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El último encuentro. La Comisión Mixta del Concierto se reunió en Madrid el 16 de enero de 2014 para abordar una reforma legal. Fue el primer acuerdo institucional de la izquierda abertzale con el Estado.
Euskadi paga más Cupo del que le corresponde desde 2001

Euskadi paga más Cupo del que le corresponde desde 2001

En este dilatado periodo el PIB vasco ha estado por debajo del 6,24% utilizado en los cálculos

MANU ALVAREZ

Domingo, 18 de octubre 2015, 08:27

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«Hay que modularlo», ha repetido esta semana la dirigente socialista andaluza Susana Díaz. «Hay que perfeccionar algunas de sus deficiencias en su aplicación práctica», decía el documento aprobado por los barones del PSOE en el Consejo Territorial celebrado en Granada en el verano de 2013. Y, ¿qué significa todo esto, que una vez más ha teñido de polémica el Cupo que Euskadi paga al Estado? En su sentido literal, poco o nada. Pero, sin embargo, cada vez que algún dirigente político se expresa en tono crítico en torno al peculiar sistema de financiación del País Vasco y Navarra, todo el mundo interpreta sus palabras en un sentido único: Euskadi paga poco y debería aportar más.

El contexto

  • es el índice que se utiliza desde la instauración del Cupo para calcular la aportación vasca a los Presupuestos del Estado

  • 6,1 %

  • es el peso de la economía vasca en el conjunto de España de los últimos cinco años, según el Instituto Nacional de Estadística

  • 30,3%

  • superior a la media nacional es la renta per cápita en Euskadi.

  • 4,67%

  • Es lo que representa la población vasca en España.

  • LA CIFRA DE 2015

  • 1.525

  • millones de euros es el Cupo previsto por el Estado para este año

¿Qué hay de certeza técnica en semejante insinuación? Lo cierto es que si se toma como referencia la legislación actual y el modelo que se aplica desde 1982 -la primera Ley de Cupo fue negociada por el Gobierno de Felipe González- , ha habido de todo. Pero en los últimos 14 años, la realidad es que la riqueza generada por el País Vasco no ha llegado a ese 6,24% que se fijó desde el primer Cupo como «índice de imputación» y que sirve para calcular la aportación a los Presupuestos Generales del Estado. Del 6,3% que representó la economía vasca en 2000 sobre el conjunto del PIB español, hemos pasado a una posición algo más modesta -en torno al 6% en los años de mayor furor inmobiliario, del que Euskadi fue mero espectador-, para llegar al 6,1% que representa de forma constante en el periodo de 2010 a 2014. Y las cifras son poco sospechosas de sesgo 'vasquista', al ser las que figuran en la base de datos de Contabilidad Regional del Instituto Nacional de Estadística. En síntesis, en los últimos 14 años el País Vasco ha pagado más de lo que le habría correspondido en el caso de que las «revisiones» se hubiesen hecho con criterios rigurosos y no políticos, como efectivamente ha sucedido. 'Hoy por ti, mañana por mí, dejemos las cosas como están y no abramos ese melón'. Este ha sido el lema no escrito que han seguido en este periodo las administraciones central y vasca para mantener inalterable ese 6,24%, que ya no refleja como en 1982 la realidad de la economía vasca.

Situación «desagradable»

El consejero de Hacienda del Gobierno de Vitoria, Ricardo Gatzagaetxebarria, se reunía semanas atrás con una parte del cuerpo diplomático acreditado en Madrid para explicarles la «singularidad» del Concierto Económico y también del Cupo. Un mecanismo idéntico al que rige las relaciones financieras entre Navarra y el Gobierno central, pero que no permite comparación alguna con el sistema de financiación del resto de comunidades autónomas. Y el movimiento del consejero es el reflejo de que la Administración vasca está obligada a hacer, con carácter periódico, un esfuerzo para defender la posición porque la política es un tablero de ajedrez en el que ninguna pieza tiene asegurada la casilla por tiempo indefinido. Sin ir más lejos -dirigentes del PNV expresan ya en privado su preocupación por ello-, Podemos y Ciudadanos, las dos fuerzas emergentes en España, ya se han mostrado contrarias a un modelo que, estiman, supone un privilegio para el País Vasco.

