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Hogazas de pan de Cea en horno de leña
Los mejores panes de España elaborados como hace siglos

Los mejores panes de España elaborados como hace siglos

Pan de Alfacar, pan de Cea, pan de Payés y pan de Cruz, te presentamos las cuatro Denominaciones de Origen panaderas de España

Álvaro Romero

Jueves, 27 de octubre 2016, 13:00

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El pan es uno de los alimentos más consumidos por la sociedad española. De compra diaria en la mayoría de los hogares, actúa como acompañamiento perfecto de platos de todo tipo. En los últimos años la tradición panadera pierde adeptos a favor del pan industrial, por la diferencia de precio como causa principal.

Los hornos panaderos no pueden competir con este tipo de productos y las harinas cada vez son de peor calidad con el objetivo final de abaratar costes y reducir el precio final. Sin embargo, la calidad del producto tradicional trabajado como antaño no tiene nada que ver con las barras que se pueden comprar en cualquier supermercado por 40 céntimos.

Pese a estos problemas, todavía hay obradores artesanos donde se trabaja con esmero día a día, amasando el pan a mano y cociéndolo en hornos de leña, siguiendo la receta tradicional y las costumbres de la tierra que han ido pasando de generación en generación. El resultado final: todo un manjar. Hogazas exquisitas como las que te presentamos a continuación, los cuatro grandes panes de España calificados como Denominación de Origen Protegida.

Pan de Alfacar

Andalucía es una de las comunidades que disponen de mayor número de especialidades panaderas y más cuidan la tradición. Especialmente la provincia de Granada, donde se ubica la localidad de Alfacar. Poco más de 20 hornos elaboran estas preciadas hogazas y solo ellos las pueden etiquetar como Indicación Geográfica Protegida (IGP).

De corteza gruesa y dorada, sin exceso de harina en su exterior y de miga suave y blanca. Es todo un manjar, perfecto para acompañar con aceite de oliva virgen extra de la zona. Cada pieza presenta una forma y tamaño diferente como consecuencia de su proceso tradicional. Se elabora con harina de trigo, masa madre natural, agua del manantial de Alfacar, levadura y sal.

Los expertos afirman que el secreto está en el agua con el que se realiza la masa, un agua que se obtiene del manantial de la localidad. El resto de los ingredientes utilizados son completamente naturales y proceden de la comarca. La panadería es uno de los sectores que más empleos genera en el pueblo.

Pan de Cea

Se elabora únicamente en 16 hornos de la localidad de San Cristóbal de Cea, ubicada en la provincia gallega de Ourense, concretamente en la comarca de Carballino. Fue el primer pan español en obtener la Denominación de Origen Protegida y actualmente es uno de los más valorados del país por su excelente calidad.

Se presenta envuelto en papel, con su típica etiqueta que muestra la IGP y el número de hogaza. Su elaboración artesana lo muestra la estética, cada pieza es diferente e irregular aunque todas tratan de seguir una misma línea. Antes de hornear se le aplica un corte central que divide el pan en dos partes iguales, tras hornearse, esta incisión se realza. El pueblo mezcla el precioso entorno del interior de Ourense con su magnífica gastronomía.

Es posible visitar alguno de sus obradores mientras se elabora el pan. Además, cuentan con una fiesta dedicada a su producto estrella que se celebra cada mes de julio. Es habitual acompañarlo con el típico pulpo a feira o cualquier otro plato de la tierra.

Pan de Payés

Se trabaja de manera tradicional desde hace más de un siglo y su fabricación se extiende por unas 500 panaderías de toda Cataluña, sin asociarse a ninguna localidad concreta. El pan Payés destaca por su sabor y su calidad.

Este producto presenta una forma redonda e irregular, con la corteza dorada y crujiente ligeramente teñida de blanco por la harina, que a su vez le aporta una estética rústica. Su aroma mientras se encuentra en el horno enamora a cualquier amante de este producto. Su origen se centra en la tradición campesina que se ha conservado y mantenido generación tras generación.

Es un alimento perfecto para acompañar con algún plato típico catalán, como escalibada de verduras o simplemente untarlo con tomate. Su famoso pan con tomate es típico de los desayunos catalanes. En los restaurantes de la región el pan industrial le gana la partida a este manjar, el objetivo es que esta situación se revierta.

Pan de Cruz

Se trabaja en Castilla La Mancha, concretamente en la provincia de Ciudad Real, siendo un producto muy valorado por sus vecinos. Adopta el nombre de pan de Cruz por los dos cortes que se le aplican en la parte superior del bollo antes de ser cocido, tras pasar por el horno se aprecia en la corteza las dos incisiones en forma de cruz.

Se trata de hogazas lisas y redondas, al igual que las anteriores el tamaño y la forma son bastante irregulares como consecuencia del proceso tradicional al que es sometido. Elaborado con harina de trigo candeal, no presenta exceso de harina en la superficie. Su miga es blanca y concentrada, la corteza fina y crujiente.

El pan de Cruz sigue la tradición desde hace siglos y es ideal para acompañarlo con platos típicos manchegos como el asadillo, el pisto, las gachas o simplemente mojar unos huevos fritos. Cuando el pan se endurece es perfecto para rebanarlo y hacer migas. Fue el segundo tipo de pan, tras el de Cea en ser nombrado Indicación Geográfica Protegida.

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