Pura Díaz-Veiga: «La atención centrada en la persona es algo más que un eslogan publicitario»

La atención centrada en la persona «es algo más que un eslogan publicitario», defiende Pura Díaz-Veiga, directora científica de Matia Fundazioa, convencida de que el tránsito del modelo tradicional de residencias de mayores, con horarios rígidos y atención institucionalizada, a otro en el que se pueda vivir en un entorno lo más parecido a un hogar es posible, aunque no fácil. Ese cambio de filosofía para dar más poder de decisión al usuario quiere inculcarse ahora en la atención a personas en situación de exclusión social. Algunas residencias de mayores ya han dado el paso y revelan las ventajas y las dificultades.

- Vivir en una residencia como en casa. ¿Es algo más que un eslogan publicitario?

- De hecho lo es. Es una demanda que nace de la experiencia de muchas de las personas que nos visitan o que viven allí. El entorno que conseguimos es que las personas tengan una vida lo más parecida a su hogar. Nunca va a ser su casa, pero se trata de que se parezca, que tengan elementos decorativos o domésticos que les sean familiares, que no cambien mucho las personas que les cuidan, que el ambiente sea tranquilo, estimulante y que se generen cosas imprevistas.

- Ha subrayado la necesidad de ser flexibles. ¿Cómo se puede lograr en centros donde las personas tienen cada vez más dependencia y necesidades de cuidados casi hospitalarios?

- Se trata por ejemplo de conocer muy bien a la persona, tratar de que al menos tengan opciones para elegir en su vida cotidiana. A una persona le puede gustar más un determinado tipo de comida, ir vestida de una manera o de otra. ¿Por qué me tengo que levantar a las ocho todos los días o por qué no puedo comer una manzana si no me apetece un yogur? Esas pequeñas elecciones son necesarias para que esas personas se reconozcan. No hay una receta y eso es lo complejo.

- Ese ambiente hogareño tiene también que ver con las condiciones laborales de las personas que les cuidan. ¿Es un modelo más caro?

- Todavía no hay muchos datos para sostener si es más caro, en qué es más caro y en qué no. Sabemos que es más eficiente en unidades pequeñas, en las que vivan entre 10 y 15 personas. No se puede pensar en un modelo centrado en la persona en una residencia de 200 plazas. La sostenibilidad es la clave para el futuro de este modelo. Lo que nos preocupa es que se consolide y que eso ayude a que se transfiera a otros centros y lugares.

- Matia suele ser un modelo ejemplar, ¿pero es factible trasladarlo a otros centros y residencias?

- Hay muchísimas organizaciones interesadas, pero sí es verdad que en unas es más fácil que en otras. En Matia es más factible porque tiene una cultura de incorporar innovaciones a lo largo de su historia.

- ¿Se corre el riesgo de que haya dos sistemas paralelos, uno que mejora y otro que se quede anclado en el modelo tradicional?

- No debería. Las administraciones que conocen este modelo lo apoyan. Porque finalmente es el modelo que quiere la ciudadanía. Es el futuro.

- ¿La frase de 'yo no quiero que me lleven a una residencia' sigue siendo una realidad habitual?

- Sí, y tenemos que tratar de ponerla en entredicho. Las residencias deben ser entendidas como lugares en los que se apoya a las familias que cuidan a las personas que quieren, y no un sitio donde desentenderse de ellas.

- ¿Hay personas abandonadas por sus familias en las residencias?

- Es posible que eso ocurra, pero lo frecuente es lo contrario, que la gente que cuida con mucha intensidad sufra hasta problemas de salud por esa dedicación.

- ¿Vamos a tener en el futuro quien nos cuide?

- Va a tener que haber residencias, pero la gente donde quiere vivir es en sus casas. Donde hay que poner el foco es en proyectos que hagan que las personas puedan seguir viviendo en sus casas. En este momento, en Gipuzkoa se está desarrollando 'Etxean bizi', que trata de poner de relieve la importancia de integrar a distintos recursos para que puedan seguir en sus domicilios, a pesar de que tengan necesidades de cuidados. Porque si no, no habrá residencias suficientes. Se trata de crear un sistema de continuidad de cuidados.