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J. D. A.
Lunes, 13 de julio 2015, 07:18
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Julio Castro, el máximo responsable de regulación del Grupo Iberdrola, pasó esta semana por los Cursos de Verano de la UPV en San Sebastián, y abogó por que los Presupuestos Generales del Estado absorban buena parte de aquellos costes que, sin estar ligados directamente al propio mercado eléctrico, encarecen el recibo de la luz de los consumidores. Sobre el autoconsumo, defendió que quien usa las redes de transporte ha de pagarlas siempre.
-La tarifa eléctrica en España sigue siendo una de las más caras de toda Europa. ¿Por qué?
-La tarifa, si llamamos así a lo que paga el cliente, ha subido un 41% desde el 2006 al 2014. Pero si atendemos a las causas de este repunte se ha de ser más analítico. ¿De qué se compone lo que paga un consumidor? Pues de varios apartados que son inductores de coste. ¿A qué se aplica ese dinero? A pagar la energía, a pagar las redes de transporte y a pagar una serie de políticas energéticas, medioambientales e incluso territoriales. Y luego está la parte del déficit tarifario, que es una política de diferimiento de costes hacia el futuro. Por último, están los impuestos, el de electricidad y el IVA, que ha subido del 16% al 21% en los últimos años. El conjunto de políticas e impuestos en el recibo de un consumidor residencial es el 50%, y esa parte ha subido de forma brutal. Lo que asfixia al consumidor es esa mochila repleta de cargas e impuestos ajenos al sector. La producción de energía y las redes somos muy eficientes.
-¿Y hay solución? Soy consciente de que hablo con una eléctrica...
-Una eléctrica que vende electricidad. Las primeras que sufrimos el que la electricidad sea cara somos las propias eléctricas. Lo triste es que no hemos contribuido demasiado a esa situación, que nos ha venido dada. Solución sólo hay una. Se trata de trasladar a otros lugares esos costes externos a la actividad de producción y reparto. En primer lugar, a los Presupuestos Generales del Estado. El déficit eléctrico es una decisión política. En cuanto a la lucha por el cambio climático, aunque ahora todos hablamos de la acción por el clima, que es un término más dulce, tiene unos costes que debería afrontar todo aquel que contamina. Así, incluso se podría abordar el crecimiento de energías limpias, que crean riqueza y empleo.
-No veo muy dispuesto al Gobierno, que ya destina el 70% del presupuesto del Ministerio de Industria a enjugar el déficit de tarifa, a poner más dinero... Parece una utopía, la verdad.
-No es tan utópico. Si acompañas el traslado de costes externos al sector con una adecuada reforma fiscal, lo que puedes lograr es que el sistema, por la vía de abaratar la electricidad, cree empleo y haya un efecto bumerán de mayor recaudación.
-¿A qué se refiere al hablar de una reforma fiscal?
-Me refiero a gravar a todo aquel que realiza un hecho contaminante. El que contamina paga.
-¿Con eso se acabaría el déficit de tarifa es España?
-Con eso se puede contribuir a financiar esta bolsa y relanzar las energías limpias.
-¿A cuánto asciende ese déficit?
-La anualidad que pagamos ahora es de 2.900 millones. El déficit financiado es de 26.000 millones.
-Se supone que este año no iba a haber más agujero. Así lo dijo el ministro Soria...
-Para 2014, del que no se hecho el cierre contable, que será en noviembre, la previsión es que sea cero. Ahí no cabe hablar de superávit. Para 2015 hay incertidumbre, pues dependerá de la demanda y de la potencia contratada por los clientes. Yo hablaría también de un resultado neutro o ligeramente positivo. Pero llamarle superávit, cuando el saldo puede ser de 100 o 200 millones en positivo, me parece muy voluntarioso. En cualquier caso, hemos llegado a esta situación con grandísimos recortes de costes. Somos hijos de esta historia.
-¿Eso quiere decir que las reformas que ha hecho el Gobierno han estado bien encaminadas, en el sentido de frenar el déficit?
