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Una mujer de 86 años se impone a Iberdrola en los tribunales de Justicia

La clienta acudió a la compañía eléctrica a cambiar la titularidad del contrato de la luz y tras hablar con los comerciales salió con otros dos nuevos

JAVIER PEÑALBA

Sábado, 28 de mayo 2016, 08:55

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La protagonista de esta historia es una mujer de 86 años. Su caso, muy probablemente, no habrá sido el único que se haya dado recientemente. En el último año ha mantenido un litigio con Iberdrola del que ha salido victoriosa. Un juzgado de Donostia ha condenado a la eléctrica a devolverle una cantidad por un servicio de mantenimiento de la caldera del gas cuando ella, en el momento de suscribirlo, no tenía ninguna intención de hacerlo. En realidad acudió a la compañía a cambiar solo la titularidad del contrato de la luz y salió con otros dos nuevos bajo el brazo. El juzgado considera que la falta de una información previa llevó a la mujer al «error» de contratar un servicio «innecesario».

Todo comenzó en 2014 tras el fallecimiento de su marido. Aconsejado por sus hijos, la mujer decidió modificar la titularidad del contrato de la luz y ponerlo a su nombre. De esta forma, se dirigió a los comerciales de Iberdrola y cuando tramitaron la modificación, le convencieron para darle de alta en el de gas, aunque ella no tenía ninguna intención de cambiar de compañía, ya que siempre había sido cliente, primero de Donosti-Gas, luego Gas Euskadi, ahora EDP.

El contrato de gas contemplaba una reducción del 30% sobre el precio del combustible durante un año y, además el servicio de mantenimiento de la caldera, una prestación que la cliente ya tenía contratada con Fagor, fabricante del aparato, y una reducción del 30% sobre el precio del gas durante un año.

A los pocos meses de iniciarse la prestación, en noviembre de 2014, contactaron con la titular para avisarle que iban a ir a revisar la caldera. La mujer les respondió que el técnico de Fagor acababa de hacérsela. No obstante la cita se mantuvo y cuando llegó el revisor de una empresa subcontratada por Iberdrola, este no realizó trabajo alguno, ya que había sido efectuado por el fabricante y así lo hizo constar.

El operario asimismo le hizo saber que la cuota mensual por el mantenimiento era de 8,75 euros más IVA, es decir, 127 euros al año, más caro incluso que el servicio oficial de Fagor que ella tenía contratado. El técnico de Iberdrola fue informado en aquel mismo instante de que deseaba darse de baja en el servicio.

Meses de reclamaciones

Pero no es tan fácil darse de baja. «Durante varios meses reclamé telefónicamente. Fue una tortura y con una paciencia infinita, a los cuatro meses por fin lo conseguí. Había realizado más de doce reclamaciones para que nos dieran de baja en el servicio de mantenimiento de caldera. Pero al darnos de baja nos quitaron el beneficio de la rebaja del 30% en el precio del gas y nos hicieron pagar todas las mensualidades que restaban hasta vencer la anualidad del contrato», explica un familiar de la titular del contrato.

Esta misma persona afirma que en varias ocasiones, en el momento en que efectuaba la reclamación vía telefónica «los propios empleados que se ocupaban de tramitarlas se echaban las manos a la cabeza al comprobar la actuación de la empresa y verbalmente nos daban la razón. Aunque luego el departamento correspondiente, formalmente, denegaba la reclamación. Es decir, quienes nos atendían nos daban la razón, pero la burocracia de la empresa prefería seguir a lo suyo, engordando la cuenta de resultados, a costa de todo y de todos», afirma.

Ante esta situación, la mujer interpuso una reclamación ante la autoridad judicial que recientemente le ha dado la razón. Bajo la dirección letrada de Maite Agirrebeña, la titular del contrato interpuso una demanda en el Juzgado de Primera Instancia número 2 que ha declarado nula la cláusula relativa al servicio de mantenimiento del gas y condena a Iberdrola a devolver el importe por el servicio.

El juzgado considera que la falta de una información previa llevó a la mujer al «error» de contratar un servicio «controvertido» cuando en realidad ya lo tenía cubierto y le era «innecesario» y carente de finalidad. Recuerda además la sentencia que la mujer solo había acudido a realizar el cambio de titularidad y salió con el contrato del gas y el servicio de mantenimiento.

«¿Cuántas personas tienen incluido, sin saberlo, este concepto en su factura? Sobre todo gente mayor.... ¿Cuántas personas desisten en su reclamación y acaban pagándolo? El que quiera reclamar se dará cuenta que el servicio de reclamaciones está pensado para que los clientes desistan, no para que sea efectivo ¿Cuántos beneficios reporta a Iberdrola este comportamiento?», concluye el familiar de la mujer.

La resolución judicial es firme y contra ella no se puede interponer ya ningún recurso.

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