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inicio de su gira europea

Guns 'N' Roses entierran su devaluado prestigio

El rock descafeinado que ofreció en su concierto madrileño refleja la necesidad de que la banda practique su propia eutanasia musical

EFE

Viernes, 26 de mayo 2006, 02:00

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Que Guns 'N' Roses salieran al escenario con dos horas de retraso hacía prever lo peor. Así fue: los espectadores arrancaron asientos, tiraron objetos al escenario, y recibieron al único superviviente original del grupo, el cantante Axl Rose, al grito de "bufón" y "gordo". Lo peor, con todo, fue el concierto en sí: rock descafeinado que refleja la necesidad de que Guns 'N' Roses practiquen su propia eutanasia musical.

Tras un breve "entrenamiento" por Estados Unidos, donde la banda ofreció cuatro actuaciones previas a la gira europea que ayer inició en la capital de España, Axl y su enésimo intento por renacer de las cenizas a Guns 'N' Roses fue recibido por cerca de 10.000 personas que abarrotaron el aforo del Auditorio Parque Juan Carlos I. La mayoría se fue del recinto bostezando, con sueño y con la sensación de haber sido víctimas de una estafa.

Los chascarrillos en los alrededores del recinto eran variados. Los más acérrimos seguidores del cantante no escatimaban saliva para adorar a un mito que parece perdido en encontrarse a sí mismo, mientras que una minoría se despachaba a gusto con calificativos grotescos como "bufón" o "impostor-egocéntrico", insultos que una hora antes del comienzo del espectáculo parecían soeces y fuera de lugar.

Esos "cariñosos" calificativos se convirtieron en verdaderas puyas cuando, tras dos horas de retraso, el grupo todavía no había saltado al escenario, situación que caldeó el ambiente de una pequeña porción del respetable, que se dedicó a arrancar asientos y a tirar objetos al escenario mientras echaban las culpas a la madre de Axl Rose. Los acordes de Welcome to the Jungle calmaron los ánimos más encrespados por un rato.

Solos de guitarra sin sentido

It's so Easy y Mr. Browstone precedieron a Live and Let Die. La cosa no empezaba mal. Pero casi de inmediato llegó el primero de muchos e innecesarios parones. Un aburrido solo ejecutado por uno de los tres guitarristas que forman el excesivo plantel de músicos con los que Axl parece querer llenar un vacío irremplazable -Slash-, precedió a Sweet Child O' Mine, coreada con pasión por los allí presentes.

Sin opción a tomarse un respiro cayó la aceptable versión del clásico de Dylan, Knockin' On Heaven's Door, que consiguió el mismo efecto que el trovador estadounidense logró con el papa Juan Pablo II: dormir a una buena parte del público.

El recital ofrecido por el grupo teledirigido por el divo Axl, que apareció con gafas de sol, vaqueros, y el pelo recogido en una coleta, sufrió un nuevo bajón con la puesta en escena de un tema de su eterno y futuro nuevo disco, que dio paso a un solo de teclado, que enlazó con November Rain.

La sucia Chinese Democracy y la hortera versión de la canción de Christina Aguilera, Beautiful, precedieron a un nuevo despertar del público, que con My Michelle volvieron de nuevo a vibrar, aunque pronto fueron calmados con la arrebatadora Patience.

Un broma pesada

El final se acercaba, y cómo no, a Axl Rose se le ocurrió una nueva patochada al interpretar 'a capella' una versión de I Feel Good de James Brown. Y repentinamente surgió, como contraste, Night Train, que precedió a los bises, donde estos Guns 'N' Roses mitad karaoke, mitad orquesta, deleitaron con lo menos malo de Chinese Democracy: Madagasgar. Paradise City clausuró la noche.

Tal vez Axl Rose tenga cierta culpa de la desbandada que su grupo sufrió definitivamente en 1993 y de la que todavía no ha sabido levantar cabeza, como demuestra el paso de los 13 largos años en los que no ha terminado su esperado nuevo disco Chinese Democracy.

Y es que los músicos que hoy sustituyeron a Steve Adler, Slash, Izzy Stradlin y Duff McKagan -miembros que grabaron el grandioso Appetitte for Destruction en 1987- lograron recrear los temas de Guns 'N' Roses, pero con una actitud poco comparable a la de aquel ciclón que en los años ochenta se hacía llamar Guns 'N' Roses. Lo que ocurrió en Madrid en mayo de 2006 tiene otro nombre: "Axels Roses".

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