Borrar
El español Eguibar, entre varios rivales de la prueba de snowboarder cross. / Mike Segar (Reuters) VÍDEO: Virginia Carrasco
Deportes de invierno, bolsillos grandes
Sochi 2014

Deportes de invierno, bolsillos grandes

La biatleta Victoria Padial vende lotería y calendarios en su página web, los 'riders' Lucas Eguibar y Queralt Castellet suman ahorros en los 'X-Games' y el esquiador Álex Puente se enroló en un equipo privado para ser profesional

JAVIER BRAGADO

Lunes, 24 de febrero 2014, 14:45

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Biatlón. Skeleton. Esquí acrobático. Snowboard cross. Esquí de fondo. Son nombres de deportes que a gran parte de los españoles les suenan lejanos o desconocidos. La situación contrasta con los países del norte y el centro de Europa o en Norteamérica, donde las especialidades de nieve y hielo cuentan con gran número de federados y público y, por tanto, con las correspondientes inversiones asociadas. En cambio, en la península ibérica quienes desean entrar en las competiciones de alto nivel deben encontrar soluciones ingeniosas si no les alcanzan las irregulares subvenciones.

«De números no sé mucho, pero es caro porque entre viajes y hoteles.», reflexiona el esquiador Ferran Terra. «La verdad es que no tengo ni idea pero es un deporte muy caro porque se necesitan muchas cosas y preparación de material, viajes, etc.... Es bastante dinero para lo que es luego tu bajada en la pista», le secunda Álex Puente. «Un equipo básico puede llegar a los 2.000 euros», concreta Carolina Ruiz, la esquiadora española que más cerca estuvo de lograr el éxito en Sochi. En otros deportes las cifras no son tan elevadas, aunque no significa que mejoren las condiciones. «Hay muchos tipos de esquís distintos y de material. Los esquís de equipos de competición cuestan alrededor de 300 euros y las botas entre 150 y200. También hay muchas gamas de bastones, pero los mejores son los de carbono y cuestan alrededor de 300 euros», desgrana la esquiadora de fondo Laura Orgué sobre el material óptimo, al tiempo que reconoce que «hay otro más económico». «En mi caso me muevo con 18 pares de esquís. Un equipo completo para poder competir rondará los 1.500 euros. Es carillo», reconoce su compañero de modalidad Javier Gutiérrez. «Un equipo básico costaría entre 300 y 400 euros para practicar el esquí de fondo», completa Imanol Rojo, otro fondista. «El básico para practicar 'snowboard cross' andaría por 300 euros por las tablas, botas y fijaciones. Si quieres contar también con chaquetas y pantalones ya te vas a los 500 euros», calcula el 'rider' Lucas Eguibar. «Es un deporte que es muy caro porque estamos mucho fuera y hay muchísimos gastos por los viajes, esquís y el material», cuenta la esquiadora acrobática Katia Griffiths.

No obstante, quienes más han llamado la atención en la delegación española fueron los biatletas clasificados para Sochi. Víctor Lobo y Victoria Padial apenas recibieron ayudas de la Federación Española de Deportes de Invierno (FEDI) y su camino hasta Rusia se ha impulsado a base de voluntad, ingenio y de sus propios ahorros. «Me lo he comprado todo yo con mi sueldo, pero claro, esto depende de lo que quieras invertir. Si quieres lo mismo que los noruegos no me llega ni con cuatro nóminas», cuenta el biatleta aragonés. Padial, en cambio, denunció que la FEDI le llegó a deber más de 23.000 euros por las ayudas de la Federación Internacional de Biatlón y recurrió a sus pequeños proyectos para acudir a la competición a la orilla del Mar Negro. Si no fuera por la venta de lotería y calendarios en su web, por las donaciones de particulares y por una vida austera con una furgoneta de segunda mano para recorrer toda Europa, la granadina no habría llegado a Rusia.

'Extras' y subvenciones

De este modo, los dos diplomas olímpicos logrados por Javier Fernández y Lucas Eguibar en 2014 se deben juzgar dentro del ambiente de penurias económicas y de soluciones particulares. Los 'riders' Eguibar y Queralt Castellet también han sumado algún dinero extra a su presupuesto gracias a la participación en los Juegos Extremos, que se celebran en Norteamérica, en los que las televisiones y la publicidad aportan unas cifras que sólo se podrían comparar con los Juegos Olímpicos. Álex Puente se marchó con a 19 años a residir en los alrededores de Ginebra porque compite a las órdenes del equipo suizo Steffen-S1 para poder dedicarse profesionalmente al esquí.

En realidad, gran parte de los españoles reconocen que sin subvenciones no podrían aspirar a una carrera profesional. «Este deporte sin ayudas externas de gobiernos nacionales y regionales, CSD, etc..., no podríamos llevarlo a cabo», señala la veterana Carolina Ruiz, quien ha vivido los mejores y peores momentos de las arcas para el invierno. «He tenido la suerte de que la federación me ha ayudado en los últimos dos años para las clasificaciones, pero es verdad que es un deporte bastante caro», señala Katia Griffiths, quien probó con el pequeño proyecto británico antes de lograr una licencia de Navarra. «Ahora con la crisis gastar más dinero sólo en material, en el desplazamiento, el 'forfait' [abono] de la estación. El presupuesto es muy alto y la gente no lo puede pagar hoy en día. Ya es un deporte caro y esto hace que la gente no se lance», explica Lucas Eguibar. En el biatlón la única atleta internacional en el horizonte clama por las dificultades pasadas, presentes y futuras que causan un doble perjuicio al atleta. «Te desvía mucho de tus objetivos deportivos porque en lugar de estar yo centrada en entrenar tengo que estar perdiendo el tiempo con cosas como mandando correos o llamando para concertar reuniones para resolverlo. Creo que el deportista debería estar centrado en el deporte y no como estoy yo, haciendo mil gestiones y buscando patrocinadores», recrimina Victoria Padial. Finalmente, Víctor Lobo, el biatleta que pidió una excedencia para competir en la clasificación y que ha patentado los 'rollerskis' que diseñó para sus entrenamientos con vistas a venderlos en su propia empresa, prefiere enviar un mensaje de optimismo: «Cada uno hace lo que puede con lo que tiene. Al nivel que sea, todo el mundo puede». No obstante, a la mayoría les tocará guardar ahora provisiones para el invierno de 2018 si quien repetir experiencia olímpica en Pyeongchang.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios