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Jokin Altuna celebra la clasificación con una mirada hacia sus seguidores ayer en el Beotibar.

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Jokin Altuna celebra la clasificación con una mirada hacia sus seguidores ayer en el Beotibar. ÍÑIGO ROYO
Pelota

El carisma ni se compra ni se alquila

El amezketarra reacciona tras el 6-1 en contra con seis tantos de saque, cinco de saque-remate y varias jugadas geniales

JOSEBA LEZETA

TOLOSA

Lunes, 30 de octubre 2017, 07:47

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. Año y medio después de su último partido como profesional, Juan Martínez de Irujo conserva intacto su carisma. Un buen número de los pelotazales que estuvieron a punto de llenar el Beotibar le recibieron con aplausos cuando llegaba al set de descanso para ejercer de botillero de Joseba Ezkurdia. Lo agradeció con una sonrisa y un saludo.

Jokin Altuna ha recorrido menos kilómetros de frontón que su ídolo. Unos centenares han bastado para comprobar que el amezketarra posee eso que ni se vende ni se alquila en las tiendas, ese don que te permite sacar al ancho cuando el rival se adelanta para restar de aire, claridad de ideas para aprovechar los momentos de debilidad del adversario, técnica para buscar las esquinas de la cancha y habilidad para sacarse de la manga jugadas geniales como el formidable gancho del 13-17, el dos paredes de volea a resto de saque del 13-19 y la sorprendente volea al ancho del 13-21. Geniales.

Joseba Ezkurdia es la otra cara de la moneda. Se le esfuma en la última jornada de la liguilla la tercera oportunidad de la que ha dispuesto para entrar en semifinales. Otra vez a las puertas. Como en 2013 y 2016. A una victoria. El último día. Cuando más duele.

«Cuando restas, hay que mantenerse concentrado; cuando tienes el saque, se te abre el cielo»

Jokin Altuna Aspe

«Me ha hecho daño con el saque y he pegado un par de chapas cuando me he acercado en el marcador»

Joseba Ezkurdia Aspe

Altuna III cruzará su destino en semifinales del Campeonato del Cuatro y Medio con Aimar Olaizola por segundo año consecutivo. Presente con futuro frente a presente imperecedero. Ilusión a raudales contra historia viva.

Al contrario que quince días antes en Lekunberri contra Urrutikoetxea, un mal inicio no descompuso a Altuna III. Supo sobreponerse al 6-1 en contra. «Al principio he jugado a base de fuerza y no me ha ido bien. Después he intentado buscar los ángulos y me ha ido mejor», señaló el de Amezketa.

Las órdenes de su botillero Ekaitz Saralegi surtieron efecto: «Jokin estaba nervioso. Le he dicho que no era cuestión de potencia, que era mejor encontrar las esquinas. Estas pelotas son rápidas y a nada que las cruces se van lejos. También ha acertado a sacar. Si lo consigues, creas dificultades al restador. Mira lo que le hizo Aimar a Elezkano el sábado».

El saque fue clave. Además de firmar seis tantos directos, Altuna III encontró oportunidades para sumar otras cinco acciones de saque-remate. Once en total. La mitad del partido y del triunfo. El amezketarra confiesa que «en los duelos individuales, tanto dentro del cuatro y medio como en toda la cancha, el saque es cada día más importante. Cuando restas debes mantener la concentración, no dejarte ir. Cuando tienes el saque en tu poder, se te abre el cielo».

Pelota «baja», según Ezkurdia

Ezkurdia, quien calificó de «baja» una pelota de su oponente, reconoció que «me ha hecho daño con el saque. El partido se me ha ido en el resto. Me veía para jugar, físicamente me he sentido a gusto, pero no he estado acertado a la hora de restar».

La tacada de doce tantos a cargo de Altuna con la que volteó el 6-1 en contra para tomar la delantera 6-13 cambió la fisononía del partido. Ese parcial afianzó a Altuna III y llenó de dudas al perseguidor, a Ezkurdia. Afinó su zurda el de Amezketa. Si en los primeros compases sus intentos de poner la pelota larga por la pared izquierda eran baldíos, después le salieron en la dirección correcta. «Es un pelotazo en el que tengo confianza. La primera intención del contrario es defender el ancho y corre hacia allí. Cuando buscas el otro lado, le obligas a rectificar la trayectoria».

Ezkurdia apuntó otro dato: «Una vez por detrás en el marcador, cuando he conseguido acercarme (9-13 y 13-16) he cometido varios errores». Altuna volvió a escaparse.

Un detalle. Sobraron un par de piques entre ambos a cuenta de unas cruzadas a destiempo, acción que prolifera más de lo deseable últimamente. A erradicar. Las estorbadas y los malos gestos.

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