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El frontón Bizkaia presentó un aspecto magnífico en la final del Manomanista.
Dejaron vacío Arama
PELOTA

Dejaron vacío Arama

Las camisetas con su nombre ganaron por goleada a las de Urrutikoetxea en una final que muchos nunca olvidarán

ENRIQUE ECHAVARREN

Lunes, 30 de mayo 2016, 08:13

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«Daría un ojo de la cara por saber cuánta gente hay en estos momentos en Arama. Debe estar completamente vacío porque aquí no se ven más que camisetas de Irribarria», nos decía un notable pelotazale guipuzcoano a la entrada del frontón Bizkaia de Bilbao. Irribarria había reservado 260 entradas y Arama tiene 213 habitantes censados. Todo el pueblo debía estar en el frontón, no debió quedar nadie en Arama. La mayoría era gente joven, amigos de la cuadrilla, de la ikastola, pero también los había más mayores. Eso sí, todos ataviados con camisetas con su nombre a la espalda. Ganaron por goleada a los seguidores de Urrutikoetxea. Fuera y dentro de la cancha. Entre ellos su primo, el futbolista de la Real Aritz Elustondo. Saltó a la cancha como si fuese uno más cuando concluyó la final. Disfrutó de lo lindo. No fue el único. Que se lo digan a Xalton Zabala, alma mater del club Zazpi Iturri de Amezketa, donde se forjó Irribarria. Le acompañaba otro amezketarra, Haritz, exmanista profesional.

Quien no se cansaba de recibir parabienes era Juan Luis Arrarte, el excorredor de apuestas de Ermua que pronosticó antes de empezar el campeonato que Irribarria ganaría la txapela. Al césar lo que es del césar. Otro ermuarra y expelotari, Iñaki Elgea, que llegó al Bizkaia junto al pelotazale eibarrés Javier Echecopar. En los corrillos no se hablaba de otro nombre que del del zurdo de Arama. Luciano Juaristi Atano X, que posteriormente fue el encargado de ponerle la txapela de campeón en el podio, arribó al recinto de Miribilla junto a su hijo Juanjo y su nieto Alex. Su sobrino, el exseleccionador de material, Juan Mari Juaristi, hecho un pincel, no tardó en aparecer.

Más pelotazales guipuzcoanos entre el público. El cocinero y accionista de Asegarce Karlos Arguiñano departía con el aizkolari igeldotarra Joxe Mari Olasagasti. Cerca de ellos otro aizkolari también pelotazale, en este caso vizcaíno, Aitzol Atutxa. El de Dima acababa de proclamarse por la mañana en Azpeitia campeón de la Urrezko Aizkolariak. También vimos al exprofesional añorgatarra Oier Mendizabal. Y otro pelotazale guipuzcoano más, Juanito Baldarras. Nadie quería perderse el acontecimiento. Tampoco los expresidentes del Athletic José María Arrate y Pedro Aurtenetxe, que no fallan nunca a la cita con la pelota. Otro expresidente, pero del Alavés, Gonzalo Antón, gran pelotazale también. «He venido a ver la final y cuando acabe me marcho corriendo a Vitoria a ver al Alavés en Mendizorroza». Los babazorros se jugaban el ascenso a Primera División y acabaron consiguiéndolo tras diez temporadas en el infierno de Segunda.

Manistas ya retirados como Pampi Laduche, Salva Vergara o Roberto García Ariño y en activo como Mikel Larunbe, Andoni Aretxabaleta, Alexis Apraiz, que mostraron su apoyo a su compañero Mikel Urrutikoetxea. Otro exmanista, Pedro Martínez de Eulate, ejerció de comentarista para una emisora de radio, al igual que Ander Ugarte, el pelotero de Punpa. Mientras tanto, el público hacía cola en la puerta de entrada de las localidades reservadas por internet. Solventó ese obstáculo con destreza el mítico Miguel Gallastegi, junto a su hijo. No fue el único campeón manomanista en el recinto del barrio de Miribilla. Allí estaban Jesús García Ariño, Fernando Arretxe y Rubén Beloki.

En el palco de honor, Edurne Uriarte, consejera de Cultura del Gobierno Vasco, acompañada por Jon Redondo, director de Deportes. Ana Otadui, presidente de las Juntas Generales de Bizkaia y el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, ejercieron de anfitriones. Asier Mujika, alcalde de Arama, compartía con Patxi Jauregi, presidente de la Federación Vasca de pelota y los también presidentes de la Guipuzcoana y Vizcaína, Mikel Arregi y Karmelo Ariznabarreta, el exmanista de Galdakao. Tampoco faltó Andoni Ortuzar, presidente del Euskadi Buru Batzar, que siente auténtica devoción por la pelota.

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