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Gipuzkoa registra cada semana un caso de violencia de hijos hacia sus padres

Gipuzkoa registra cada semana un caso de violencia de hijos hacia sus padres

La Fiscalía Provincial contabilizó 57 denuncias en 2016, once más que en el ejercicio anterior

Javier Peñalba

San Sebastián

Martes, 31 de octubre 2017

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La violencia que ejercen los hijos respecto a sus padres no cesa. El pasado año, la Fiscalía de Gipuzkoa registró nada menos que un caso por semana. Según la memoria anual redactada por el ministerio público, en 2016 se formularon 57 denuncias, diez más que el ejercicio anterior. Empujones, puñetazos, mordiscos, amenazas e insultos son las prácticas más habituales. El informe constata asimismo, un incremento en los casos de acoso escolar protagonizado por menores. No obstante, la Fiscalía estima que «en general, los delitos que se cometen en Gipuzkoa no revisten una particular violencia»

La memoria fiscal relativa a 2016 dedica amplio capítulo a la evolución de la criminalidad juvenil. El informe destaca un aumento de los delitos de lesiones cometidos por menores, que pasan de 49 a 88. También crecen los robos con fuerza, de 29 a 56 asuntos, en tanto que los robos con intimidación se triplican, de 7 a 25.

Asimismo, aumentan los delitos de violencia doméstica o filio parental que pasan de los 46 caso de 2015 a los 57 del pasado año. De total, en 37 casos los autores era varones y 20 féminas, una circunstancia que lleva a la Fiscalía a sostener que la ratio entre chicas y chicos empieza a aproximarse «de modo alarmante». La edad de ellas, no obstante, es inferior a la de ellos. «En casi todos los casos analizados eran de 14-15 años», afirman.

La acción utilizada por los jóvenes contra sus padres es casi siempre idéntica: empujones, puñetazos, mordiscos, amenazas e insultos. Se extiende tanto a la madre como al padre y en ocasiones a los hermanos. «Deja de ser, por tanto, el padre una figura de autoridad en el hogar familiar», se indica en el informe.

En 2016 hubo asimismo dos denuncias interpuestas por abuelas por agresiones de sus nietos. Una de estas denuncias se archivó porque la abuela no quiso denunciar a su nieta. El otro caso sin embargo llegó a juicio, donde se le impuso al joven la medida de diez meses de internamiento en un centro.

La Fiscalía destaca el «importante» número de casos en los que los padres no han querido presentar denuncia. El año pasado se alcanzó la cifra de 16 frente a los 12 supuestos del año anterior. «Los progenitores agotan antes de acudir a la vía judicial las posibilidades que ofrecen los Servicios Sociales o la Diputación» aseguran desde el ministerio fiscal.

Del total de expedientes, dos de ellos se archivaron por ser los autores menores de 14 años, frente a los 5 casos del año anterior. Y un tercer asunto se sobreseyó por haberse cometido el acto de violencia física contra la madre estando el hijo en estado febril.

Las medidas judiciales impuestas en las sentencias por estos delitos ha sido la de libertad vigilada en la mayoría de los casos. «El objetivo es trabajar con ayuda de los Servicios de Ejecución de Medidas Judiciales todos los aspectos deficitarios que concurren en el joven y que provocan sus comportamientos agresivos», aseguran. No obstante, al menos en tres casos se impuso la medida de internamiento en un centro cerrado, aunque en régimen semiabierto. Y en uno la medida de asistencia a centro de día. Sin embrago, la medida de libertad vigilada en más de un caso se ha convertido en internamiento «ante la involución del joven y la falta de cumplimiento de la libertad vigilada».

12 acosos escolares

Junto a la violencia entre hijos y padre la memoria subraya el incremento experimentado en el número de acosos escolares, que ha pasado a 12. Predominan las denuncias por insultos, amenazas y vejaciones leves como en otros años. Solo existe un caso particularmente relevante que haya llegado a juicio. Un joven fue condenado por un delito contra los derechos fundamentales y las libertades públicas. Los hechos sucedieron en un centro de acogida. El menor orinó en el suelo y en la cama de un joven que era homosexual y al día siguiente se jactó de haber protagonizado el incidente. Al joven se le impuso una medida de diez meses de internamiento en centro cerrado.

La mayoría de los casos restantes, según la memoria, se resolvieron por mediación, archivo al ser los jóvenes menores de 14 años o porque no estar acreditados los hechos. Incluso un expediente se cerró al haber otorgado el perdón los representantes legales del ofendido.

No obstante, el informe indica que todavía hay un expediente en trámite por denuncia de acoso escolar «al estilo tradicional», en el que varios alumnos de un Instituto insultan, amenazan, agarran del cuello y pegan puñetazos a otro durante sucesivos días. El centro escolar actuó con «relativa rapidez» y en el expediente disciplinario abierto se calificaron los hechos como «muy graves» y se ha acordado como sanción expulsar a los alumnos denunciados durante veinte días. Además se adoptaron medidas de vigilancia para impedir la reiteración de estas conductas.

Existe también un caso en que los seis jóvenes denunciados de apenas 9 años. Se denunciaron insultos, amenazas y agresiones. Al tratarse de menores de 14 años, la Fiscalía no puede investigar. No obstante, se requirió a los representantes legales de los menores denunciados para que aportasen en la Fiscalía el libro de Familia a fin de determinar la edad de sus hijos. Asimismo, se le informó de la existencia de la denuncia contra su hijos y se ofició al centro escolar para que comunique a Fiscalía las actuaciones administrativas iniciadas para paliar la situación. Dictándose a continuación el decreto de archivo por tener los menores denunciados una edad inferior a los 14 años. Notificando dicho decreto a los representantes del menor afectado y de los menores denunciados. Y deduciendo testimonio a la Diputación para que valore si es necesario intervenir en las familias.

Insultos desde la red

Los acosos están «íntimamente» ligados a los delitos cometidos a través de las nuevas tecnologías. La Fiscalía ha contabilizado 15 casos cuando en 2015 fueron 25. Se materializan básicamente mediante insultos a través de mensajes de móvil o Instagram, y con la divulgación no consentida de fotos o vídeos en las que aparece la víctima desnuda. También se ha computado al menos cuatro estafa por internet.

De todos los delitos cometidos a través de las nuevas tecnologías, la Fiscalía resalta la obtención de vídeos de alto contenido sexual de una menor de 13 años a través de la aplicación Instagram y su divulgación por mensaje a terceros. En este caso, el menor fue condenado por un delito de posesión y distribución de pornografía infantil a ocho meses de tareas socio educativas para que participase en un programa de desarrollo afectivo sexual y de uso responsable de las nuevas tecnologías».

El ministerio público constata una «fiebre» en la sociedad por grabar que con el teléfono móvil todo aquello que resulta novedoso. «’Fiebre’ que lleva a poner en peligro la propia integridad física», afirma. En este sentido, recuerda el caso de un joven que accedió a una grúa y se grabó cuando estaba a cincuenta metros de altura.

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