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I. V.
Jueves, 13 de abril 2017, 08:37
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El peaje de Biriatou vivió ayer el aperitivo de la operación salida de Semana Santa que comenzó a las tres de la tarde. La primera jornada se saldó con unas retenciones de ocho kilómetros en el paso fronterizo, mientras que en la AP-8 en el límite entre Bizkaia y Cantabria se llegaron a alcanzar los diez kilómetros a primera hora de la tarde. Según informaron fuentes de la Ertzaintza, también se registraron retenciones de cuatro kilómetros en el otro 'punto negro' habitual, la A-1 en Armiñón (Álava), aunque a las cinco y media de la tarde el tráfico ya era fluido.
A primera hora de la tarde fue cuando las primeras retenciones comenzaron a registrarse en la frontera. Además de la habitual caravana de camiones que suele invadir el carril derecho de la calzada, en esta ocasión se le sumaron los coches que circulan camino Francia. Así, la cola alcanzó los ocho kilómetros de longitud antes de las siete de la tarde. Una situación que se complicó además por el accidente que se produjo entre tres vehículos en el punto kilométrico 0,1 de la AP-8 en Biriatou. A consecuencia del choque cinco personas tuvieron que ser trasladada hasta el Hospital del Bidasoa.
Este punto no fue el único conflictivo en Gipuzkoa, ya que en Andoain en la incorporación a la A-15 se registraron retenciones de dos kilómetros.
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