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Miguel Villameriel
Jueves, 28 de agosto 2014, 01:22
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Lo que ocurra en los próximos meses con las consultas soberanistas de Escocia y Cataluña no variará los planes del lehendakari Iñigo Urkullu con respecto a su acción en materia de autogobierno. El inicio del curso político va a coincidir con un otoño caliente motivado por el referéndum soberanista en Escocia del 18 de septiembre y la posible consulta de Cataluña prevista para el 9 de noviembre, dos hitos que tendrán una repercusión indudable en la política vasca, aunque el Gobierno Vasco no tiene intención de modificar la política que ha mantenido hasta el momento pase lo que pase en ellos. Urkullu sigue residenciando el debate sobre el futuro del autogobierno vasco en la ponencia del Parlamento y sólo daría un paso adelante sobre el nuevo estatus en caso de que los partidos así se lo reclamasen. Algo que parece improbable hasta finales de 2015, cuando la ponencia de autogobierno entrará en su fase de conclusiones.
Los retos del nuevo curso
El Consejo de Gobierno abrirá hoy el curso político en el Palacio Miramar, en un primer encuentro en el que el lehendakari y sus consejeros harán un repaso a los retos que afrontarán en los próximos meses. Fuentes de Lehendakaritza apuntan que la prioridad del Gobierno seguirá siendo confirmar la salida de la crisis y la reactivación económica. Para ello, el Ejecutivo confía en poder aprobar los presupuestos vascos del año que viene, que se prevén más holgados que los actuales, y se marca el objetivo de mantener los servicios públicos. Otros asuntos que se abordarán en este primer Consejo de Gobierno serán los avances en paz y convivencia que se esperan para el nuevo curso, así como las negociaciones pendientes con el Gobierno central en materias como el Concierto, el Cupo o las inversiones en infraestructuras. Sin olvidar la veintena de litigios pendientes en el Tribunal Constitucional por diferentes disputas competenciales.
Escocia y Cataluña, de reojo
En el seno del Gobierno también se seguirá con atención lo que pueda ocurrir en el referéndum escocés del 18 de septiembre y todos los acontecimientos que rodean al proceso soberanista en Cataluña, donde el 11 de septiembre se espera una nueva Diada multitudinaria. Pero fuentes cercanas al lehendakari recalcan que ninguno de estos factores cambiará la hoja de ruta del Gobierno Vasco en materia de autogobierno, por mucho que su influencia en el contexto político vasco vaya a ser inevitable. «El Gobierno no va a desarrollar ninguna iniciativa en función de que se produzca un 'sí' o un 'no' en el referéndum de Escocia, ese debate seguirá depositado en la ponencia del Parlamento», aseguran las mismas fuentes. El Ejecutivo de Urkullu no tiene previsto pisar el acelerador soberanista ni aunque un hipotético 'sí' en Escocia pueda dar alas al nacionalismo vasco. Sólo tomaría alguna iniciativa en caso de que los grupos parlamentarios se lo pidieran a través de la ponencia de autogobierno, algo muy improbable antes de finales de 2015, cuando está previsto que ese foro parlamentario entre en su fase de conclusiones. En cualquier caso, aunque no vaya a afectar directamente a la acción de gobierno, el Ejecutivo de Urkullu seguirá muy de cerca lo que ocurra en Escocia y tiene intención de enviar a algún representante al referéndum de septiembre, tal y como han anunciado que harán el PNV y EH Bildu. El lehendakari ha alabado en más de una ocasión la pregunta pactada entre Escocia y el Reino Unido para el referéndum soberanista y ha colocado este proceso como referente para la ratificación de un nuevo estatus para Euskadi, por tratarse de una consulta legal y pactada. Urkullu se sitúa mucho más cerca del proceso escocés que del catalán, donde la consulta impulsada por la Generalitat corre el riesgo de no celebrarse al haber obviado un acuerdo previo con el Gobierno central, lo que podría provocar su anulación por el Tribunal Constitucional.
