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FELIX IBARGUTXI
Jueves, 31 de julio 2014, 00:13
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El Laboratorio Agroambiental de Fraisoro, situado en Zizurkil y dependiente de la Diputación Foral, ha conseguido lo que pocos poseen: la acreditación según la norma UNE-EN ISO 17025, para el análisis sensorial de la sidra, y que concede la ENAC (Entidad Nacional de Acreditación y Certificación). Fraisoro se ha adelantado a los laboratorios de sidra de Asturias, y tampoco hay en todo el Estado un panel de cata de vinos que haya logrado este riguroso certificado.
El logro fue presentado ayer en el palacio foral por el diputado del área, Jon Peli Uriguen, quien agradeció la implicación de los sidreros.
Con este reconocimiento, el panel de cata de sidra guipuzcoana consigue la máxima distinción de calidad y seguridad de sus catas. A nivel del Estado es el primer panel de cata de sidra acreditado y de los primeros en bebidas alcohólicas. En Euskadi, solamente el panel de cata del Queso Idiazabal, surgido en parte por el empeño de la Facultad de Farmacia de la UPV, tiene esta acreditación.
En marzo de 2012, la Diputación decidió impulsar el proyecto de un panel de cata para ayudar a mejorar la calidad de la sidra. Las dos asociaciones en las que hoy está dividido el sector vieron con buenos ojos la iniciativa, y se implicaron de buen grado.
Luego se constituyó una comisión para elaborar el método de análisis sensorial de la 'sagardoa'. La conformaban sidreros de ambas asociaciones y técnicos que trabajan en el sector.
En junio de 2012 finalizó la construcción de la sala de catas. A finales de julio de 2012 comenzaron los cursos de formación de los 65 catadores que presentaron su solicitud. Finalmente, se formaron tres grupos de veintidós personas cada uno. En enero de 2013 empezaron las primeras catas y hasta hoy se han realizado 101, con más de 800 muestras catadas.
Hoy en día, el comité de cata de Fraisoro está integrado por veinte personas, algunas de las cuales son sidreros, otros son enólogos y otros técnicos del sector. Siempre 'a ciegas', han superado múltiples pruebas, como sidras 'repetidas', y si en esos casos realizaban puntuaciones dispares eran 'invitados' a realizar un cursillo más, siempre con la máxima discreción.
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