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Hamilton celebra su victoria.
El imperio de Hamilton
gp de china

El imperio de Hamilton

El campeón del mundo completa su fin de semana perfecto por delante de un enfadado Rosberg y de un impotente Vettel

david sánchez de castro

Domingo, 12 de abril 2015, 00:08

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El líder es más líder que nunca. Hamilton fue el más rápido en las tres sesiones de entrenamientos libres y en las tres tandas de clasificación, y en la carrera sumó una nueva victoria (la cuarta en Shanghái, trigésimo quinta en su cuenta personal), se llevó la vuelta rápida (su vigésimo segunda) y le dio a Mercedes su decimoséptimo doblete. Sólo le faltó ser el líder en dos vueltas (lo hizo en 54 de las 56 de este domingo) para llevarse el pleno perfecto.

Lo que ha logrado Hamilton este domingo viene a confirmar que él y sólo él es capaz de llevarse el título este año. O de perderlo. Nico Rosberg acabó totalmente desesperado, furioso y completamente abatido, al ver cómo nuevamente su compañero le machacaba. De hecho, no se cortó nada en recriminarle a Hamilton que, a mitad de carrera, redujese el ritmo para conservar los neumáticos. «Condujo innecesariamente lento y eso significaba que Vettel se acercaba a mí», le espetó en la rueda de prensa Nico a un sorprendido Lewis, quien contestó: «No es mi trabajo cuidar la carrera de Nico».

Esta vez la pizarra de Ferrari no funcionó tan bien como en Malasia. Sebastian Vettel, tercero en esta carrera, completó una gran actuación y sumó todos los puntos posibles, vista la superioridad de Mercedes en la prueba china. El germano tuvo la oportunidad de hacerle un 'undercut' (ganarle la posición en 'boxes') a Rosberg en las segundas paradas, pero pese a cambiar la estrategia sobre la marcha, no fue suficiente. Pudo intentarlo gracias a esa reducción de paso que hizo Hamilton. Con ellos al frente, intentato variar lo invariable, el espectáculo se colocó detrás.

Fernando Alonso salía al final de la parrilla y su pensamiento era sólo uno: acabar como fuera. Necesitan kilómetros, aunque no sean a buen ritmo, y no podían permitirse otra rotura de motor. Por eso, el español evitó todo tipo de peleas. ¿Que venía Pérez por detrás? Alonso no le disputaba la posición. ¿Que Button y Maldonado se enfangaban en un rifirrafe por la decimo tercera posición? Alonso se acercaba, poco a poco y sin tomar riesgos, para aprovecharlo.

Esa pelea fue la que le permitió finalizar en la duodécima plaza. Button y Maldonado se dedicaron a tirarse tarascadas durante varias vueltas, hasta que al final el británico perdió su habitual flema y a final de recta embistió al venezolano que, por una vez, era la víctima. Alonso les pasó a ambos para alcanzar el 12º, Maldonado acabaría abandonando con problemas de frenos causados en ese choque, y aunque Button pudo seguir y llegar a meta el 13º, los comisarios le endosaron cinco segundos de castigo y dos puntos menos en su carnet de la superlicencia. Esta sanción tuvo otra consecuencia: un puesto más para Carlos Sainz.

Problemas

Carlos Sainz completó su tercera carrera en Fórmula 1, pero no sin dificultad. Tuvo un domingo para olvidar. Primero, en la segunda vuelta, hizo un trompo que le mandó al fondo del pelotón. Tras pelear en posiciones con los coches más lentos, entre los que se encontraba Fernando Alonso, se vio cerca de alcanzar los puntos, pero un fallo en su coche le acabó de chafar. La caja de cambios de su Toro Rosso falló, el madrileño se vio obligado a reiniciar y la posibilidad de una remontada fue nula. Entró 14º en meta, pero acabó 13º gracias a una sanción a Jenson Button.

Mientras Sainz era la cruz, la cara -que acabó siendo cruz también- fue Max Verstappen. Puro espectáculo en pista. El adolescente demostró que no le tiene miedo a nada y con una temeridad digna de quien viene casi directamente del karting enseñó a pilotos de menos calidad como Ericsson o Nasr por dónde hay que pasar para adelantar. El punto de entrada de la curva 14 se convirtió en su patio de recreo, y ahí les demostró a los de Sauber -entre otros- que no le preocupa llevarse puesto a nadie, si con ello puede adelantar. El problema es que, cuando estaba cuajando una magnífica actuación que le iba a llevar a los puntos, el motor de su Toro Rosso dijo basta y abandonó en medio de la recta de meta.

El consecuente coche de seguridad provocó que la carrera finalizase de una manera un tanto gris, con lo que nada cambió: Hamilton primero, Rosberg segundo y Vettel tercero, con Roberto Merhi cerrando la fila. Merhi, además, fue penalizado por ir demasiado lento tras el 'safety car', con lo que le endosaron cinco segundos, irrelevantes al final, y dos puntos del carnet.

El podio de este año repitió los colores de 2014, con el cambio de Alonso por Vettel, y con la seguridad de que, en Baréin esta próxima semana, las sensaciones y las previsiones serán más o menos las mismas: la Fórmula 1 vive bajo el imperio de Hamilton.

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