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Vista panorámica de las instalaciones del Grupo Wisco en la localidad navarra de Betelu, con su fábrica y su almacén inteligente.
Grupo Wisco cumple cincuenta años con récord de ventas y la ambición de duplicarlas en 2018

Grupo Wisco cumple cincuenta años con récord de ventas y la ambición de duplicarlas en 2018

Prevé abrir otra planta en Europa, crecer hasta los 200 empleos y aumentar en 50 millones su facturación en tres años

ALEXIS ALGABA

Viernes, 17 de abril 2015, 09:36

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La firma francesa que cedió la licencia realizó dos recomendaciones: «Que la planta estuviera en un municipio pequeño y con un río cerca». Corría el año 1965 y Wisco Francia ya advertía que el cobre era un material goloso para los amantes de lo ajeno, por ello quería que la planta estuviera alejada en la medida de lo posible de ladrones y pusiera todas las trabas en caso de que estos se acercaran. Francisco Luzuriaga -presidente entonces de la mayor empresa de Gipuzkoa- se alió con otros empresarios del territorio como Marcelino Ibarrola, Eduardo Iglesias, Venancio Díez Arana y José Manuel Kutz para decidir el emplazamiento. El apoyo decisivo del Ayuntamiento de Betelu hizo el resto. Se desechó la opción de Goizueta, y allí, en Betelu se estableció la fábrica de bronces y latones Wisco.

  • 1965.

  • Se funda Wisco Española, primera empresa del Grupo Wisco en Betelu (Navarra), dedicada a la fundición de bronce por colada continua.

  • 1980.

  • Wisco instala su primera máquina centrifugadora de alta velocidad.

  • 1989.

  • Funda Mecauto (Lezo) para transformar la materia prima producida por Wisco Española y ofrecer piezas mecanizadas de bronce.

  • 2004.

  • Instalación de la primera máquina de colada continua.

  • 2008.

  • Ampliación de la planta de Betelu. Alcanza los 11.000 metros cuadrados y además instala un almacén inteligente con capacidad para 1.500 toneladas.

  • 2009.

  • Nuevas oficinas en Betelu y nueva planta de 2.500 metros cuadrados para Mecauto.

  • 2010.

  • Grupo Wisco lanza su unidad de I+D y se constituye Grupo Wisco India.

  • 2014.

  • Cifra de ventas récord del Grupo Wisco, con 6.500 toneladas.

  • 2015.

  • Grupo Wisco cumple 50 años. Se establece una nueva planta de fabricación en Europa y se exploran otra líneas de producción con materiales diferentes al bronce.

  • 2018.

  • Grupo Wisco aspira a alcanzar en ese año una facturación de 100 millones de euros (actualmente está en los 50), a vender 11.000 toneladas en todo el mundo y a emplear a 200 trabajadores (cerró 2014 en 130).

Cincuenta años después, las preocupaciones no son tanto por los ladrones de cobre locales, sino por los vendedores de chatarra del otro lado del planeta, ya que «a veces mandan contenedores vacíos». O de los pedidos que tienen que llegar a México, Brasil o India y que en alguna ocasión -las que menos- asaltan a punta de pistola una vez entran en el país de destino. Pero ahí radica el cambio que ha hecho que la firma celebre hoy sus bodas de oro, en el proceso de internacionalización que ha llevado a que la empresa «vaya a adquirir un tamaño que ni soñaba hace apenas seis años». Así lo manifiesta su actual director general, Javier Bollo. El cuarto en cincuenta años y que lleva en el cargo desde el momento en el que estalló la crisis, enero de 2009.

«En 2008 llegamos a vender 5.300 toneladas de bronce, pero con la crisis se cayó hasta las 4.300», describe Bollo. La situación era delicada, pero entonces pensaron que el vez de seguir cayendo, era el momento de despegar. «El Wisco de hace seis años y el de hoy no tienen nada que ver, y todo es gracias a la plan estratégico global», explica Bollo.

Y cuando se habla de global, es porque todas la partes de la empresa han sufrido algún cambio desde 2009. Desde la producción, a la materia prima, pasando por los mercados o los sistemas de gestión. Todo, para conseguir que «el Grupo Wisco sea referente mundial en la fabricación de bronce».

