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María José González junto a Fernando Torres Baena. / Elvira Urquijo (Efe)
Una testigo dice que una acusada le enseñó a enrollarse con una mujer
Caso kárate

Una testigo dice que una acusada le enseñó a enrollarse con una mujer

Asegura que María José González, en el altillo del gimnasio, puso a la víctima "una blusa en los ojos y comenzó a tocarle los pechos y los genitales"

EFE

Martes, 12 de junio 2012, 22:49

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Una testigo del 'caso Kárate' ha dicho este martes ante la Audiencia de Las Palmas que la pareja del principal acusado, María José González, la introdujo en el gimnasio de Fernando Torres Baena a los 13 años y que ella, de quien llegó a enamorarse, le enseñó "cómo enrollarse con una mujer". Esta joven, testigo número 16, que lleva en tratamiento psicológico desde hace dos años, ha declarado este martes ante el tribunal, tras un biombo y con un aparato para distorsionar la voz, que además perdió su virginidad con Fernando Torres Baena, con quien mantuvo relaciones tanto en el gimnasio como en su chalé de Vargas.

Entre sollozos, la joven ha explicado que empezó a recibir clases de kárate en el Centro Insular de Deportes de Gran Canaria, pero a la semana, su monitora, María José González, habló con su madre para que fuera al centro de Torres Baena porque tenía "muy buenas cualidades". A las cuatro o cinco semanas de comenzar en el centro de Torres Baena, ya fue invitada al chalé, donde tuvo su primera relación con el principal acusado, si bien antes María José González, en el altillo del gimnasio, le puso "una blusa en los ojos y comenzó a tocarle los pechos y los genitales", y le dijo que no se lo contara a sus padres.

Según su relato, el principal acusado también la obligó a mantener relaciones con otros alumnos, en concreto con otra alumna, y al negarse, le dijo que en su chalé había que hacer lo que él decía. En esta sesión del juicio también ha declarado la madre de esta joven, quien ha explicado, también muy afectada emocionalmente, cómo ella misma fue "manipulada" por Torres Baena y por su pareja tras enterarse de que su hija estaba enamorada de su monitora. La madre ha asegurado que primero fue a su casa María José González, quien le dijo que su hija estaba confundida y que era normal que los alumnos se enamoraran de los profesores, y después fue Torres Baena, quien también se lo negó, por lo que ha dicho que se siente culpable de no haber sido capaz de ver lo que ocurría.

Otras declaraciones

En esta jornada también ha declarado el novio de la testigo número 14, quien ha explicado al tribunal cómo intentaron captarlo y cómo fue rechazado por Torres Baena tras negarse a mantener las relaciones sexuales que le propuso. Ha explicado que solo estuvo dos veces en el chalé, la dos acompañado de su novia. La primera fue a pasar el día y la segunda vez fue en carnavales invitado por Torres Baena, quien le advirtió de que "tenía que estar dispuesto a todo" y de que se llevara "una caja de condones", si bien se lo tomó a broma.

Este testigo ha relatado que en esa segunda ocasión Torres Baena le preguntó si había confianza entre ellos y si le gustaba alguien del gimnasio, "chica o chico", y le dijo que su novia podía estar con quien quisiera. Además, Torres Baena le comentó que las relaciones sexuales eran como las catas de kárate, que si las hacías siempre con la misma persona "te acababas aburriendo". El principal acusado, según este testigo, le contó que otros alumnos habían mantenido relaciones entre sí y con su novia, y le puso como ejemplo que su hijo había perdido la virginidad a los 4 años, y le advirtió de que en el "grupo" no se podía "estar sin ser".

Después de esta charla y de su negativa, abandonó antes de lo previsto el chalé con su novia, que entonces le contó que el principal acusado había abusado de ella y le explicó otras cosas que sucedían allí. En esta sesión, la testigo número 19 ha declarado que comenzó a recibir clases de kárate a los 9 años en el Centro Insular de Deportes con María José González, quien también le recomendó el centro de Torres Baena, a quien ha descrito como "un dios" y que le tenía "la cabeza lavada". Según esta joven, cuando tenía entre 14 o 15 años, Torres Baena en dos ocasiones la citó a solas en el gimnasio: la primera vez le habló de sexo y ya en la segunda le hizo tocamientos, que no llegaron a más porque en ese momento llegó un monitor al centro.

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