«Atendemos diez picaduras de sabirón al día»

Las olas y las corrientes no son los únicos factores de riesgo que obligan a los bañistas a tomar más precauciones. Aunque en la costa guipuzcoana las medusas no supongan una amenaza, los sabirones consiguen frustrar cada día la jornada de playa a más de uno.

«Llevamos unas cinco temporadas sin carabelas portuguesas», con apariencia de medusa y cuya picadura es muy peligrosa y dolorosa, «aunque de lo que no nos libramos es de los sabirones», explica Mikel Yanci, socorrista de la playa Zurriola de Donostia.

Estos peces de unos 30 centímetros de longitud tienen una cresta con tres aguijones y poseen un veneno vasoconstrictor, que en caso de inoculación en el ser humano provoca síntomas de inflamación y «un dolor muy intenso. Un día de buen tiempo podemos atender unos diez casos».

Cuando baja la marea «es cuando aumenta el riesgo de ser picado, porque se van escondiendo en la arena y los puedes pisar». Aunque normalmente no dejan el aguijón dentro, «provoca un gran dolor, dependiendo de la zona en la que pique». Yanci explica qué procedimiento hay que seguir si lo hace. «Hay que echar 50% de amoniaco -o vinagre- y 50% de agua, y masajear la zona. Si duele mucho, conviene hacer inmersiones en agua caliente».

Concluye que, a diferencia de lo que pueda pensarse, es conveniente andar en arena seca y caliente, pisando fuente, para que el veneno se expanda y el dolor se suavice. La molestia puede durar un par de días, siendo más intensa durante la primera hora.