Edie Campbell, la top que cabalga rodeada de arte

A Edie, hermana de Olympia, otra 'it girl' británica, le ha bastado un solo trabajo con Mario Testino, uno de los fotógrafos de las estrellas, para reinar en las pasarelas y seducir a algunas de las firmas más prestigiosas. Pero en poco más se parece a la mayoría de compañeras. De hecho, cayó en la moda casi de casualidad. Lo que de verdad le sube la adrenalina es la equitación. En 2007 ganó la Glorius Goodwood, primera carrera de caballos exclusivamente femenina. Pero visto el entusiasmo despertado, tal vez deba empezar a cabalgar a lomos de una industria en la que deberá tener cuidado. Aquí las caídas suelen ser bastante peligrosas. Licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Londres, adora el expresionismo abstracto de los artistas norteamericanos y el trabajo de los pintores rococós y le gusta sumergirse en la lectura de Thomas Mann, John Steinbeck, J. D. Salinger y Thomas Wolfe. «Leer es lo mejor», expresa mientras se dispone a tomar el relevo de grandes tops como Kate Moss y Linda Evangelista. Será la imagen de una de las casas de perfumes más emblemáticas: Black Opium es la suma de cuatro de los mejores 'narices' del mundo.

Criaturas monstruosas

Aunque todas las quinielas la sitúan como una de las más grandes a corto plazo, de momento se toma la moda como un divertimento. Sobre todo, cuando se tiene que probar vestidos que no van con su rollo. «Procuro entender por qué puede seducir a otra persona y pensar que a alguien le puede apetecer llevarlo». Mientras se pone en la piel de otras mujeres, Edie Campbell sigue fijándose en modelos que deslumbraron por su discreción.

Destaca a la legendaria Twiggy, por cambiar la manera en que la gente «miraba a la moda y las modelos», y especialmente a Stella Tennant, que «nunca se convirtió en una diva o criatura monstruosa de la moda». Campbell -¡tiembla Naomi!- no teme ni a las pasarelas ni a que ningún caballo descabalgue su prometedora carrera. Si algo aprendió de sus padres, fue «no tener miedo, estar segura de mí misma y de mis capacidades». Ah, tampoco pasa por alto el sentido del humor. Así que empieza una competición de lo más seria.