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A. VOZMEDIANO
Jueves, 24 de noviembre 2016, 07:10
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Ane conocerá hoy su nuevo hogar y a quienes se ocuparán de ella durante sus primeros meses de vida. Ellos la llevarán a casa, la acostarán en la cuna y le acercarán ese peluche tranquilizador de llantos. La pequeña, que fue abandonada en un contenedor junto al museo de San Telmo de San Sebastián envuelta en bolsas de plástico, ha salido por la mañana del Hospital Materno Infantil, después de las 48 horas preceptivas de controles médicos para cualquier bebé recién nacido.
Ane va a ocupar el último de los trece pisos de acogida urgente que están a disposición de la Diputación para casos como el de esta niña y el de otros menores de tres años que precisen un hogar con urgencia.
Quienes van a ejercer como familia ya están avisados y todo está preparado para su llegada, pero desde la propia institución foral se constataba ayer que queda ocupado ya el último piso disponible y que si no hay nuevas adhesiones al programa, el próximo bebé que se encuentre en una situación de emergencia como Ane o como tantos otros pequeños, deberá acudir a un centro de menores y no a una vivienda.
Hay otras familias de acogida, sesenta en total, que ofrecen sus casas para acogimientos temporales, pero que no entran en la categoría de pisos de urgencia, que implican estancias muy cortas, un máximo de seis meses.
Si lo más aconsejable para un chaval con problemas es una familia de acogida, con un bebé esto es casi un imperativo, según coinciden todos los expertos. Ane, de momento, tiene asegurada esa cuna de urgencia. Ese será su hogar mientras dure la instrucción judicial y la investigación sobre su madre biológica o la mujer que la tiró al contenedor. Su tutela corresponde a la Diputación foral, que decidirá el futuro de la niña.
La pequeña fue encontrada llorando a pleno pulmón al poco tiempo del parto y los médicos, una vez la tuvieron entre sus manos, certificaron que su estado de salud era bueno con sus 2.600 gramos de peso, apenas llegar al centro sanitario.
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