La reunión pendiente con Rajoy
En el inicio del nuevo curso se producirá por fin la reunión entre el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el lehendakari que quedó pendiente antes del verano. La falta de respuesta de Rajoy ante los diversos requerimientos de Urkullu causó malestar en el Gobierno Vasco, que espera que este encuentro se produzca en septiembre o, a más tardar, en octubre. En Ajuria Enea siguen aguardando a que la Moncloa ponga fecha. En esta reunión no está previsto que el lehendakari trate con Rajoy cuestiones como el caso catalán o una posible reforma constitucional o del modelo de Estado, sino que se centrará en temas más concretos que afectan a ambos ejecutivos como los conflictos competenciales, las inversiones o las medidas para la reactivación económica. También habrá un apartado específico para las políticas de paz y convivencia, donde Urkullu reclamará una mayor implicación al Gobierno central.
Los presupuestos, primer objetivo
Como cada otoño, uno de los primeros retos que se le presentan al Gobierno Vasco es la aprobación de los presupuestos del año que viene. La mejoría económica hace que esta vez las previsiones sean más halagüeñas, ya que el PIB vasco ha entrado en una fase de crecimiento, lo que permitirá unas cuentas más holgadas. El Ejecutivo de Urkullu, que gobierna en minoría, tuvo que trabajar durante 2013 con unos presupuestos prorrogados al no ser capaz de concitar el apoyo de ningún otro grupo. El año pasado logró aprobar las cuentas de 2014 gracias al acuerdo de país alcanzado con el PSE, al que después se unió también el PP, y de cara a los presupuestos del año que viene el lehendakari confía en que se mantenga la estabilidad presupuestaria. En el Consejo de Gobierno del jueves, el consejero de Hacienda y Finanzas, Ricardo Gatzagaetxebarria, esbozará las previsiones de ingresos para el año que viene y podría dar una alegría al resto del gabinete. Las directrices presupuestarias que presentó en junio preveían un crecimiento del PIB del 1,7%, pero esa cifra podría revisarse al alza antes de octubre, que es cuando el Consejo Vasco de Finanzas determinará la cantidad de dinero de la que dispondrá el Gobierno Vasco para elaborar sus presupuestos. Las últimas previsiones apuntan a un crecimiento cercano al 2%, lo que permitiría a los departamentos disponer de unas cuentas menos apretadas que las de los dos últimos años.
A la espera del PSE
En condiciones normales, el pacto de legislatura alcanzado el año pasado entre el PNV y el PSE otorgaría al Gobierno Vasco tranquilidad a la hora de negociar los próximos presupuestos, pero el proceso de renovación que deben afrontar los socialistas en el próximo mes hace que las condiciones sean extraordinarias. El más que probable relevo de Patxi López por Idoia Mendia en la secretaría general del PSE tendrá mucho de continuidad, porque la dirigente vizcaína ocupa un cargo relevante en la actual ejecutiva, pero desde el Gobierno de Urkullu no dan por supuesto que la nueva dirección socialista vaya a mantener el pacto de país alcanzado el año pasado. Tampoco las últimas declaraciones de Mendia -en las que habló de revisar junto a la nueva ejecutiva del PSOE liderada por Pedro Sánchez todos los acuerdos firmados anteriormente- invitan a dar por segura la continuidad del pacto. No obstante, desde el Gobierno Vasco confían en que los socialistas sigan siendo un socio preferente en la medida en que se vayan cumpliendo los compromisos adquiridos en su acuerdo de país. Para el Ejecutivo de Urkullu ese nivel de cumplimiento es alto, mientras que los socialistas advierten que serán exigentes con lo pactado para que pueda producirse un nuevo acuerdo de cara a los presupuestos del año que viene.
Posible reforma constitucional
Otro asunto que aparece en el horizonte del nuevo curso es el debate sobre una posible reforma constitucional. El PSOE está valorando la posibilidad de llevar una propuesta concreta al Congreso a partir de septiembre, una iniciativa que puede contar de entrada con una buena acogida por parte de la mayoría de los partidos parlamentarios. El PP se ha mostrado hasta el momento reticente a abordar este debate y su mayoría absoluta en esta legislatura aborta cualquier posibilidad de reforma constitucional, pero el Gobierno Vasco seguirá con atención lo que pueda dar de sí esta discusión parlamentaria. El lehendakari ya se ha mostrado partidario de acometer una profunda reforma del modelo de Estado y ha abogado por una especie de «modelo confederal», en el que Euskadi tendría unas relaciones plenamente bilaterales con el Estado. Esta propuesta no coincide con el modelo federal que propugna el PSOE, pero desde el Ejecutivo vasco se ve con buenos ojos cualquier debate que promueva un nuevo modelo de Estado. Será una cuestión más a tener en cuenta en el inicio del nuevo curso político.
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