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Condenado a 20 años de internamiento en Aita Menni el acusado de matar a su padre

Las acusaciones y la defensa llegaron a una conformidad al estimar que el autor actuó en un delirio de esquizofrenia

JAVIER PEÑALBA

Viernes, 3 de marzo 2017, 07:01

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Ya hay condena. Veinte años de internamiento en la Unidad de Psiquiatría Legal Aita Menni de Arrasate y seis de prisión. Es la pena que ayer le fue impuesta al joven que hace dos años mató a su padre de varias cuchilladas en San Sebastián. Al acusado, que padece una esquizofrenia paranoide, le ha sido aplicada la eximente incompleta de enajenación mental.

El juicio entró ayer en su desenlace procesal final, después de que la Fiscalía, la acusación particular que ejercen familiares de la víctima y la defensa llegasen a una conformidad. La decisión se hizo pública al término de la exposición del informe de autopsia que realizaron los médicos forenses del Instituto de Medicina Legal de San Sebastián.

«Hemos visto que el acusado ha reconocido los hechos, de manera que solo quedaba por delimitar su responsabilidad desde el punto de vista penal», manifestó Estela Rodríguez, la representante del ministerio público.

Las dudas que pudieran tener sobre la imputabilidad del acusado se disiparon tras escuchar las consideraciones de las médicas forenses expertas en psiquiatría y la de los doctores que practicaron la necropsia.

Descompensación

Acusaciones y defensa coincidieron en que el acusado cometió un delito de asesinato, con la agravante de parentesco. Asimismo, estimaron que la acción estuvo condicionada por la esquizofrenia paranoide que padece. En este sentido, entendieron que en el momento del ataque se encontraba en un estado de descompensación y que actuó condicionado por esta circunstancia.

Los hechos tuvieron lugar la tarde del 17 de septiembre de 2015, en el garaje comunitario de un edificio de viviendas en el barrio donostiarra de Buenavista. Sobre las cuatro y media de la tarde, el acusado, de 27 años, bajó con su padre a la planta menos 1 del edificio, donde el progenitor tenía estacionado su coche. Una vez allí, el hijo, armado con un cuchillo, se abalanzó sobre él y se lo clavó repetidas veces en la base del cuello, tórax, zona baja del esternón, estómago, cara posterior del hombro, mano y brazo.

Antes del inicio del juicio, la fiscal del caso había solicitado 14 años de prisión y 20 de internamiento en un centro psiquiátrico. Sostuvo que la víctima no pudo escapar ni defenderse del ataque de su hijo, ya que padecía una enfermedad neuromuscular degenerativa que debilitaba las extremidades inferiores y superiores, a la vez que le generaba un importante problema de movilidad.

Tras el acuerdo de ayer, las partes pidieron de forma unánime el ingreso del acusado en la Unidad de Psiquiatría Legal de Aita Menni, que es donde actualmente se encuentra. Se trata de un equipamiento reservado a personas que padecen una enfermedad mental y a la vez se hallan inmersas en procedimientos penales. Este servicio es único en el Estado y había sido una aspiración de los familiares de personas con patología mental.

El acusado deberá permanecer en la unidad durante un tiempo no superior a veinte años. La medida será evaluada anualmente y, en función de la evolución que presente, podrá mantenerse o ser modificada. Asimismo, reclamaron seis años de prisión, aunque no tendrá que ingresar en ningún recinto penitenciario.

También acordaron que, una vez cumpla la medida de seguridad, se acuerde su libertad vigilada.

«Sí, acepto»

La conformidad alcanzada obligó al presidente del tribunal, el magistrado Iñaki Subijana, a disolver el jurado. El juez agradeció el «compromiso» mostrado por sus once miembros en las diferentes sesiones celebradas. «Hay momentos en los que hay que reivindicar la voz de los ciudadanos en los espacios público y judicial», señaló Subijana.

También agradecieron su labor la propia fiscal así como la abogada de la acusación, Rosa Solano, y el letrado de la defensa, Bernardo Sebastián.

En cuanto los jurados abandonaron la sala, el presidente de dirigió al acusado, a quien explicó de manera pormenorizada el contenido del acuerdo alcanzado. Una vez informado, le preguntó si estaba conforme. El acusado tomó entonces la palabra por segunda vez en este proceso: «Sí, acepto», dijo.

«Vista su aceptación y dado que todas las partes están de acuerdo, yo le condeno en los términos que le he manifestado», indicó el magistrado, con lo que se dio por concluido el proceso.

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