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Viernes, 24 de febrero 2017, 06:46
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La pasante soterrada del Metro por el centro de San Sebastián ya cuenta con partida presupuestaria y plazo aproximado para que las máquinas comiencen la obra después del verano. Los presupuestos vascos de 2017, que ayer se registraron en el Parlamento Vasco, incluyen los primeros 4,7 millones de una inversión global que alcanza los 180 millones y que se repartirá a lo largo de los próximos cuatro años. Junto a esta partida, las Cuentas del Gobierno de PNV y PSE recogen otros 350,5 millones de inversión para continuar el trazado de la Y vasca en Gipuzkoa, el que ejecuta Euskadi. La distribución de esta partida entre los diferentes tramos en construcción está pendiente del resultado de la negociación con Madrid. La consejera Arantxa Tapia se reunirá, de hecho, a principios de marzo con el ministro de Fomento Iñigo de la Serna para hablar del nudo de Bergara y de la estación de Donostia, y para pedir que la encomienda de su ejecución recaiga en Euskadi.
La infraestructura que depende completamente de la gestión vasca es la red de Euskotren. Y este año, el Ejecutivo ha consignado la primera partida para que comience la construcción de la pasante del Metro en Donostia. La adjudicación del del proyecto de construcción, que ya está redactado, está a falta del último trámite administrativo, el del informe ambiental de Costas (Gobierno central ) que en el Ejecutivo vasco confían en completar en próximas semanas.
Los 4.715.000 euros consignados para este ejercicio se destinarán a la obra civil que comenzará, probablemente, desde la estación de Lugaritz. Los trabajos, que durarán cuatro años, pretenden eliminar el fondo de saco actual de la estación de Amara con una pasante soterrada que favorezca el tráfico y los tiempos del servicio. El proyecto contempla dos tramos, el de Lugaritz-La Concha y el de Miraconcha-Morlans con dos estaciones intermedias, una a la altura de Benta Berri y otra en el Centro.
Una vez arranquen los trabajos iniciales, en el último trimestre del año, el presupuesto para los siguientes ejercicios se irá incrementando hasta completar la obra en 2021, un año más tarde que la previsión original. Según el cronograma elaborado por el Ejecutivo y avanzado en sus Cuentas, en 2018, la pasante se acelerará con una inversión de 28,7 millones. En 2019, serán 32,4 millones; al año siguiente, 50,6; y en 2021, se completará el trazado con 65,2 millones. Un montante total que supera los 180 millones.
Junto a esta infraestructura, las Cuentas vascas consignan otros 350,5 millones para continuar con la construcción de la Y vasca, que tiene su horizonte final en 2023. Los trabajos avanzan de forma simultánea en diferentes tramos, a la espera de que se desate el nudo de Bergara, el punto neurálgico del trazado cuyo proyecto está siendo objeto de un rediseño por parte de Adif, la empresa pública estatal ferroviaria encargada de momento de su construcción. Las negociaciones abiertas entre el Ministerio de Fomento y la consejería vasca de Infraestructuras para desbloquear ese punto, y para que la encomienda de su ejecución recaiga sobre el Gobierno Vasco, como el resto del trazado guipuzcoano, podrían tener respuesta en breve.
Reunión en Madrid
El ministro Íñigo de la Serna y la consejera Arantxa Tapia están cruzándose agendas para cerrar una fecha de reunión en los primeros días de marzo. Y en ese encuentro político, Euskadi confía en recibir la encomienda tanto del nudo de Bergara como, por lo menos, de la estación de alta velocidad en Donostia. Por eso, las partidas adjudicadas en el proyecto de Presupuestos vascos, que ahora comienza su tramitación parlamentaria para su aprobación en pleno el 11 de abril, no son definitivas.
En el Ejecutivo, advierten que las cantidades previstas para continuar, y en algunos casos rematar, los tramos de Bergara-Ezkio Itsaso; la estación de Ezkio; el tramo Zizurkil-Andoain, el de Hernani-Astigarraga, el de Tolosa-Oiarztun o el de Astigarraga-Oiartzun-Lezo pueden sufrir variaciones, lo que no significa -aseguran fuentes solventes consultadas- que las obras en dichos trazados sufran retrasos.
De la negociación entre De la Serna y Tapia, dependiente a su vez de las conversaciones que sus respectivos partidos, PP y PNV, están manteniendo para los Presupuestos Generales del Estado, se desprenderá el destino final de esos 350,5 millones. Se trata de la misma cantidad que el Gobierno Vasco ha consignado desde 2012 para las obras del tren de alta velocidad en Gipuzkoa, el tramo bajo su gestión y que luego el Ejecutivo central -responsable de la financiación de toda la obra- le devuelve vía cupo.
La posible encomienda de las obras del nudo de Bergara y de la estación de Donostia podrían, además de modificar partidas, obligar a incrementar dicho presupuesto si, como esperan en Vitoria, los trabajos se reactivan y vuelven a tomar velocidad suficiente como para que los viajeros vascos se suban al tren en 2023.
En materia ferroviaria, las Cuentas vascas también incluyen una partida de 24,3 millones de euros, la más importante de las consignadas en este ejercicio para infraestructuras.
Y en esa misma vía, la de Euskotren, que gestiona ETS, los Presupuestos recogen otra partida de 6,4 millones, en este caso la última, para rematar la obra de la estación en el barrio donostiarra de Loiola. El recinto abrirá sus puertas y empezará a funcionar el próximo domingo 5 de marzo, cuando se instalará un puesto informativo para guiar a los primeros usuarios. Pero la obra completa, que incluye la urbanización de la zona exterior de la estación y el desmontaje de toda la estructura provisional, no concluirá hasta el mes de junio.
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