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El fiscal equipara con un «depredador» al acusado de un intento de violación en Irun

Afirma que «más que un agresor» el imputado actuó «como un salvaje» y al mover a la perjudicada «como un saco de patatas» lo hizo, cogiéndola por los tobillos

efe

Miércoles, 25 de marzo 2015, 17:20

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El fiscal ha equiparado con un "depredador" al ciudadano camerunés que ha sido juzgado este miércoles en San Sebastián por un intento de violación ocurrido en 2011 en Irun, frustrado por otra mujer que, alertada por los gritos de la víctima, puso en fuga al agresor tras propinarle un paraguazo.

Los hechos, enjuiciados esta semana en la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa, ocurrieron sobre las 00.00 horas del 17 de diciembre de 2011, cuando la víctima, que entonces tenía 55 años, se dirigía a casa de su madre tras salir de su trabajo y se cruzó en la calle con un hombre de raza negra que, sin mediar palabra, la agredió brutalmente y la arrastró a un lugar oscuro y apartado, donde se tumbó sobre ella mientras intentaba abrirle las piernas y quitarle la ropa.

Los alaridos de la víctima, quien mordió en la mano a su agresor, alertaron del suceso a una vecina de una vivienda próxima que bajó precipitadamente a la calle, donde el hombre se dirigió hacia ella con los brazos extendidos y las manos abiertas, por lo que, al sentirse agredida, le golpeó con un paraguas hasta que huyó, mientras aún se ajustaba los pantalones.

En la segunda y última jornada del juicio por estos hechos, el fiscal ha elevado a definitivas sus conclusiones provisionales y ha reclamado penas que suman ocho años y once meses de cárcel para el procesado por un delito de tentativa de violación y otro de lesiones con la agravante de aprovechamiento de las circunstancias de lugar y tiempo.

«Sólo le faltó arrastrarla por los pelos»

Por su parte, la acusación particular, que ejerce la víctima, ha mantenido su petición por los mismos delitos que el Ministerio Público, aunque ha retirado las imputaciones que hacía por usurpación de identidad (en el momento de la detención el acusado portaba la documentación de su hermano), y por desobediencia y resistencia a la autoridad al ser detenido.

Durante la presentación de los informes finales, el fiscal ha asegurado que "más que un agresor" el imputado se comportó con su víctima como "un depredador" ya que actuó "como un salvaje" y al mover a la perjudicada "como un saco de patatas" lo hizo, cogiéndola por los tobillos, de una forma parecida al "arrastramiento al que someten los depredadores a sus presas". "Sólo le faltó arrastrarla por los pelos", ha precisado.

El representante del Ministerio Público ha recordado que la mujer se encuentra en una situación de "incapacidad permanente" para el desempeño de su trabajo, a raíz de las "brutales" lesiones físicas y la afectación psicológica derivadas de la agresión, lo que demuestra de forma "palmaria" lo ocurrido.

El fiscal ha basado gran parte de su argumentación en el testimonio "coherente, repetitivo y sin contradicciones" prestado por la víctima a lo largo de todo el proceso judicial que, apoyado en las versiones de diferentes testigos, permiten afirmar la presencia del acusado en el lugar el día de los hechos, así como su intención de violar a la perjudicada y que además se aprovechó de la "impunidad" que le proporcionaba el lugar apartado y oscuro al que llevó a la mujer para cometer los hechos.

La acusación particular se ha pronunciado en términos similares a los de la Fiscalía y, al igual que el Ministerio Público, ha rechazado que el hombre actuara afectado por la elevada ingesta de alcohol.

El abogado de la defensa ha sostenido que su cliente no puede "afirmar ni negar" su presencia en el lugar cuando tuvo lugar el suceso, ya que "no recuerda lo ocurrido" porque había consumido güisqui y otras bebidas alcohólicas a las que presenta una intolerancia que le impide acordarse de lo sucedido.

El letrado ha insistido en que la versión de su cliente no puede ser entendida como "un montaje" porque la ha mantenido sin contradicciones desde un primer momento.

En la sesión del juicio también han declarado los ertzainas que instruyeron el atestado y los agentes que detuvieron al acusado, así como un perito forense que examinó las heridas de la víctima y del procesado.

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