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Andrea Gabilondo y Álvaro Iruin, en el Centro de Salud Mental de Amara en Donostia.
Un plan integral contra el suicidio
SALUD

Un plan integral contra el suicidio

Salud Mental de Gipuzkoa de Osakidetza impulsa un programa que podría aplicarse a todo Euskadi

ALEXIS ALGABA

Lunes, 15 de septiembre 2014, 07:45

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Partiendo de la base de que muchas de las cuestiones que no se producen de forma natural pueden evitarse o controlarse, desde la Red de Salud Mental de Gipuzkoa de Osakidetza llevan tiempo tratando de crear un protocolo de prevención ante los suicidios. De momento es un programa piloto pero, ante la posibilidad de que los resultados sean positivos, son optimistas para que el Departamento de Salud del Gobierno Vasco lo integre en un proyecto aun más ambicioso que consiga reunir a todos los agentes posibles para tratar de reducir unas cifras preocupantes. «El mensaje es que el suicidio se puede prevenir y eso está en manos de todos, tanto de los profesionales como de la propia población», afirma la responsable de programas de promoción, prevención e investigación de la Red de Salud Mental de Gipuzkoa, Andrea Gabilondo.

Las cifras en cuanto a personas que fallecieron por su propia voluntad en la última década han registrado niveles similares aunque con altibajos apreciables, como la caída «sin justificación aparente» en 2010. Sin embargo, con los últimos datos sobre la mesa (los de 2012), Gipuzkoa se encuentra en máximos de la última década. Hace dos años murieron en el territorio tras suicidio 64 personas, seis menos que en 2002, pero por encima de las marcas finales del resto de años, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). «No podemos señalar que estamos en una tendencia al alza porque para ello necesitaríamos ver los datos con mayor distancia. Podemos decir que estamos en una línea alta en la tendencia pero no en máximos», apunta Gabilondo. Por ello, nadie se atreve a relacionar directamente este ligero repunte de casos con el incremento del paro o la crisis económica. Los factores que provocan que una persona decida poner fin a su vida no se pueden limitar al empeoramiento de la situación económica. «Si pensásemos que solo con la salida de la crisis o controlando ese factor podríamos reducir de manera drástica las estadísticas, estamos muy equivocados», advierte el director de la Red de Salud Mental de Gipuzkoa, Álvaro Iruin. El suicidio normalmente responde a una suma de factores pero entre esos factores en un 90% de los casos (según los estudios) hay un problema de salud mental. Lo más frecuente es la depresión seguido de los problemas con el alcohol. Ambos son problemas de salud que tienen un tratamiento eficaz y que reduce mucho el riesgo de suicidio en las personas que los padecen.

Los suicidios se han convertido en la principal causa de muerte no natural en Euskadi, dejando atrás a la que hasta hace pocos años era la principal, los accidentes de tráfico. La mortandad en las carreteras vascas ha descendido bruscamente en la última década: un 70,3% entre 2002 y 2012, según los datos del Instituto Vasco de Estadística, Eustat. Así, en 2012, 80 personas fallecieron en las carreteras de Euskadi, por las 180 que se suicidaron. Las causas del descenso pronunciado en las estadísticas de muertes en carretera se pueden encontrar en la mayor seguridad de los coches, en las sanciones, las campañas sobre el consumo de alcohol y drogas al volante o el propio carné por puntos. «Si tratamos de hacer un trabajo similar con los suicidios se podrá conseguir bajar el número de víctimas. Pero para ello debemos formular acciones conjuntas entre Educación, Sanidad, Familia... y pienso que nos sorprenderían los resultados», apunta la psiquiatra Andrea Gabilondo. Ese trabajo se ha convertido en un reto a nivel global como apunta la OMS, que afirma que «la prevención del suicidio es una necesidad que no se ha abordado de forma adecuada debido básicamente a la falta de sensibilización sobre la importancia de ese problema».

