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Los representantes de empresas y de centros tecnológicos se reunieron en el palacio Euskalduna de Bilbao para debatir sobre la Industria 4.0.
La empresa vasca apuesta por la 'fabricación inteligente' para ganar mercados

La empresa vasca apuesta por la 'fabricación inteligente' para ganar mercados

Las firmas que ya han incorporado tecnologías punteras, entre ellas varias guipuzcoanas, aseguran que hay que sumarse a la cuarta revolución industrial

FERNANDO SEGURA

Lunes, 26 de octubre 2015, 06:41

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Las empresas vascas no quieren perder comba. Apuestan por engancharse a la Industria 4.0. No les queda otra. Si no se suman a esta revolución serán borradas del mapa o, en el mejor de los casos, se verán abocadas a competir en la segunda división, algo incompatible con el nivel de desarrollo socioeconómico al que aspira Euskadi.

El mundo desarrollado afronta en la actualidad la cuarta revolución industrial (de ahí el término Industria 4.0). La primera fue consecuencia de la máquina de vapor, la segunda se basó en la producción en cadena, la tercera ha estado protagonizada por la automatización de los procesos industriales y la cuarta integra las tecnologías de la información. Simplificando, se trata de crear la 'fábrica inteligente', una versión informatizada de la tradicional.

Esta nueva industria incorpora la fabricación aditiva (3D), la robótica, la visión artificial, los sistemas ciberfísicos, el Cloud Computing o el Big Data. Todos estos conceptos son ya realidad en las empresas vascas punteras, con especial significación en algunas guipuzcoanas. Así quedó de manifiesto en la jornada Basque Industry 4.0 organizada por el Gobierno Vasco en Bilbao. El evento contó con la presencia de 1.000 profesionales del sector, la vanguardia sobre la que recae el reto de no perder posiciones en el mercado internacional.

Entre los asistentes se encontraban Miguel Ángel Carrera (Added Value Solutions), Jorge Posada (Vicomtech), Agustín Sáenz (Tecnalia), Pablo de la Puente (Gestamp) y Onintze Matias (Vicinay Marine). Los cinco participaron en una mesa redonda y coincidieron en que la incorporación de las tecnologías más avanzadas resulta obligatoria si se quiere competir en un mercado globalizado. A su vez, esta realidad conlleva un cambio sustancial en la organización de las empresas.

Fronteras difuminadas

Agustín Sáenz, director de la División de Industria y Transporte de Tecnalia, afirmó que en esta cuarta revolución la frontera entre industria e investigación se difumina. La firma con sede central en Donostia trabaja para los sectores de automoción, aeronáutica y espacio, maquinaria especial y fabricación avanzada.

Sáenz vaticina que la industria «va a dejar de ser un entorno oscuro y sucio. Se va a producir un mestizaje, de manera que la investigación se va a desarrollar dentro de las empresas». Las firmas que surjan al calor de las nuevas tecnologías «serán flexibles y se adaptarán a las necesidades del cliente, por ejemplo, con series más cortas. Además, deberán tener un fuerte arraigo local y, al mismo tiempo, una perspectiva global».

Este solapamiento entre fabricación e investigación también forma parte de la apuesta de futuro que realiza Jorge Posada, director adjunto de Vicomtech-IK, centro dedicado a la investigación aplicada en computer graphics, visual computing y multimedia. Está ubicado, como Tecnalia, en el parque tecnológico de Miramón (Donostia).

Posada sostiene que los centros como Vicomtech juegan un papel clave en la transferencia de conocimiento. «Debemos tener un ojo puesto en la tecnología y el otro en las necesidades reales de las empresas, a las que acompañamos para que saquen productos al mercado».

Para Posada, como para el responsable de Tecnalia, el elemento clave del nuevo ciclo industrial es la colaboración. «Ha de haber una hibridación entre empresas e investigación. Hace unos años, la tecnología era algo marginal, un adorno. Ahora es esencial».