«Es una situación desagradable e injusta -apunta Gatzagaetxebarria a este periódico, a propósito de la reciente polémica-, porque ni Euskadi ni Navarra pueden ser la solución a los problemas de financiación del resto de comunidades autónomas. Y el problema esta ahí, en las dificultades de financiación del Estado de Bienestar. Pero nadie puede pensar que acabar con el Cupo soluciona los problemas de España».

Amplio consenso

Lo cierto es que el Concierto Económico y el Cupo son, probablemente, el elemento del autogobierno vasco que más consenso despierta en el seno de la comunidad autónoma. Incluso el PSE hizo una defensa cerrada durante el tiempo en que Patxi López ocupó el cargo de lehendakari, aunque ello le generó no pocos enfrentamientos con el Ministerio de Hacienda del gabinete de Zapatero. «El fuero -señala Javier Lasarte, responsable de asuntos económicos en la ejecutiva del PSE- no lo discute nadie. El modelo está en el Concierto y en la Constitución. El huevo, la cantidad, por supuesto que es revisable, pero eso ya está previsto en la ley y existe el compromiso de hacerlo cada cinco años. Y si sale más, que sea más, pero si sale menos, que sea menos».

El exparlamentario del PNV Xabier Ormaetxea publicaba esta semana en una red social y en términos sencillos su particular visión sobre el funcionamiento del Cupo. «Una cuadrilla vamos de cena a un buen restaurante y, mientras que los demás deciden pagar a escote, un amigo y yo optamos por pagar lo nuestro. Como el vino es para todos igual, decimos que pagaremos lo que comamos y después pagaremos la parte proporcional del vino, que es común. Yo pido una sopa y un pescadito. Los del escote se inflan a marisco y jamón. Llega la cuenta y a mí me cobran mi sopita y mi pescado. Como hemos comido 20 personas pago el 5% del coste del vino. A la salida, los del escote se quejan de que a ellos la cena les ha costado más que a mí y, además, me llaman insolidario», concluía Ormaetxea.

Y es que con ese Cupo que ha aportado Euskadi a los Presupuestos Generales para financiar las competencias que aún están en manos del Estado, los vascos también han pagado el 6,24% de algunos delirios nacionales, como los aeropuertos de Castellón o Ciudad Real. Sutil diferencia, el Estado no ha aportado ni un sólo euro al semidelirio del Bilbao Exhibition Centre (BEC) -que en todas partes cuecen habas-, y que se asume en eso que se llama «riesgo unilateral» del Presupuesto público vasco.

La supuesta insolidaridad

El carácter supuestamente insolidario del Cupo es otro mito que no se ajusta a la realidad. Y ello porque Euskadi está obligada a aportar el 6,24% del Fondo de Compensación Interterritorial. Una partida que todos los años figura en los Presupuestos del Estado y que va destinada a las comunidades autónomas -12 en la actualidad- cuya renta per cápita se encuentra por debajo de la media nacional. Claro que esa cantidad -tan sólo 432 millones en los Presupuestos de este año- la decide el Gobierno central. De ahí que si la cifra es pequeña la aportación vasca también lo es, mientras que si el Ejecutivo de Madrid la refuerza, la contribución de Euskadi deberá aumentar; y todo ello sin que desde el Gobierno autónomo se pueda rechistar. Así las cosas, lo cierto es que la solidaridad del Cupo está en realidad en manos del Ejecutivo central y de las Cortes. Y no hay traba legal alguna para aumentar la cifra tanto como se quiera.

«La solución -opina el exconsejero de Hacienda Alfonso Basagoiti, que participó como asesor en la negociación del Concierto Económico- es que el modelo se extienda a todas las comunidades autónomas. Tener al mismo tiempo la responsabilidad del ingreso y del gasto te obliga a ajustarte mucho mejor. Pero no se puede decir que Euskadi es insolidaria, porque aporta el 6,24 pero recibe menos del 4%, ni siquiera obtiene un retorno de acuerdo con su población. Hemos pagado el 6,24% de todas las líneas de tren de alta velocidad que se han construido en España y en Euskadi aún no lo tenemos».

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