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Aitor Esteban, el portavoz del PNV en el Congreso, ya se lo vaticinó al actual jefe de la bancada jeltzale en el Senado, Jokin Bildarratz, la misma noche electoral del 26 de junio de 2016 cuando en el escrutinio final se otorgaba al PNV cinco escaños. «Vamos a ser decisivos», le musitó al oído. Y no se equivocó. Los peneuvistas proporcionaron la semana pasada un salvoconducto a Rajoy que se rompió en añicos en el mismo momento en que se supo el contenido de la primera sentencia del caso Gürtel. Y ahora la suerte de Rajoy vuelve a depender de la formación que lidera Ortuzar. En esta ocasión, el ya cuestionado futuro de Rajoy -por la mañana tuvo el propio presidente que acallar los efervescentes rumores sobre su dimisión- pende de un hilo que podría romperse desde Sabin Etxea. Una abstención jeltzale le daría de nuevo oxígeno, aunque solo fuera para ordenar su salida del Gobierno y fijar la fecha de unas elecciones, y un voto afirmativo a la iniciativa de Sánchez tumbaría en la lona al líder del PP de forma definitiva y dejaría agonizando a su partido ante futuros comicios.

El PNV, al que Rajoy presiona para que no le deje en caída libre, escuchará hoy a Sánchez antes de tomar la gran decisión, la más relevante de los últimos años de su trayectoria política. En la otra parte, los socialistas vascos, no olvidemos que son socios del Gobierno de Urkullu, han trasladado en las últimas horas a Ortuzar las bondades de apear a Rajoy en el camino. Sin embargo, el PNV pide garantías de que los Presupuestos recién aprobados sean salvaguardados sobre todas las cosas y en este punto, el PP, con mayoría absoluta en el Senado, tiene la llave de que este proyecto llegue a buen puerto o se encalle y frustre los esfuerzos invertidos por los peneuvistas. Porque una cuestión es aunar votos en contra de Rajoy y otra muy diferente es reunir al día siguiente a todas las fuerzas -que hace una semana votaron en contra- para defender el proyecto financiero del Gobierno cesado. Aitor Esteban, que en su día espetó al presidente: «Si bien me quieres, Mariano, da menos leña y más grano», tiene ahora la llave para poner en marcha el tractor o para dejarlo en la cuneta.

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