Muere un errenteriarra tras sufrir una caída de cien metros en el Pirineo francés

El día había amanecido cubierto, pero no en malas condiciones para emprender la ruta de montaña, aunque fue a última hora de la tarde cuando la meteorología empeoró, circunstancias que complicaron el rescate, indicaron los miembros del equipo que participaron en el operativo. La persona que dio la voz de alarma había intentado buscar a su amigo durante hora y media, pero al ver que no había rastro de él, decidió bajar lo antes posible a una zona con cobertura para llamar a emergencias, añadieron las citadas fuentes.

Ambos habían salido con la intención de realizar una ruta de dos días en torno al Pic du Midi d'Ossau. El sábado, habían llegado al lago de Bious-Artigues y al refugio d'Ayous, según precisan en el diario Sud-Ouest. Sobre las ocho de la tarde, en la bajada cerca del refugio de Pombie el médico vecino de Hendaia resbaló en la nieve. Cayó por un desnivel de cien metros, con fatales consecuencias.

Tras recibir la llamada de alerta, inmediatamente se movilizaron los recursos de emergencia. El grupo de rescate de alta montaña recurrió al helicóptero Dragon 64 para llegar lo antes posible, localizar a la víctima o depositar a los rescatadores a pie de montaña. Pero resultó imposible. Las condiciones meteorológicas empeoraron hasta tal punto que la búsqueda tuvo que hacerse a pie. Un equipo de cinco gendarmes partieron junto con perros adiestrados en tareas de rescate, ya echada la noche. Después de dos horas de búsqueda, un poco antes de medianoche, los agentes localizaron en un cañón el cadáver del excursionista, que fue trasladado en un primer momento al tanatorio de Oloron, municipio cercano, y posteriormente al de Hendaia, donde residía.

Juan Manuel Aizpurua había nacido en Errenteria pero llevaba ya años instalado en Hendaia, donde tenía la consulta. Su muerte ha causado gran dolor entre sus familiares, amigos y pacientes, que le recuerdan como un médico muy apreciado.

La muerte del guipuzcoano en montaña se suma al fallecimiento del vecino de Arrasate Juan Álvarez Hidalgo el pasado mes de octubre en el Anboto. La víctima pudo sufrir una caída desde varios metros de altura y tuvieron que emplearse cuatro jornadas de búsqueda para localizar el cuerpo.

Más recientemente, en el Pirineo francés también perdían la vida dos montañeros cántabros, esta vez sepultados por una avalancha de nieve, de la que lograron salir ilesas sus acompañantes, y el guía.