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Varios miembros del grupo posan en la sede del Colegio de Psicólogos de Gipuzkoa en San Sebastián.
Psicólogos de Gipuzkoa crean un grupo especializado en accidentes como el de Lille

Psicólogos de Gipuzkoa crean un grupo especializado en accidentes como el de Lille

El Colegio de Psicólogos funda GIPEC con el objetivo de «garantizar asistencia inmediata»

IRAITZ VÁZQUEZ

Miércoles, 5 de agosto 2015, 06:38

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Las primeras imágenes y olores pueden perdurar durante mucho tiempo en personas que han sufrido situaciones traumáticas. Nada más salir del Hospital Universitario de Lille, los jóvenes que viajaban en el autobús accidentado la madrugada del pasado 26 de julio recordaban con nitidez las situaciones caóticas que vivieron cuando se despertaron tras el siniestro. El primer impacto suele ser duro, pero si no se trata de manera adecuada puede que perdure en el tiempo y se cronifique en una depresión. Por ello, una primera actuación de los piscólogos es fundamental tras un accidente como el ocurrido en Francia. Nada más llegar al polideportivo o al aeropuerto de Loiu, los jóvenes fueron atendidos por profesionales especializados en este tipo de situaciones traumáticas para aminorar esas consecuencias.

Aunque en Gipuzkoa no es habitual que sucedan accidentes de estas características, nunca viene mal estar preparado para afrontar una situación dramática. Un pilar fundamental en esta tarea suele ser la de los psicólogos, que desde un primer momento atienden a las víctimas, así como a los familiares y amigos. Por ello, el Colegio Oficial de Psicología de Gipuzkoa ha creado el Grupo de Intervención en Emergencias y Catástrofes (GIPEC), el primero de estas características en el territorio. Sonja Massimo, coordinadora del grupo de veinte profesionales que trabajan en este colectivo, señala que esta iniciativa ha nacido «con el fin de dar respuesta a una potencial necesidad en un momento en el que se observa la carencia de contar con un grupo de profesionales de la psicología expresamente preparados para este tipo de situaciones».

En un principio, el ámbito de actuación de este grupo de psicólogos será Gipuzkoa aunque Massimo subraya que «tendríamos capacidad para apoyar a los equipos que interviniesen en otras zonas». Para que esta unidad de emergencias acuda a la zona en la que ha ocurrido el desastre, la institución que tiene «asignada la competencia de responder en este tipo de situaciones debería activarnos», explica. El grupo está disponible para iniciar su labor en cuanto las instituciones que tienen competencias en esta materia soliciten un convenio de colaboración.

Los primeros momentos suelen ser vitales a la hora de atender a la víctima de forma adecuada. Si no se elaboran de la manera que indican los protocolos, las consecuencias que puede acarrear agravan la ya de por sí terrible situación. Por ello, Massimo explica que «nuestro objetivo es garantizar una asistencia psicológica inmediata para minimizar el impacto y la posibilidad de padecer secuelas psicológicas secundarias por la pérdida de salud, bienes materiales, autonomía o fallecimiento de familiares».

En esos primeros momentos tras sufrir un acontecimiento que pueda causar estrés, según señala Massimo «el ser humano manifiesta estados emocionales como inquietud, desorientación, shock o aturdimiento que pueden ir acompañados de nauseas, mareos, sollozos, mutismo o palpitaciones». Por esta circunstancia, los profesionales que componen el GIPEC «deben ser capaces de identificar los posibles síntomas y trastornos psicológicos».

Capacidad de resistencia al estrés y trabajo en equipo

  • «Una gran capacidad para superar momentos de gran estrés y que pueda trabajar en equipo». Éstas son las dos grandes características que han predominado a la hora de elegir a los veinte psicólogos que conforman el equipo GIPEC. El germen de este grupo nació hace un año. Desde entones no han parado de hacer entrevistas y pruebas a los posibles candidatos. En diciembre del año pasado comenzaron con los cursos intensivos que realizan una vez al mes. Para conformar el grupo, «nos pusimos en contacto con diferentes profesionales del Colegio que pudieran estar interesadas en formar parte del grupo. Para ello, hemos tenido muy en cuenta su perfil, inquietudes y ganas de trabajar», señala Sonja Massimo, coordinadora del grupo. Tras un parón en verano, continuarán con la formación en septiembre.

Para avanzar en esta identificación, estos veinte profesionales están llevando a cabo cada mes en la sede del Colegio de Psicólogos de Gipuzkoa en San Sebastián unas reuniones informativas que les capacita para «completar una terapia psicológica en la fase siguiente a los primeros momentos del suceso», señala. «Una vez transcurrida la fase inicial crítica, en las personas en las cuales se valore que hay secuelas psicológicas a medio-largo plazo, derivadas del suceso traumático, el grupo cuenta con psicoterapeutas capacitados para asumir terapias de trastorno y de estrés postraumático».

Niveles de emergencia

La activación de este grupo puede realizarse en cuatro supuestas situaciones traumáticas. «Los más habituales suelen ser los accidentes de tráfico y laborales. Aunque la comunidad suele tener recursos suficientes para dar respuesta a este tipo de situaciones», señala Massimo. En un segundo nivel se encuentran las 'Emergencias': «Cuando hablamos de ellas, principalmente nos referimos a los accidentes de autobús y tren, donde el número de pérdidas humanas suele ser elevado. Además, generan grandes pérdidas materiales que afectan a un grupo de personas».

En un tercer peldaño se colocan los 'Desastres'. «Este grupo lo componen las inundaciones o los atentados terroristas, por ejemplo», explica la coordinadora. «En este tipo de situaciones se dan grandes pérdidas humanas y toda la población se ve afectada, por lo tanto el impacto es muy grande y se genera una alarma en la población». El último de los supuestos sería el de las 'Catástrofes' donde se engloban «normalmente fenómenos naturales como los terremotos. Suponen un desastre masivo con gran número pérdidas humanas, en el que se producen secuelas de horror y sufrimiento. En este tipo de casos, el número de profesionales necesarios es ilimitados, por lo que se excede la capacidad de respuesta de la comunidad, y por lo tanto se requiere de ayuda externa», hace hincapié Massimo.

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