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La directiva, con Nekane Arzallus en el centro, con el trofeo.
Lo que no se vio de la fiesta en el Gasca
GIPUZKOA BASKET

Lo que no se vio de la fiesta en el Gasca

¿Quién se llevó las redes de las canastas? ¿Quién limpió el confeti del parqué al acabar el partido?

RAÚL MELERO

Domingo, 23 de abril 2017, 09:19

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Apagados los focos del Gasca, cuando los aficionados habían abandonado el pabellón con una sonrisa, todavía quedaba mucho por contar porque la noche fue larga, muy larga. A algunos, no a todos, se les hizo de día, pero otros, casi todos los jugadores, se retiraron pronto porque la celebración en petit comité fue anoche en el restaurante Capricho del barrio de Gros.

Seguro que usted vio ayer en estas mismas páginas que Lander Lasa se llevó de recuerdo la red de las canastas, como es norma en este deporte cuando se logra una hazaña como esta. Pero, ¿quién se llevó la otra red? Fue Carlson ayudado por Brown, un jugador que ha estado entrenando con el equipo en las últimas semanas. Carlson, siempre sonriente, fue uno de los que más se soltó la melena. Llegó a subirse al descapotable que Lurauto, uno de los patrocinadores, había aparcado dentro del Gasca.

En ese momento en el que Carlson cortaba la red, el eléctrico Sergi Pino, descalzo, irrumpió en la pista para hacerse una fotografía tumbado con el trofeo en el círculo central. Por ahí rondaban todavía los compañeros gráficos que también quisieron llevarse su recuerdo con la copa. Todo el que quiso tuvo la oportunidad de hacerlo porque desde que Úriz y Oroz la levantaron al cielo, pasó de mano en mano. Se puede decir que todos los aficionados fueron partícipes de la fiesta. Por cierto, que los niños que posaron con el equipo en la foto de campeones son los hijos del capitán Úriz, Aimar e Izan.

La presidenta Nekane Arzallus fue una de las últimas en abandonar el pabellón. La celebración se trasladó al bar La Venta de Curro. El menú, el de siempre que se ha logrado un ascenso o se ha conseguido algo grande: huevos fritos con jamón.

El gerente Germán Cea, el delegado Urko Ituarte, la responsable de prensa, Cristina Sarasola, y alguno más, todavía recogían las mesas dispuestas para los periodistas detrás de una canasta y se afanaban en dejar limpio de confeti el parqué. «Mañana por la mañana hay futbito...», aseguraba el gerente mopa en mano.

El segundo entrenador, Francisco Javier Oyón 'Bully', plegaba las canastas y guardaba después el trofeo en el maletero de su vehículo. Ese galardón había dormido en las oficinas del club y nadie había querido tocarlo por aquello del mal fario.

Todo salió a pedir de boca. El 'We are the Champions' volvió a sonar en el Gasca. La vuelta de honor del equipo estrechando la mano a sus incondicionales fue claro gesto de comunión entre equipo y afición.

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