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JAVIER GUILLENEA
Jueves, 15 de diciembre 2016, 12:58
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Dirige en Soria el colegio concertado Nuestra Señora del Pilar, de los Escolapios, un centro que en las pruebas PISA obtiene mejores resultados que Finlandia. Óscar Abellón explicará hoy a las 18.00 horas en Karmelo Ikastetxea, en Donostia, el largo viaje hacia la excelencia que hace una década emprendieron los profesores de su colegio
- ¿Es verdad que a Soria se le llama la pequeña Finlandia?
- En el informe PISA Soria siempre queda en muy buen lugar y sus niveles cercanos a Finlandia son los que han hecho que en determinados momentos se haya hablado de la pequeña Finlandia.
- ¿Qué resultados ha obtenido su colegio?
- Nosotros hemos participado en lo que se llama PISA for Schools.
- ¿Qué es?
- A partir de PISA ha surgido una iniciativa de la OCDE que permite medir el nivel de los colegios y no solo de los sistemas educativos. PISA for Schools permite hacer un análisis exhaustivo de cada centro y a partir de ahí poder compararlo con otros sistemas o con otros colegios del mismo nivel socioeconómico.
- Por lo que parece, no les ha ido mal.
- Hicimos el examen en mayo de 2016 y la puntuación de nuestros alumnos en matemáticas fue de 559 puntos, en lectura 548 y en ciencias 542. Esto nos situaba por encima de Finlandia en las dos primeras materias y a tan solo tres puntos en ciencias. Esa comparativa era con el informe PISA de 2012, pero si ahora nos comparamos con 2015 quedamos bastante por encima de Finlandia en todo. Esto nos permite ver que ha tenido éxito el proceso de cambio que iniciamos hace más de una década.
- ¿Qué hicieron?
- Hace unos doce años nos planteamos un cambio pedagógico importante partiendo de qué era lo que queríamos conseguir en nuestros alumnos. Ya no se trataba solo de que adquiriesen conocimientos porque lo importante no es tanto lo que sabes sino lo que sabes hacer con lo que sabes. Entre las competencias que tenían que desarrollar nuestros alumnos nos planteamos que pudiesen aprender a trabajar en equipo, que dominasen la tecnología y al menos dos idiomas y que además desarrollasen su capacidad para investigar y fueran capaces de aprender por sí mismos.
- Su colegio no tiene repetidores. ¿Esto significa que aprueban a cualquiera?
- Efectivamente, no hay repetidores pero no porque se les apruebe sino porque los alumnos aprueban y superan con holgura los niveles exigidos y eso es algo que se ve en las pruebas externas. A medida que hemos ido cambiando el formato metodológico, el nivel de éxito escolar ha ido creciendo o al revés, el nivel de fracaso ha disminuido. Algo muy llamativo es que en primero y segundo de ESO, que son niveles en los que se suele concentrar mucho fracaso escolar, el fracaso iba desapareciendo hasta el punto de que ahora mismo el nivel de éxito en esos dos cursos se sitúa en el cien por cien
- ¿Han tenido que invertir mucho dinero para alcanzar estos resultados?
- Ha habido inversiones importantes y esto lo enlazo con una de las conclusiones del informe PISA for Schools. Se ha comprobado que invertir más no significa mejores resultados, lo importante no es cuánto se invierte sino cómo se hace.
- En el País Vasco se ha invertido mucho pero los resultados no han acompañado.
- A mí me da mucha rabia porque el País Vasco invierte mucho en educación y eso es lo más preocupante. Cuando una inversión fuerte no va acompañada de buenos resultados el problema está en la gestión y la sensación de frustración tiene que ser importante. El problema es cómo se está gestionando el dinero. Si hay grandes inversiones y malos resultados es necesario realizar una autocrítica sobre la gestión que se realiza. Es el momento de analizar lo que se hace, sobre todo cuando se está viendo que en otros lugares con una inversión más baja o con un menor índice sociocultural se obtienen mejores resultados.
- ¿En dónde han invertido ustedes?
- Nuestra mayor inversión ha sido en formación del profesorado. Todas estas metodologías que le he comentado requieren de los docentes, de lo contrario es imposible. El protagonista es el alumno porque el objetivo es que aprenda y para eso el profesorado tiene que estar bien preparado.
- ¿Las escuelas de Magisterio ya preparan profesores para ello?
- Yo creo que hay que empezar por ahí. Es muy importante que en la universidad haya un salto grande para conseguir mejores docentes de cara al futuro, de tal manera que todas las nuevas metodologías se incorporen en las titulaciones. Hay mucho trabajo por delante.
- El director de PISA , Andreas Schleicher, ha dicho que 'las escuelas y los sistemas educativos no tienen los ojos y los oídos para ver cómo está cambiando el mundo'. ¿Usted está de acuerdo con estas palabras?
- Pueden tener mucho sentido en un porcentaje elevado de centros. He tenido ocasión de visitar muchos colegios y al verlos me he dado cuenta de que un porcentaje elevado todavía siguen anclados en un modelo muy tradicional. La oferta educativa tiene que estar en sintonía con el cambio social y con lo que en cada momento nos pide la sociedad. Yo a veces comento que en muchos centros se está trabajando en edificios del siglo XIX, con profesores del siglo XX y con alumnos del siglo XXI.
- Cada vez que baja el nivel educativo se alzan voces que reclaman una mayor cultura del esfuerzo.
- La cultura del esfuerzo no debe desaparecer nunca. Evidentemente los resultados se consiguen con esfuerzo, pero lo importante es cómo se enfoca. Ese es el detalle importante porque no se trata de esforzarse menos sino de enfocar el esfuerzo de una manera más productiva. Hace muchos años el esfuerzo que se hacía era memorizar la lista de los reyes Godos, pero ahora un alumno te puede decir que esa información la tiene con solo apretar una tecla. La memoria es importante, claro que sí, pero no es necesario memorizar absolutamente todo y a lo mejor el esfuerzo tiene que ir más en la línea de saber dónde encontrar la información y cómo utilizarla.
- ¿Y los deberes?
- El informe PISA for Schools revela que en la mayoría de los casos tener una mayor carga de deberes no significa un mayor rendimiento. Lo que hay que ver es qué tipo de tareas se realiza. Es importante generar hábitos de trabajo y de estudio pero tiene que ser proporcional a la edad. Además, los deberes deben tener un objetivo, no se pueden mandar tareas para casa porque sí. Y por último hay que tratar de enfocar las tareas para generar la curiosidad en los alumnos y desarrollar su capacidad para la investigación.
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