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Iker Amutxastegi, el segundo por la derecha, con los componentes de la peña Eskozia la Brava.
Un asiento vacío en Ipurua

Un asiento vacío en Ipurua

«Nuestro mejor homenaje es recordar el optimismo y la alegría de Iker», dicen los miembros de Eskozia la Brava

ALBERTO ECHALUCE

Miércoles, 15 de marzo 2017, 06:47

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Los amigos de Iker Amutxastegi, muchos de ellos componentes de la peña de la Sociedad Deportiva Eibar Eskozia la Brava, sacaban fuerzas de flaqueza de donde podían. Aún no se podían creer que la carretera se hubiera llevado la vida del amigo que siempre tenía «una sonrisa y buenas palabras» para ellos. Pero por desgracia, la línea entre la vida y la muerte se inclinó desfavorablemente para Iker en el accidente ocurrido el lunes por la tarde en la carretera que discurre entre el Alto de Azkarate y Azkoitia.

Ahora solo queda el dolor en sus familiares y amigos. Iker estaba muy unido a su mujer Leyre, enfermera del Hospital de Mendaro. En la actualidad, trabajaba en la empresa azkoitiarra Bernardo Ecenarro, si bien también lo hizo en Rodisa. Compañeros del fallecido en ambas factorías realizaron paros en memoria del fallecido. Además, Iker sacaba tiempo para sus principales aficiones: estar con la familia, el ciclismo y el Eibar. Deja tres hijos de 6, 9 y 12 años que acostumbraban a jugar con otros niños de la misma edad en el parque elgoibarrés de Leku-Eder, municipio en el que residía este activo miembro de la peña azulgrana. Las familias con las que se solía juntar estaban desoladas ayer. «Ha sido tan de repente que estamos destrozados», decía Susana, amiga de Iker y Leyre.

El dolor afloraba también en los comentarios de los componentes de Eskozia la Brava. Sus compañeros de peña guardan con especial cariño las vivencias compartidas con Iker. Todos ellos acudieron ayer al tanatorio de Elgoibar para mostrar sus condolencias a la familia del fallecido. También se acercó la presidenta del conjunto armero, Amaya Gorostiza.

Para los componentes de Eskozia la Brava este sábado no va a ser lo mismo. El conjunto armero jugará ante el Espanyol pero en los aledaños de Ipurua ya no estará Iker. Faltará su risueña sonrisa que dejaba huella en cualquiera. Mirar a su asiento vacío será otro momento muy duro por el que tendrán atravesar los miembros de la peña azulgrana. Animar a sus jugadores será más difícil todavía. «Recorrió en bicicleta miles de kilómetros y nunca le ocurrió nada. Desgraciadamente, encontró la muerte de esa manera. Una verdadera fatalidad», comentaba ayer Santi Entrena, uno de los componentes de la peña armera que más trató con él. Entrena incidía en que «nuestro mejor homenaje es recordar su optimismo y alegría».

Entrena destacó de Iker que «era una persona que siempre nos daba optimismo cuando el equipo tropezaba o cuando las cosas iban mal». Igualmente, precisó «su carácter comedido» a la hora de negociar cualquier aspecto con el Eibar o con las instituciones en las reuniones que mantenía para organizar las actividades de la peña. «Era un fenomenal consejero. Siempre aportaba su punto de vista y cuando estabas desanimado siempre tenías su apoyo», explicó con tristeza Entrena

Entre las fiestas inolvidables siempre quedará en la memoria un desafío entre los aizkolaris, Bihurri y Cortina, contra el propio Iker, acompañado de Aitor Munozguren, organizado por Eskozia la Brava. Estos dos últimos tenían que dar un determinado número de vueltas corriendo a la plaza de Unzaga antes de que los aizkolaris cortaran sus troncos. «Allí Iker se fabricó un maillot para la ocasión que nos dejó impresionados», decía Entrena.

Su último viaje

Lo que siempre recordará Entrena es el viaje que compartieron juntos a Leganés el pasado 17 de diciembre. «Había viajado con su mujer, en coche, y su hijo había venido en autobús con nosotros. Nos juntamos con la pareja y nos fuimos a comer unos mejillones a un bar. Le vi muy feliz», comentó aún apesadumbrado.

Entrena recordaba también que «gracias a la tranquilidad que transmitía Iker, y por su mediación, unos radicales de Madrid no pudieron agredir a dos chavales que venían con nosotros en el autobús. Después, fuimos todos juntos a animar al campo».

El presidente de Eskozia la Brava, Joseba Combarro, mostraba su agradecimiento a Iker por el apoyo desinteresado que siempre ofrecía en las actividades que organizaban la peña. «Iker, tu sonrisa siempre guiará mi camino. Te estoy eternamente agradecido por todo el apoyo que me prestaste siempre en los momentos más difíciles», escribió en su cuenta de Facebook.

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