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Trabajo. La presentadora ha participado en una cata a ciegas entre dos famosos refrescos de cola. R. C.
«Estamos en la era de dar caña»

«Estamos en la era de dar caña»

Acostumbrada a incendiar las redes varias veces al día, Cristina Pedroche aplaude al nuevo Gobierno y bromea: «Me veo al frente del Ministerio de la Transparencia»

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Sábado, 23 de junio 2018, 01:00

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Si existe la reencarnación, entonces Cristina Pedroche en su vida anterior fue campana... Y algo de ello le ha quedado porque dar la campanada (no solo en Nochevieja, sino a lo largo de todo el año) es uno de sus platos fuertes. Muchas veces provocando y otras muy a su pesar, la presentadora es una de las famosas que más revolucionan las redes sociales, donde tiene dos millones de seguidores, algunos dedicados en cuerpo y alma a la tarea de hacerla picadillo. Casi podría decirse que ella es la única celebridad nacional capaz de incendiar Twitter varias veces al día y por diferentes motivos. Esta semana, por ejemplo, fue diana de todos los dardos por causas tan trascendentales como: A) posar con sandalias abiertas pese a tener los dedos de los pies montados unos sobre otros. B) rizarse la melena. Y C) lucir unos escuetos 'shorts' que dejaban ver medio trasero... «A mí el qué dirán por un oído me entra y por otro me sale», sentencia con todo su desparpajo esta vallecana.

Pedroche ha protagonizado en Madrid un evento publicitario, 'El reto del sabor Pepsi Max'. La idea era realizar una cata a ciegas en la que había que distinguir entre los dos refrescos de cola más famosos del mundo. «Tengo muy buen paladar», advirtió la presentadora y pareja del 'tres estrellas Michelin' Dabiz Muñoz. «Ya lo tenía antes de conocerle a él, pero ahora he ido perfeccionando el gusto y soy capaz de distinguir las texturas y si una cocción es correcta o no». La cata se realizó ante un circunspecto notario y con el cómico Edu Soto como maestro de ceremonias. «Ya sabes que yo soy muy transparente, se me nota la verdad», le advirtió la catadora al actor antes de beber de las dos latas. Y el resultado fue que eligió Pepsi. La 'chispa de la vida' debe de andar ahora muy apagada tras la elección de Pedroche...

Orgullosa con el resultado, la presentadora colgó el vídeo de la cata en su cuenta de Instagram y a los pocos minutos (tal vez segundos) ya tenía al primer 'troll' dándole la réplica: «Qué decepción, Cristina. ¿De verdad necesitas dar publicidad a productos tan insanos?». Ese fue (con mucho) el mensaje más suave... En otros la acusaban de ser capaz de publicitarlo todo, «hasta las drogas». Ella, consumada 'runner' y practicante de yoga, se lo toma con ejemplar resiliencia y filosofía oriental.

«Por una misma foto me llaman gorda, flaca, guapa, fea... ¿Ante eso qué hago? Por suerte, el 95% de los comentarios que recibo son positivos. Alguna vez he contestado a uno de mis detractores y se ha justificado diciendo que en realidad no quería decir eso. Lo único que buscan es su minuto de gloria. Por eso prefiero responder solo a la gente positiva, que me dice por ejemplo que gracias a mí han empezado a hacer yoga o a comer sano».

Confesiones «ñoñas»

Horas antes de que Màxim Huerta se viera obligado a dimitir, Cristina Pedroche se confesaba fan del recién elegido ministro. «Le conozco, es muy sensato, me encanta como escritor y tenemos muchísimas cosas en común». No lo sabía ella bien... En número de 'trolls' deben de andar ahora mismo empatados. «Es que estamos en la era de dar caña», razona la presentadora. Ella, en cuanto al nuevo Gobierno, se muestra positiva. «Me gusta, hay muchas mujeres ministras y confío en que las cosas empiecen a hacerse un poquito mejor». No se ve metida en política pero, puesta a imaginar, le gustaría situarse al frente del «Ministerio de la Transparencia». La broma hace referencia a los etéreos vestidos que acostumbra a lucir en Nochevieja.

A sus 29 años, Pedroche está un poco cansada de que le pregunten por la maternidad. «Siempre ponemos la presión en las mujeres», protesta. Dice que ahora mismo su cuerpo le pide «trabajar y disfrutar de mi marido. Solo llevamos juntos desde finales de 2014 y lo quiero para mí, que luego el niño llora y hay que atenderlo. Al final -reivindica la vallecana- tampoco pasa nada si decido no tener hijos. Una mujer puede ser igual de femenina, feliz y completa sin ser madre». Enamorada hasta las trancas de su chico, Pedroche solo le pide a la vida «que los días tengan más horas, porque al final trabajamos tanto los dos que cuando llegamos a casa nos quedamos dormidos en cinco minutos. Y me gustaría tener más tiempo libre para poder disfrutar de él, en casa tranquilos, viendo la tele. Yo para él y él para mí... Suena ñoño -admite-, pero es la verdad».

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