Condenado por acceder a correos de menores para obtener fotos de desnudos

Según la sentencia del caso, a la que ha tenido acceso EFE, los hechos sucedieron entre noviembre de 2012 y enero de 2013, período durante el que, en ejecución de un plan preconcebido, hizo uso de "técnicas de engaño" conocidas como "ingeniería social" para obtener las contraseñas de las cuentas de las chicas, todas ellas usuarias del mismo servicio de correo electrónico.

Para ello, el inculpado "utilizó una vulnerabilidad en el sistema, que dispone de un recordatorio para prevenir el olvido de la contraseña de acceso" a través de una "pregunta secreta" cuya repuesta "supuestamente sólo conoce el titular de la cuenta".

La resolución judicial aclara que, "al tratarse de jóvenes que comparten centro educativo y entorno social con el acusado, éste pudo averiguar la respuesta a las preguntas" para obtener las claves de acceso.

De esta manera, "rebuscó entre los mensajes, libreta de contactos y archivos alojados" en las cuentas de tres de las chicas, con la finalidad de "obtener imágenes de las menores desnudas o información que le sirviera para presionarlas en ese sentido".

"Igualmente -prosigue el texto- hizo uso del sistema de mensajería instantánea asociado a las cuentas de once de ellas para "hacerse pasar por ellas, entablar conversación con sus contactos y tratar de conseguir que otras chicas le enviaran fotos de sí mismas desnudas, o bien encendieran la cámara web con la misma finalidad".

Como el procesado no conseguía su objetivo, dijo a seis de las afectadas "que iba a impedirles acceder al contenido de sus perfiles en las redes sociales y que iba a utilizar herramientas de edición fotográfica para crear fotomontajes con la cara de las menores, simulando que estaban desnudas, y dar publicidad a dichas imágenes para escarnio de sus amistades", una "intimidación" que "no surtió resultado".

Conforme con las penas

Tras ser descubierto, el imputado mostró "arrepentimiento" por los hechos cometidos, asumió la "gravedad de lo ocurrido" y accedió a someterse a tratamiento psicológico para "enmendar aquellas particularidades de su carácter que le llevaron a embarcase" en esta situación.

Asimismo, "ha decidido demostrar activamente este arrepentimiento a las menores afectadas, para lo que grabó un mensaje en vídeo dirigido a las mismas".

Durante el juicio por estos hechos, el hombre se mostró conforme con las penas que solicitó la Fiscalía, por lo que ahora ha sido condenado a penas que suman un año y diez meses y 60 días de cárcel y a abonar multas por un importe de 1.680 euros, como responsable de tres delitos contra la intimidad en su modalidad de apoderamiento de correos electrónicos y de un delito de intrusión en sistemas informáticos con la atenuante muy cualificada de arrepentimiento.

Además, la sentencia, que también le considera autor de seis faltas de amenazas leves y de otras trece de vejaciones injustas, acuerda la suspensión de las penas de prisión con la condición de que el procesado no vuelva a delinquir en un plazo de tres años.