En ausencia de Froilán

En espera de que los Reyes y sus hijas se instalen en su residencia mallorquina (viernes o sábado), el pistoletazo de salida del veraneo real lo dio ayer lunes la Reina emérita, al posar frente a las cámaras escoltada por cinco de sus nietos, en el mismo escenario del año pasado y el anterior: la escuela de vela del Port Olimpic de Calanova, a poca distancia de Marivent. Aprender a navegar ha sido durante varias generaciones un requisito imprescindible para los hijos y nietos de la realeza, quizá en la certeza de que el día de mañana tendrán un yate... Hoy, con el Fortuna desaparecido en combate y el mundo girando a velocidad de vértigo, las certezas hace tiempo que se fueron a pique. Pero la tradición continúa. Las únicas que no se han sumado a ella son Leonor y Sofía. Don Felipe explicó el año pasado que las apuntará a la escuela de vela «cuando ellas lo pidan», cosa que de momento no parece haber ocurrido.

El curso en la escuela de Calanova dura cinco días, de lunes a viernes, de 10 de la mañana a 5.30 de la tarde, y sale por 209 euros por alumno, más otros 40 por el almuerzo. Total que, como cantaría un niño de San Ildefonso en Navidad: cursillo de Vela de los cuatro Urdangarin... «Mil eeeeeuuuroooos». O tal vez algo menos porque hay un 10% de descuento por familia numerosa. El propósito de doña Sofía es que sus nietos 'exiliados' en Suiza disfruten cada año de unos días de relax en Mallorca, ajenos a los graves problemas judiciales que arrastran sus padres.

Ayer, sobre los pantalanes del club, se pudo ver el tremendo estirón que ha dado el primogénito de Cristina, Juan Valentín, que a sus 15 años ya pasa del 1,80 de estatura, y lo que ha espabilado Irene, de 10, mucho más suelta y menos tímida que el verano pasado, que no había quien la despegara de su abuela. Pablo, también altísimo en comparación con el año anterior, y el rubísimo Miguel ya apuntan maneras de jugadores de balonmano e incluso de baloncesto. A Victoria Marichalar, estilizada a más no poder, hay quien le augura un gran futuro en las pasarelas. Por lo pronto la niña eligió para posar ante las cámaras una camiseta estampada con una frase muy 'chic' con su puntito irónico: 'Oui, c'est moi' (Sí, soy yo). Por si había alguna duda...

Con uno de sus característicos y vaporosos blusones estampados (esta vez con mariposas) doña Sofía se embarcó a mediodía de ayer en una lancha neumática para seguir desde alta mar las maniobras marineras de sus nietos. La víspera, les había obsequiado con una excursión en la lancha rápida Somni a la isla de Cabrera, un parque natural de acceso restringido. Froilán, que a sus 17 años acaba de aprobar por fin Cuarto de Secundaria, se perdió el 'planazo'. Se rumorea que lo que le entretiene en Madrid es una 'novieta' llamada Carlota.