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Troncos flotando tras la inundación que se registró al desbordarse el río Zelai en Berastegi.

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Troncos flotando tras la inundación que se registró al desbordarse el río Zelai en Berastegi. Lobo Altuna

242 litros de lluvia en solo cuatro días

Las intensas precipitaciones provocan desbordamientos menores en las cuencas del Urumea y Oria

Javier Peñalba

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Miércoles, 21 de febrero 2018, 11:48

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El Urumea y el Oria no aguantaron más y terminaron por desbordarse. Los daños, sin embargo, en esta ocasión no fueron tan cuantiosos. Los más perjudicados fueron los de casi siempre, entre ellos el club de rugby de Hernani, cuyos responsables vieron cómo, por enésima vez, sus campos quedaban anegados por las aguas del río Urumea, en cuya cabecera han caído 242 litros en cuatro días.

Era solo cuestión de tiempo. Después de las abundantes lluvias que se han venido registrando, no solo en lo que va de febrero, sino en los últimos tres meses, lo que se vivió ayer en las cuencas de Gipuzkoa fue una consecuencia lógica. Puede incluso que las incidencias fueran todavía inferiores a las que cabía esperar, principalmente en algunas zonas. No hay duda, en este sentido, de que las mejoras que se han acometido en el cauce del Urumea, tanto en la zona de Hernani como en el barrio donostiarra de Martutene, han conseguido el objetivo que se perseguía y que no era otro que reducir de manera más que notable el riesgo de inundaciones.

La demostración quedó de manifiesto ayer. Con el nivel del agua en Astigarraga a casi seis metros, en la zona de Okendotegi, uno de los puntos más sensibles de la cuenca, donde las alarmas saltan a la primera de cambio, el agua no había llegado siquiera a la carretera. Asimismo, en Martutene, el Urumea discurría poderoso, pero lejos del límite de rebose, a más de un metro.

Donde el agua no aguantó fue en los campos de rugby de Landare que quedaron cubiertos por una lámina de agua. No hay año o crecida en la que estas instalaciones deportivas no se vean afectadas. Como en ejercicios anteriores, el agua entró por una regata que discurre junto a los vestuarios, desde donde se extendió a los terrenos de juego.

Seguridad desactiva el plan de emergencias por el riesgo de inundaciones

La escuela de soldadura, en Ergobia, que se inunda todos los años, tampoco se salvó esta vez. «Nos ha entrado un poco de agua, no ha sido mucho, solo unos cinco centímetros», explicó uno de los profesores mientras empujaba el agua con un escobón hacia el sumidero.

El Urumea también anegó huertas en Hernani, Astigarraga y Martutene, aunque los daños fueron escasos.

El efecto de la presa

La presa de Añarbe desempeñó asimismo un papel determinante que frenó el avance de las aguas. El episodio de intensas precipitaciones que soporta esta cuenca ha dejado en las últimas horas registros para los anuarios. Desde el pasado sábado, el pluviómetro de la estación meteorológica lleva contabilizados 165 litros de lluvia. De ellos, 77 se recogieron el lunes y 40 en la jornada de ayer. La lluvia fue todavía más copiosa en la estación meteorológica de Eskas, en la cabecera del valle, en la zona de Artikutza, que asimismo vierte aguas al pantano. Allí cayeron 242 litros, de ellos 108 en veinticuatro horas.

LA CIFRA

  • 77 litros de lluvia se midieron el lunes en la presa del Añarbe, donde desde el pasado sábado se llevan acumulados 165 litros. Ayer, hasta la tres y media de la tarde se llevaban totalizados 40 litros.

  • La clave, Añarbe: La presa logró retener un volumen de agua que de haber llegado al río Urumea hubiera supuesto una sobreelevación de cincuenta centímetros y, por lo tanto, el río hubiera alcanzado ampliamente el nivel de alerta naranja.

Ante tal volumen de precipitación y con los desagües de la presa cerrados como estaban desde el lunes para evitar que la crecida fuese mayor, se produjo un importante y rápido incremento del caudal de entrada al embalse. El agua no tardó en llegar al aliviadero de la presa, de forma que se procedió al cierre de las compuertas existentes en esta zona, lo que permitió disponer temporalmente de un resguardo complementario.

Fuentes de Aguas del Añarbe destacaron el «efecto positivo» que ha desempeñado la presa en el presente episodio. Recordaron en este sentido que el Urumea alcanzó su altura máxima en Ereñozu a las 10.00 de la mañana, con 1,89 metros, y añadieron que «de no haber existido la presa», la totalidad del caudal que en esos momentos entraba al embalse hubiera llegado al Urumea, «lo que habría supuesto una sobreelevación de 50 centímetros» y, por lo tanto, el río hubiera alcanzado «ampliamente el nivel de alerta naranja», que se activa a partir de dos metros en ese punto.

Por suerte, nada de eso sucedió. Además, los pronósticos meteorológicos fueron acertados y las lluvias fueron remitiendo en el transcurso de la mañana. La mejoría hizo que el nivel del río descendiera, con lo que se inició un desembalse de 7 metros cúbicos por segundo que horas después de incrementó a 15.

Las aguas también bajaron con fuerza en otras cuencas. En el Oria, el agua se salió del cauce en la trasera del número 2 de calle Zumea, donde alcanzó varios garajes. Algunos tramos del río entraron en el nivel amarillo en zonas como Belauntza, Araxes y Lasarte-Oria. En Berastegi se desbordó el río Zelai. En los restantes ríos del territorio no se registraron complicaciones pese a la crecida que todos ellos experimentaron.

Todas las cuencas han recibido en las últimas horas importantes aportaciones de lluvia. La precipitación máxima registrada desde las tres de la tarde de este pasado domingo y hasta la misma hora del lunes se midió en Berastegi, donde se recogieron 118 litros por metros cuadrado, por 99 en Bidania-Goiatz y 86 en Oiartzun, según datos facilitados por las agencia vasca Euskalmet.

Según Aemet, se ha batido en el observatorio de Igeldo la efemérides -desde 1928- de lluvia acumulada entre el 1 septiembre y el 19 de febrero, ya que se llevan acumulados 1.436 litros cuando el valor normal es 853. En Hondarribia se han recogido en el mismo periodo 1.338 litros cuando la media es 787.

Las lluvias remiten a partir de esta tarde

A partir de hoy el tiempo experimenta una mejoría, aunque las temperaturas se desploman. Se mantiene el riesgo de lluvia por la mañana y se activa entre las seis de la mañana y las tres de la tarde el aviso amarillo por nieve a 500 metros. Por tanto, bajan las temperaturas y remiten las lluvias por la tarde, según Euskalmet. Llegan vientos fríos y más secos procedentes del continente. La cota de nieve irá descendiendo durante la mañana hasta situarse en 500-600 metros. Para mañana se espera mucho frío y tiempo en general seco. En la mitad oriental predominarán los cielos poco nubosos, mientras que hacia el oeste las nubes serán más abundantes. Para los restantes días de la semana no se prevén precipitaciones y se anuncian cielos con nubes y claros.

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