La Industria 4.0 es una realidad en sectores de enorme peso en Euskadi, como el de la automoción, que cuenta con 300 empresas, una facturación de 13.000 millones de euros y 36.000 empleos. Supone el 20% del PIB vasco.

Uno de los gigantes del sector es Gestamp. Dispone de 95 plantas (una de ellas en Hernani) en veinte países, unas ventas que ascienden a 6.256 millones de euros y 32.000 trabajadores. Ha incorporado la fabricación aditiva como una parte esencial de su proceso productivo. Pablo de la Puente, director corporativo de Tecnologías de la Información, señaló que las exigencias de los clientes «serían imposibles de afrontar sin innovación. El cliente evoluciona y nosotros también».

La fabricación aditiva, es decir, la producción de piezas en 3D mediante la superposición de finas capas de polvo de metal, ha permitido a Gestamp «adelantar trabajo y mantener una alta calidad. La mejora tecnológica forma parte del ADN del sector. Si mantuviéramos los mismos sistemas productivos que hace veinte años, estaríamos muertos».

«Innovar todos los días»

La innovación también resulta esencial para Vicinay Marine, empresa vizcaína referente mundial en el suministro de cadenas y líneas de fondeo para la industria del offshore y naval. Onintze Matias, directora de la firma, explicó que en su sector la competencia en precios es «feroz», de forma que la única forma de competir es «innovar todos los días, ofrecer un producto con alto valor añadido». Señaló que los elementos que fabrican soportan condiciones extremas en alta mar o en aguas profundas. «La tecnología que aplicamos permite que cada eslabón de la cadena instalada tenga, por llamarlo así, su propio DNI. Es decir, una vez colocado, podemos saber cómo se degrada».

En el mismo sentido se expresó Miguel Ángel Carrera, consejero delegado de Added Value Solutions (AVS), con sede en Elgoibar. Un brazo mecánico diseñado y construido en esta empresa viaja al asteroide 2008 EV5 para recoger muestras y dar luz sobre el origen de la vida en la Tierra. La empresa ganó un concurso de la Agencia Espacial Europea para construir la «mano» que llevará el satélite. Este llegará al citado asteroide en 2016, tras un viaje de 3 años y medio. La «mano» dispondrá de 3 segundos para coger material. La tierra o «regolito» -no se sabe aún si será polvo, piedra o roca- deberá ser encapsulado para que vuelva de forma intacta, sin contaminar.

Carrera señaló que para misiones de esta complejidad «se requiere una tecnología de primer orden, capaz de coordinar operaciones que se realizan en el espacio y en la tierra».

Una cuestión inherente a la aplicación de nuevas tecnologías a la producción es el efecto sobre el empleo. Se produjo en las anteriores revoluciones industriales y surge también ahora. ¿El desarrollo de los nuevos sistemas conllevará una pérdida de puestos de trabajo?

Los expertos presentes en el palacio Euskalduna estiman que se producirá un cambio en el perfil profesional, pero no necesariamente una pérdida de empleos. Posada (Vicomtech) señaló que «pensar que en el futuro las mismas personas seguirán haciendo lo mismo es engañarse. Seguirán en la empresa, pero en otros puestos». Para Sáenz (Tecnalia), la innovación supone una oportunidad para los trabajadores. «La gestión digital permite sacar chispas al perfil de los operadores. Se trata de un reto atractivo para los trabajadores».

Matias (Vicunay Marine) y Carrera (Added Value Solutions) subrayaron la necesidad de una formación plural. «La especialización es importante -indicó Onintze Matias- pero también es necesario que los profesionales tengan conocimientos que abarquen más campos que los de su especialidad».

En palabras de Miguel Ángel Carrera, «las titulaciones universitarias ofrecen unos conocimientos muy concretos, pero sería bueno que los estudiantes tuvieran un barniz de otras disciplinas».

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