunque también lógico. «El cambio de la sociedad analógica a la sociedad digital puede ser una de las razones que influya en el descenso», apuntan desde Donostia Kultura.

Sin embargo, las bibliotecas realizaron más préstamos en 2013 que en 2011. 575.461 por 558.229. ¿Cómo es posible? Pues bien, a pesar del descenso en el préstamo de libros, cada vez son más los servicios que las bibliotecas ofrecen y «los ciudadanos van adecuándose progresivamente a ellos, aunque cuesta».

Los fondos de documentos de los que se disponen son cada vez mayores, y el crecimiento ha llegado sobre todo en los audiovisuales. Recursos que, a fin de cuentas, se adecúan a la demanda de cada vez más ciudadanos. De hecho, si los fondos crecen, qué decir de los préstamos de estos documentos.

Mientras el alquiler de libros desciende, el préstamo de documentos audiovisuales subió de 115.599 a 174.732, es decir, en casi 60.000 en tan solo dos años.

Sin embargo, curiosamente, debido sobre todo a que «a pesar de que la red de bibliotecas presta e-readers, hay una demanda de lectura de novedades a la que no podemos dar respuesta ya que aún no podemos ofrecer una plataforma para el préstamo de ebooks actuales», son menos los que se han prestado este año (330) que en 2012 (552) y 2011 (663).

Los e-books no despegan

«No sabía que en las bibliotecas de la ciudad se podían coger e-books», destaca una usuaria habitual, quien asegura que ella prefiere «leer libros de toda la vida», aunque reconoce que son muchas las ventajas de los libros virtuales. «No me gusta la nueva tendencia que hay de leer en una pantalla. Creo que perdemos buenas costumbres y también, claro está, la vista...», continúa.

Lo cierto es que cada vez es más frecuente encontrar en los medios de transporte públicos a personas que, lejos de llevar consigo libros de los de toda la vida, viajan junto a su pequeño e-book. En él, miles de historias diferentes. Aunque en las bibliotecas de la ciudad no termina de calar este sistema... Y parece que tampoco entre los usuarios de las mismas, aunque hay quienes aseguran que «si la oferta fuese más amplia, claro que reservaría libros digitales.

Ahora, si quiero leer un libro que está de moda, a veces tengo que esperar incluso meses para que llegue a mí», comenta un usuario habitual de las bibliotecas municipales. «Me ocurrió el año pasado con la última novela de DanBrown, Inferno.Fui a pedirla y por delante mío había hasta trece personas...»

De hecho, es una situación que suele repetirse sobre todo con los best-seller, los cuales son reservados por muchos usuarios de las bibliotecas de la ciudad y tardan, incluso meses, en llegarles, llevando a los usuarios a comprarse el libro. «Pienso que con una oferta amplia de e-books, que al no ser materiales sino virtuales, se evitaría el tener que esperar».

En las bibliotecas de San Sebastián, además de los best-seller, hay títulos en la lista de los más prestados realmente interesantes. En lo que va de 2014, El cielo ha vuelto, de Clara Sánchez y Premio Planeta del pasado año, es el más prestado. En euskera, en cambio, el que más se deja es de un clásico como Bernardo Atxaga: NevadakoEgunak.

Amplia oferta en euskera

Son muchos los documentos que se pueden hallar en las bibliotecas. Durante el pasado año, entre la gran variedad, había 71.008 en euskera. La cifra es alta y la variedad destaca, en este caso, no por su ausencia, sino por su presencia. Aunque claro, se trata de una cifra muy baja si se compara con los fondos disponibles en castellano: 278.672. Por otra parte, se encuentran los documentos en otros lenguajes, 49.028. Destaca también la disponibilidad de hasta 54 libros en Braille.

Sea en uno u otro idioma, lo que está claro es que la literatura es un arte que nunca morirá, siempre y cuando haya lectores dispuestos a pasar horas y horas entre páginas y líneas de tinta. ¿O ante una pantalla? El tiempo dictará sentencia.

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