«El nudo gordiano» del cambio, como narra su director general ha estado en la estrategia de la materia prima. «De cada 100 euros que vendemos, 73 lo representa de media la materia prima», señala Javier Bollo. De ahí la importancia de una buena gestión. Hasta 2008, el 100% de la materia prima de bronce la compraban en España. «Adquiríamos radiadores de coche, calderines de calentadores... componentes que ya han sido desechados», recuerda Bollo. Ahora compran directamente chatarra de bronce, piezas desguazadas «de las que de 100 kilos se obtienen 100 kilos de bronce sin impurezas, no como antes que podíamos tener quizá 92».

Compran materia prima en todo el mundo y acuden a las ferias de chatarreros para conocer a sus suministradores y negociar. Además, se pasan el día observando las cotizaciones del cobre en la Bolsa de Londres ya que compran el bronce al 82% de la cotización del primero. «Compramos en India, Miami o México y quizá en estos días nos pueda costar 5.600 euros la tonelada de mineral», añade Bollo.

Máquinas, almacén...

El segundo paso es el proceso productivo. En 1965 arrancaron con las dos máquinas prestadas por Wisco Francia, que era accionista. Años después la firma gala quebró, pero en Betelu para entonces «ya andábamos solos». «Ahora tenemos catorce máquinas y en Europa nuestros competidores no pasan de las ocho o las nueve», describe Bollo. Además, en 1989 fundaron Mecauto en Lezo, planta en la que se trasforma en pieza acabada las barras de bronce que produce Wisco Española en la planta de Betelu. Para múltiples sectores como el petrolífero, el siderúrgico, eólico...

Por otro lado, la planta de Betelu dispone de dos coladas continuas de mineral para poder hacer en breve espacio de tiempo las cantidades de producto que solicite el cliente. «Y tenemos un stock de 1.000 toneladas tras la ampliación del almacén», añade Bollo. «Eso nos diferencia, todos tienen buen producto, pero nosotros ofrecemos ese servicio de calidad al cliente para enviar su pedido con el menor tiempo de espera», apostilla el director de Wisco.

El grupo ha pasado de vender unas 300 toneladas de bronce fuera de Europa hace unos años, a 1.500 en 2014. Ese es otro de los secretos de la salud de Wisco. «Hemos abierto un área de gestión comercial para el resto del mundo. He ido a los mercados y hemos hablado allí con los clientes», comenta Bollo. Se han valido de su unidad empresarial de I+D, creada en 2010, para avanzar en la innovación en producto y, sobre todo, en gestión. Ahora venden en 30 países de los cinco continentes y tienen puntos de apoyo en diversos países.

Para otros 50 años

En 2010 dieron otro gran paso, el de abrir Grupo Wisco India, una planta que sirve de almacén a 100 kilómetros de Bombai, y desde la que atienden a buena parte de los clientes del continente asiático.

El resultado, que en 2014 alcanzaron la cifra récord en ventas: 6.500 toneladas. «Y el objetivo para 2018 es alcanzar las 11.000», vaticina Bollo. ¿Cómo? Creciendo aún más. En primer lugar, en mayo se concretará el establecimiento de una nueva planta productiva del grupo, que se ubicará «en un país europeo y está muy avanzada». Ese es el primer salto cualitativo. El segundo, es la búsqueda de nuevos negocios en la industria del metal, para que no solo se produzca en bronce. «Estamos cerca de cerrar varios negocios entre mayo y junio en este sentido y vamos a reunirnos con potenciales clientes en breve en el Benelux», desvela el director general de Wisco.

Un crecimiento exponencial que va a hacer de Wisco una de las principales potencias del sector fabricante de bronce del mundo. «No se si vamos demasiado rápido y quizá nos dejemos algunos jirones hasta que todo encaje, pero es el momento de invertir y seguir creciendo», augura Bollo.

Crecimiento también en empleo, ya que solo en el primer trimestre de este año, el grupo ha creado más de una veintena de puestos de trabajo ya que ha instaurado el turno de fin de semana para subir la producción tanto en Betelu como en Lezo. Ahora rondan los 155 empleados y el objetivo es llegar a los 200 en todo el grupo. Y quieren doblar su facturación para 2018, pasando de los 50 millones de ahora a los 100. «Quizá hoy además de celebrar los 50 años de Wisco, debamos pensar que estamos celebrando su pervivencia otros 50 años más», concluye Bollo.

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