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Miércoles, 11 de octubre 2017, 15:04
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La Diputación de Gipuzkoa y la Universidad de Deusto desarrollarán en los próximos dos años una acción piloto, centrada en la recogida y redistribución de comida cocinada y precocinada del sector de la hostelería, para reducir el despilfarro alimentario del territorio, estimado en más 120.000 toneladas anuales.
El proyecto, denominado "Saving food" (Ahorro de alimentos), es una de las dos acciones que ha organizado el departamento foral de Medio Ambiente para luchar contra ese derroche de comida y contribuir a la sostenibilidad "ambiental, social y económica" del territorio, según ha explicado hoy en la presentación su titular, José Ignacio Asensio.
En el acto ha participado también Ainhoa Alonso, responsable del centro de investigación Deustotech, que se encargará de implementar la acción, y de las entidades que colaborarán en ella, el Banco de Alimentos, la empresa de "catering" Auzolagun, el centro comercial Garbera, la Federación Mercantil de Gipuzkoa y la Asociación de Hosteleros del territorio.
La Diputación ha anunciado además la realización de un estudio de investigación, junto a la cooperativa sin ánimo de lucro Impact Hub Donostia, para obtener "un diagnóstico específico" del desperdicio alimentario en Gipuzkoa, de sus consecuencias económicas y ambientales, y el impacto que tiene en "el colectivo más sensible al hambre".
El estudio, que estará concluido hacia finales de año, tratará de cuantificar y caracterizar el derroche de comida que hay en Gipuzkoa, ya que hasta ahora sólo se disponen de estimaciones, en su mayoría por extrapolación del ratio de 280 kilos al año por cada ciudadano europeo.
La presidenta de Impact Hub Donostia, Josune Razkin, ha indicado que tratarán de determinar dónde se sitúan en Gipuzkoa "los mayores focos de despilfarro" y si se corresponden con las estimaciones que sitúan en torno al 50 % de todo lo producido para alimentación humana en la fase final de consumo, cerca del 20 % en la industria de elaboración, más del 10 % en los productores y un 5 % en la red de distribución.
El proyecto piloto para recoger comida hecha sobrante del sector hostelero, que arrancará en dos zonas de Gipuzkoa para extenderse después al resto del territorio, se sumará así a la recogida de alimentos perecederos, consumibles pero no comercializables y denominados "último minuto", que lleva a cabo desde hace ocho años el Banco de Alimentos en el territorio, con unas 800.000 toneladas al año que redistribuye entre familias necesitadas.
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