-Era algo necesario. Lo que podemos plantear es si la forma ha sido la adecuada. Pero el déficit está resuelto, y hay un equilibrio tarifario sectorial. Ahora hay que mirar cómo abordar el futuro y resolver que tenemos un precio de la electricidad elevado y hemos de lograr que sea más competitivo.
-El cómo se ha afrontado la lucha contra el déficit no ha gustado nada a las eléctricas...
-Es cierto. Creemos que hemos tenido un excesiva contribución. Hemos soportado recortes muy elevados que no se corresponden con nuestra inducción del problema. Pero es mejor mirar al futuro.
-Los cambios en la regulación han disgustado a casi todos. ¿Se cumple la máxima de que es buena la reforma que no gusta a nadie?
-El déficit era un problema relativamente importante y con muchos implicados. Pero nosotros tenemos el máximo respeto por todas las instituciones, y estamos colaborando para buscar las mejores soluciones para afrontar en el futuro y, de forma paulatina, hacer una verdadera reforma sectorial que logre que esas externalidades sean financiadas de otra manera; no como ahora, presionando al consumidor.
-¿Ha desaparecido ya esa desazón con el Gobierno que demostró Iberdrola ante el aluvión de cambios legislativos de los últimos años? Le recuerdo que la empresa llegó a insinuar que a falta de estabilidad jurídica en España llevaría sus inversiones a Reino Unido u otros lugares.
-Lo que hace una empresa es adaptarse al ritmo económico de los países en los que está. No tiene sentido ir a la contra. Pero entre los años 2003 y 2013 hemos invertido 22.000 millones en España. Y en el trienio 2014 a 2016 la previsión es invertir 1.500 millones.
-¿En qué?
-Estamos cambiando y montando contadores inteligentes y construyendo equipos que colaboran en los grandes proyectos 'offshore' eólicos que montamos en otros países. El compromiso de Iberdrola con España es total. Otra cosa es que hay que adaptarse. Tampoco nos olvidamos de las muchas empresas vascas que trabajan con nosotros. Somos un ejemplo de empresa tractora de la economía y no lo hemos dejado de ser nunca.
-Ha comenzado la facturación por horas, y se escuchan mensajes contradictorios sobre si el consumidor puede o no ahorrar dinero.
-La apuesta por los contadores inteligentes es muy acertada, puesto que permite hacer una política tarifaria casi 'on line'. Iberdrola va por delante en la senda de instalación prevista y en 2018 tendremos todo telegestionado. En esto España también va por delante de Europa. Los consumidores van a poder consumir cuando la energía es más barata, pero eso es sólo uno de los componentes del precio final.
-Ahora lo que está de moda es el autoconsumo, que parece promoverse en busca de energías limpias pero al que se está castigando con numerosos peajes y cargas.
-La generación distribuida es un concepto algo más amplio que el autoconsumo.
-Pero le hablo del autoconsumo de los pequeños. De las comunidades de vecinos que instalan paneles solares...
-Esto ha llegado para quedarse, y el sector tiene que adaptarse. Esto va a producir un nuevo modelo de relaciones, pero que no puede vivir ajeno a los costes. El consumidor que produce y que está conectado a las redes para obtener potencia ha de contribuir a los costes. El debate no es autoconsumo sí o no, sino que la propia Agencia Internacional de la Energía, que no es sospechosa de no ser verde, ya recomienda contribuir a los costes de los servicios que se utilizan. Hay que desarrollarlo de una manera eficiente para que entre todos abaratemos la factura energética de España.
-¿Qué está fallando para que, según la patronal eléctrica, el 53% de los consumidores no entienda su recibo de la luz?
-Se ha hecho un esfuerzo importante para identificar los elementos de coste. Está detallado en el anverso de las facturas. Sería interesante que el propio recibo desglosara todos los elementos, así el cliente vería lo que paga por cada cosa. La ley ya prevé separar los peajes de los cargos, pero no está desarrollado.
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