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Los escándalos familiares, la gran cruz de la reina Isabel II
Los escándalos familiares, la gran cruz de la reina Isabel II
80 cumpleaños

Los escándalos familiares, la gran cruz de la reina Isabel II

La soberana ha tenido que aguantar en sus más de 50 años de reinado numerosos escándalos

EFE |

Viernes, 21 de abril 2006, 02:00

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Con gran estoicismo, la reina Isabel II de Inglaterra ha tenido que soportar en sus 54 años de reinado un sinfín de escándalos familiares, entre los que destaca el sonado divorcio del príncipe Carlos, heredero al trono, y Diana de Gales.

La Reina ha hecho de su profundo sentido del deber el pilar que sostiene el prestigio de la monarquía británica, aunque los deslices de varios miembros de su familia le han causado numerosos quebraderos de cabeza.

De hecho, la propia Isabel II accedió al trono, de forma indirecta, por el gravísimo escándalo que envolvió a su tío paterno, el rey Eduardo VIII, quien abdicó en 1936 para casarse con la divorciada Wallis Simpson porque, según adujo, se veía incapaz de cumplir las responsabilidades de la Corona "sin la mujer que amo".

A partir de ahí, la Reina ha desempeñado con eficacia y dignidad su papel de Soberana, pese a que la imagen de la monarquía se ha visto empañada por los fracasos matrimoniales de tres de sus cuatro hijos, así como el de su hermana, la princesa Margarita.

El primer disgusto para Isabel II llegó en 1978, cuando su hermana y el fotógrafo Anthony Armstrong-Jones se divorciaron tras diez años de casados. Encajado ese golpe, la vida en el palacio de Buckingham, residencia oficial de la Reina en Londres, transcurrió sin mayores contratiempos hasta el año "negro" de 1992, que alumbró el desastre sentimental de tres hijos de la Reina.1992, un año terrible

El país fue testigo del divorcio de la princesa Ana y el capitán Mark Phillips; el anuncio de la separación oficial de los duques de York, el príncipe Andrés y Sarah Ferguson; y la crisis matrimonial de los príncipes de Gales, Carlos y lady Diana Spencer.

Para colmo de males, ese mismo año estalló la bomba informativa del llamado 'Camillagate', la transcripción de una conversación muy íntima entre Carlos y su eterno amor, Camilla Parker Bowles, a la sazón actual esposa del heredero a la Corona y considerada entonces el gran detonante de las fricciones entre el príncipe y Diana.

En la grabación, filtrada a la prensa por una mano anónima, Carlos le confesaba a su amante su ardiente deseo de convertirse en su "Tampax". La comprometedora cinta fue la gota que colmó el vaso, y en diciembre el primer ministro británico, John Major, anunció la separación "amistosa" del príncipe y Lady Di, que se divorciaron en 1996 por deseo expreso de la Reina.

Por si fuera poco, un aparatoso incendio había destruido el mes anterior varias dependencias del Castillo de Windsor, una de las residencias favoritas de la Soberana.

De ahí que una apesadumbrada Isabel II afirmase en su tradicional mensaje de Navidad: "1992 no es un año que recordaré con gran placer. Ha resultado ser un 'annus horribilis' (año terrible)".

El comportamiento poco decoroso de la realeza avivó las críticas contra la monarquía, hasta el punto de que la Reina, a fin de acallar esas voces, anunció su disposición a pagar impuestos tras haber disfrutado de exenciones fiscales durante todo su reinado.

Sea como fuere, Isabel II ha logrado conservar intacta su popularidad, si acaso algo ensombrecida en 1997 por su fría reacción y renuencia a interrumpir sus vacaciones tras la muerte de Lady Di en un accidente de tráfico en París el 31 de agosto de ese año.Enrique, un nieto problemático

Pero no parece que vayan a acabarse los sinsabores familiares de Isabel II, dadas las travesuras que han hecho famoso a su nieto, el príncipe Enrique, de 21 años e hijo menor de Carlos y Diana.

El 'díscolo' Enrique, como se le conoce en el Reino Unido, ya ha ocupado las portadas de los diarios sensacionalistas por disfrazarse de soldado nazi, fumar marihuana, agredir a un "paparazzi" al salir de una discoteca y, más recientemente, celebrar su graduación como oficial del Ejército británico en un club de 'streaptease'.

Por contra, su hermano Guillermo, de 23 años y segundo en la línea de sucesión a la Corona, mantiene de momento la compostura, mientras los británicos, apuntan casi todas las encuestas, quieren que sea él y no su padre quien suceda a la Reina en el trono.

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