El tiempo pasa más lento en tierra

Pero estas líneas no son para hablar de mí, sino de lo que importa. Las regatas. Sobre el papel, la Liga ARC-1 se presenta plena de alicientes. Los ascensos de Santurtzi y Donostiarra, dos traineras que estarán en la primera mitad de la ACT, abre el abanico de la ilusión por subir.

Mientras la mar -o las rías- no diga lo contrario, en ese grupo de aspirantes están Getaria, Isuntza, Deustu y los botes cántabros. Pero también Zarautz y Lapurdi van a dar juego en la zona noble.

Tras su gran trabajo con gente joven en 2017, Getaria esta vez ha podido mantener el bloque y además recupera algún remero, lo que les hace candidatos a todo, como han demostrado durante la pretemporada.

Otro tanto se puede decir de Isuntza, siempre aspirante a la ACT. Conservan mucha gente de casa, lo que es una garantía. También veo a Deustu convencidos de poder estar ahí.

Por potencial, Pedreña y Astillero están llamados a ser dos referentes. La duda es si serán capaces de lograrlo. Los pedreñeros no han podido serlo desde su descenso, y ese es el reto de sus paisanos. Son los máximos exponentes de un territorio en época de vacas flacas.

Tras verles en Lekeitio, no puedo olvidarme de Zarautz. Remaron mucho y solo cayeron al final. En 2017 debieron echar mano de la juventud y tienen un equipo ligerito, con desparpajo y oficio. Esa apuesta por la cantera la ha debido hacer una vez más Zumaia para rearmar su equipo con miras al futuro.

De los ascendidos, Lapurdi tiene una base para sacarle rendimiento en la segunda tanda. San Juan B ha debido nutrir al primer equipo, pero dará la cara en el intento de ganar la primera tanda. Más difícil parece tenerlo Hibaika, que ha vivido un invierno duro, mientras Arkote y Portugalete tratarán de pasar menos apuros que en 2017. A finales de agosto comprobaremos mis vaticinios. Zorte on!