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FERNANDO SEGURA
SAN SEBASTIÁN.
Sábado, 28 de octubre 2017, 08:23
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El talento, esa 'rara avis', es la pieza más codiciada por las empresas que no quieren descolgarse de la revolución industrial que nos inunda. El fichaje de personas brillantes es tan antigua como la historia misma, pero de unos años a esta parte el talento cobra nuevos bríos y parece el nuevo Grial.
Tanto es así que ayer, en la última jornada del XXI Congreso de Fabricación Avanzada que se ha desarrollado desde el miércoles en Miramón, el tema central fue 'Getting the right talent for connected industry'. La cuestión fue abordada en una mesa redonda moderada por Guillermo Tena, director de Recursos Humanos de Cuatrecasas. En la misma participaron Yolanda Zubillaga, jefa de proyectos corporativos de Recursos Humanos de MTorres; Luis Norberto López de Lacalle, catedrático de Ingeniería Mecánica de la UPV; David Martínez, fundador y director de Impronta Consulting; Gorka Maiztegi, emprendedor de Gïk Live! y Garikoitz Agote, director foral de Innovación.
Los participantes reconocieron que el talento, entendido como la capacidad para comprender las tecnologías más avanzadas e iniciar nuevos negocios, es un bien escaso. De ahí que los 'caladeros' donde en principio se encuentran estas personas sean escrutados por las empresas con avidez. Lo sabe bien Luis Norberto López de Lacalle, quien desde su cátedra de la UPV describe que «la competencia para fichar alumnos es feroz. Las empresas tienen que ser muy ágiles para captar a los mejores». En el caso de la máquina-herramienta, señaló que por cada alumno ha habido hasta siete firmas proponiéndoles prácticas «con intención de contratarles posteriormente».
López de Lacalle indicó que resulta difícil encontrar el perfil requerido por la industria 4.0. Señaló que esta carencia quizá se pueda resolver con «dobles grados que aúnen el conocimiento de la ingeniería con el mundo de los datos». Añadió como elemento positivo la incorporación de las mujeres a las ingenierías. «Se suman recursos y una visión diferente», destacó.
David Martínez también resaltó la dificultad de definir el perfil de los profesionales. Su consultoría asesora a compañías que quieren contratar talentos. Explicó que en ocasiones el primer problema radica en que los responsables de estas empresas «no saben lo que quieren. Llega el director general o el responsable de Recursos Humanos y nos pide un experto en industria 4.0, pero cuando les preguntamos qué perfil buscan no lo saben. 'Como otros lo tienen, nosotros también', responden. Ahora están de moda, como antes lo estuvieron los 'community manager'».
Yolanda Zubillaga aportó otro ángulo de visión. «Todos queremos subirnos al carro de la industria 4.0, pero igual no solo se necesitan superingenieros. No nos vale de nada un superespecialista si no sabe trabajar en equipo, negociar o informar. Puede haber 'millennials' muy preparados, pero probablemente les haga falta crecer en otros aspectos».
Zubillaga sabe de lo que habla. MTorres, empresa de la que es directiva, se dedica a soluciones novedosas en la automatización de procesos industriales complejos. En España está presente en Madrid, Pamplona y Murcia. Su expansión global le ha llevado a implantarse en casi todo el mundo, incluido Seattle (EE UU). «¿Cómo atraer talento en sitios tan diversos?», se preguntó la responsable de Recursos Humanos. Y ella misma se respondió admitiendo que «tiene tela, porque la cuestión cultural pesa mucho. En otros casos, como en Seattle, donde están radicadas grandes empresas como Amazon, atraer talento es muy complicado, además de carísimo».
Poniendo el foco en Gipuzkoa, Garikoitz Agote coincidió en la dificultad que encuentran los empresarios para contratar profesionales que se adecúen a la industria avanzada. El responsable foral afirmó que existe una predisposición entre industriales, universidades y FP para resolver la cuestión apoyando, por ejemplo, la formación dual.
Quienes sí parecen atesorar el preciado talento son Gorka Maiztegi y sus compañeros de la startup de éxito Gïk Live!, que ha desarrollado algo tan disruptivo como un vino azul. Maiztegi estudió Ingeniería Informática y de Software en la UPV, logrando matrícula de honor en el proyecto de final de carrera.
Maiztegi, preguntado por los contertulios qué requisitos debería tener una persona para formar parte de su equipo, respondió que «capacidad de sorprender. Por ejemplo, nosotros no hemos innovado en el vino, nuestra capacidad radica en idear nuevos productos. No planificamos deliberadamente, seguimos nuestros instintos».
Respecto a las nuevas tecnologías, el joven emprendedor las asume como algo cotidiano. «Para nosotros, la digitalización es como ponerse los zapatos para salir de casa». De hecho, la startup presume de no disponer de sede fija, porque ésta radica en internet.
Las jornadas, abiertas el miércoles por el lehendakari Íñigo Urkullu, fueron clausuradas ayer por la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia. En el acto se entregaron los premios del Congreso (ver ficha).
Mejor ponencia científico-técnica Mikel Azurmendi, Tecnun.
Ponencia más innovadora Koldo Beitia, Zayer.
Mejor proyecto fin de carrera Juan Carlos Soldado, Universidad Politécnica de Madrid.
Mejor ponencia en euskera Aitzol Galletebeitia, de IK4-Ideko.
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