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El naturista Martí Boada, en una visita anterior a Zegama.
«El trasmocheo es un regalo de nuestros antepasados», dice el naturalista Martí Boada

«El trasmocheo es un regalo de nuestros antepasados», dice el naturalista Martí Boada

Intervendrá mañana en la visita guiada de Zegama, abierta al público, en la que se podarán algunas hayas

FELIX IBARGUTXI

SAN SEBASTIÁN.

Viernes, 9 de marzo 2018, 07:12

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Zegama acoge mañana una demostración de trasmocheo de árboles, la técnica antigua que se usaba en el País Vasco para obtener madera sobre todo para las carboneras. Los organizadores, el Ayuntamiento y Gipuzkoako Parketxe Sarea, han invitado al célebre naturalista Martí Boada para que ofrezca una charla en el mismo lugar en que los leñadores cortan con hacha las ramas del árbol. «Este sistema de poda, el trasmocheo, es un regalo de nuestros antepasados, un gran ejemplo de sostenibilidad del bosque», ha declarado este científico.

El punto de encuentro será el aparcamiento del apeadero de Zegama. Para acceder al lugar, hay que tomar la carretera que une Zegama con el puerto de Otsaurte, y de allí a un kilómetro y medio desviarse a mano derecha. Una vez en esa explanada, a las 11 de la mañana comenzará la excursión. Es un recorrido de 30 minutos, de baja dificultad. La excursión, que es gratuita, durará dos horas y es preciso llevar botas de monte o katiuskas.

Museo Europeo del Árbol

Hace ya varios años que Martí Boada entabló relación con el parketxe de Zegama. Estaba interesado en la colección de maderas del mundo existente en Anduetza, y cuando vino a verla comenzó una relación que sigue viva. Posteriormente, donó al parketxe de las faldas del macizo de Aizkorri varios retoños de árboles singulares de diferentes partes del mundo, entre ellos de un árbol de gran aprecio y poder simbólico entre los catalanes: el Pi de les tres branques (Pino de las tres ramas).

Martí Boada planea crear un Museo Europeo del Bosque en su localidad natal, Sant Celoni. «Tenemos el solar y el proyecto arquitectónico, ahora tenemos que buscar recursos», ha manifestado.

Según Marí Boada, «con el trasmocheo, te aprovechas del árbol pero no lo matas. En la península ibérica, se trasmocha la encina y el alcornoque para que debajo pasten los animales y además obtener leña y corcho. En el País Vasco se ha trasmochado el haya y el roble para hacer carbón vegetal, pero otro tanto lo he visto en Asturias. Tenemos también los fresnos trasmochos en todo el Pirineo y la cornisa cantábrica, con el fin de que el árbol produzca más hojas, que son muy nutritivas para el ganado. Y ahí está también el trasmocheo de las mimbreras, para cestería, que se hace con ciertos tipos de sauce».

«Tenemos también los fresnos trasmochos, con el fin de que el árbol produzca más hoja para el ganado»

Este tipo de poda genera en los árboles una zona de necrosis, con abundantes oquedades y fisuras, que son aprovechadas por la fauna par refugiares y nidificar. «Aves como el cárabo y el chochín, lo que los vascos llamáis 'txepetxa', nidifican en esos lugares, y también las usan mamíferos como la garduña, y a veces la gineta».

El trasmocheo de árboles es una actividad que viene realizándose desde hace mucho tiempo en los bosques de Aizkorri y otros montes vascos, ya que cortando las ramas a una cierta altura, se conseguía una producción de madera mayor y más sostenible. Todavía hoy en día quedan muchos árboles testigos de esta antigua técnica.

En los hayedos se aprecian fácilmente las 'txondor plazak', explanadas en las que se montaban las carboneras. Ese sistema de gestión del bosque acabó en la década de 1950.

Este otoño se va a realizar una carbonera en Zegama, en el parque del Parketxe Anduetza, uy se usará la madera que se corte el sábado en las faldas de la cordillera de Aizkorri.

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