«Cuanto más se sepa sobre la problemática del suicidio tanto a nivel de la población general como entre diferentes estamentos y agentes de la sociedad, mejores resultados podremos conseguir en cuanto a su prevención», añade Iruin. Este tipo de campañas o creación de protocolos puede llevar a evitar hasta un 30% de los suicidios en países donde ya se ha puesto en marcha. En Navarra, este verano se ha firmado un compromiso por parte de los departamentos de Salud, Educación, Políticas Sociales, Policía Foral y la Agencia Navarra de Emergencias para unificar unos protocolos que traten de evitar estos casos. Navarra registró en 2012 menos de medio centenar de fallecidos por esta causa pero han implementado este protocolo con el objetivo de disminuir un 10% los suicidios en los próximos cinco años.

En Euskadi, esta coordinación todavía no esta dispuesta aunque la apuesta que está realizando la Red de Salud Mental de Gipuzkoa puede llegar a fraguar como protocolo vasco en próximas fechas. «Nosotros hemos integrado servicios sanitarios, el 112, urgencias de los hospitales, psiquiatría y Osarean, pero los suicidios no son un recinto acotado a Sanidad. El departamento de Salud apoya nuestro proyecto, pero a base de resultados esperamos demostrar que también es útil a nivel vasco. 180 muertos al año son muchos y es una cifra para preocuparse», señala Álvaro Iruin.

Más de mil intentos

«Cualquier reducción es positiva», sentencia el director de Salud Mental de Gipuzkoa, con una buena dosis de razón, y es que aunque los fallecidos por suicidio en Gipuzkoa fueran 64, los intentos se multiplican exponencialmente. Según la Organización Mundial de la Salud, las tentativas de hacerlo son 20 veces mayores a las de los hechos que acaban en tragedia. De esta forma, en Gipuzkoa anualmente se podrían registrar más de un millar de intentos de suicidio. Cifras que en mayor medida corren a cargo de mujeres, aunque en las estadísticas finales de defunciones los hombres superen claramente a las mujeres (en 2012, 53 varones por 11 féminas). Eso en cuanto a tentativas, ya que según las estimaciones internacionales, un 4% de la población ha tenido alguna vez pensamientos suicidas. «Para comprender el problema no debemos quedarnos solo en las víctimas, sino en el drama que se genera en su entorno», destaca también Iruin.

Por grupos de personas, los profesionales están comenzando a poner el foco aun más en los jóvenes, ya que va en aumento el número de suicidios entre ellos y también las personas que acuden a pedir ayuda por trastornos relacionados con la depresión. Según la OMS, el suicidio es una de las tres primeras causas de defunción entre las personas de 15 a 44 años en algunos países y la segunda causa en el grupo de 10 a 24 años. Aunque tradicionalmente las mayores tasas de suicidio se han registrado entre los varones de edad avanzada, las tasas entre los jóvenes han ido en aumento hasta el punto de que ahora estos son el grupo de mayor riesgo en un tercio de los países. «Sí que advertimos un incremento progresivo de casos entre los jóvenes, pero no debemos desviar el foco de las personas mayores de 65 años, que son las principales víctimas», justifica Andrea Gabilondo.

Preguntar, la mejor prevención

Las estrategias de prevención institucionales pueden ser una clave para la reducción de las cifras, aunque desde la Red de Salud Mental de Gipuzkoa insisten en que esa labor arranca en casa, en la propia familia o entre amigos y a través de algo tan simple como preguntar '¿qué tal estás?'. «Aunque algunos piensen que es más perjudicial sacar el tema y conversar sobre él en el entorno familiar, la realidad es la contraria. Preguntar y preocuparse ayuda y mucho», señalan ambos profesionales.

Aconsejan que en el caso de que se observe que un familiar o alguien cercano ha cambiado su actitud, se encuentra más ensimismado o sin ganas de compartir nada, se hable con él y, en caso de que se corrobore que existe un problema, se trate de que acuda a un profesional para ser examinado o tratado de forma correcta.

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