«Si tenéis un sueño, una idea, un proyecto, no lo dudéis; id a por él hasta el final»

Gazte Up, organizado por EL DIARIO VASCO con el patrocinio del Gobierno Vasco, la Diputación de Gipuzkoa y Lanbide, y la colaboración de la Concejalía de Impulso Económico, Comercio, Hostelería y Turismo de Donostia, ha recibido el apoyo de la UPV/EHU, Deusto Business Alumni y Tecnum. El foro comenzó con una mesa redonda que, moderada por Lourdes Pérez, jefa de redacción de DV, contó con la participación del alcalde donostiarra, Eneko Goia -quien reveló que su primer empleo fue como monitor de tiempo libre y advirtió de que el empleo para toda la vida en una empresa «ha terminado»-, la diputada de Promoción Económica, Ainhoa Aizpuru -que defendió lo valioso de aprovechar programas como el Erasmus y la necesidad de «ser siempre proactivo»-, o el responsable del gabinete técnico de Lanbide, Javier Ramos, quien animó a los jóvenes a aventurarse «pues, si te equivocas, siempre puedes cambiar el rumbio».

Junto a ellos, y casi sola en la defensa de las carreras universitarias del ámbito humanista en una Gipuzkoa que no deja de reclamar ingenieros, Ana Díaz, responsable de innovación social de la Fundación Novia Salcedo. La experta recordó que la empleabilidad de los jóvenes no es responsabilidad exclusiva de éstos, pues las empress han de poner también lo suyo, y animó a los presentes a «tener siempre la parabólica encendida».

Goia celebró que el paro juvenil en San Sebastián es inferior al 20%, «mejor que en Bilbao o Vitoria», dijo, pero, lejos del conformismo, animó a los allí presentes a «formase contínuamente» y a observar como una oportunidad de futuro una realidad de la ciudad y la provincia como es el envejecimiento de la población.

El alcalde, licenciado en Derecho, que a punto estuvo de estudiar Bellas Artes y que nunca satisfizo a sus padres, que apostaban por Empresariales, animó al auditorio a ser valientes, a «no tener miedo». Ante la disyuntiva de estudiar lo que a uno le gusta o lo que 'más salida tiene', Goia aseguró que «la vocación pura es peligrosa», e insistió en ese desequilibrio que sufre el territorio entre titulados en Humanidades y en ingenierías, para los que, al menos hoy, existen más oportunidades.

De nuevo se encontró enfrente el alcalde con Ana Díaz, quien, en animado y divertido debate, recordó al resto de contertulios que «las máquinas ni piensan, ni trabajan en equipo». «Se deben crear equipos multidisciplinares, y debemos apostar por la autonomía de pensamiento, la flexibilidad mental, el emprendimiento, la colaboración y la competición inteligente», dijo la experta de la Fundación Novia Salcedo.

Javier Ramos reclamó «instituciones fuertes» para ese futuro marcado por la robotización en la empresa y deslizó que, quizás, deberían plantearse debates como el de una renta básica mínima.

Ainhoa Aizpuru, que inició su vida laboral en la oficina de Comercio y Turismo de Nueva York tras cumplimentar «con una Olivetti a la que fallaba la letra 'r'» un formulario hallado en un periódico, incidió en la necesidad de «ser abiertos».

«Tenemos que tener pasión (una palabra repetida n infinidad de ocasiones a lo largo de la mañana) y nos tenemos que equivocar», dijo la diputada, en un mensaje que encontró apoyo en Díaz, quien remachó que «equivocarse no es de tontos».

Todos sin excepción animaron a los jóvenes a moverse, más allá de la entrega de currículums o el uso de canales tradicionales. Del mismo modo, como hiciera tambié Espel, los participantes explicaron a los espectadores que cuando ellos se incorporaron al mercado de trabajo había una recesión terrible y nada era sencillo. Ilusión, actitud y esperanza fueron los mensajes.