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Tautvydas Slezas, Mike Carlson, Abdoulaye Ndoye y Aleks Simeonov forman el juego interior del GBC.
Los chicos altos del GBC
GIPUZKOA BASKET

Los chicos altos del GBC

Slezas, Carlson, Ndoye y Simeonov piden «no relajarse» en el tramo final

RAÚL MELERO

Martes, 4 de abril 2017, 08:14

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Un lituano, un estadounidense, un senegalés y un búlgaro. No se trata del inicio de un chiste con final histriónico. Esta amalgama de nacionalidades responde al juego interior del GBC. A los cuatro jugadores que actúan más cerca de los aros, sobre todo en los casos de Slezas y Ndoye. Son los pilares del equipo, la 'gente grande' como se conoce popularmente en el deporte de la canasta.

Tautvydas Slezas (2,07), Mike Carlson (2,05), Aleks Simeonov (2,00) y Abdoulaye Ndoye (2,07) suelen ser el último bastión entre el enemigo y el aro cuando toca defender y los finalizadores en el tablero contrario. Aunque el baloncesto moderno hace que en el día de hoy, Carlson y Simeonov se muevan más como aleros y su rango de tiro llegue hasta el 6,75. Los cuatro confían en tener un buen final de año, aunque la prudencia marca sus respuestas cuando se les cuestiona sobre el posible primer puesto.

«Nos quedan cuatro partidos donde nos jugamos el campeonato. Pero esto no nos debe hacer perder las perspectiva. Tenemos que intentar tener todo bajo control como ahora», dice Mike Carlson, máximo anotador del equipo y jugador franquicia de la escuadra que dirige Porfirio Fisac. El jugador nacido en el estado de Wisconsin valora el trabajo de Slezas y Ndoye, los guardianes del aro donostiarra. «Ndoye y Slezas hacen un enorme trabajo por detrás de nosotros. Los que jugamos de ala pívot, como Aleks y yo, sabemos lo difícil que es pegarse con tíos grandes, tienen que pasar bloqueos, cerrar el rebote y luego cogerlo. Estamos bien protegidos».

En los último diez encuentros, Mike Carlson promedia 17 puntos y más de cinco rebotes. En tres de esos diez choques ha anotado más de veinte puntos y en dos se ha quedado en 19. Números fantásticos para el estadounidense quien apunta a ser fundamental en este último mes de competición.

El primer relevo de Carlson suele ser Aleks Simeonov, quien está creciendo a pasos agigantados. Nueve puntos de promedio el mes pasado, algo con muchísimo valor habida cuenta de los rivales que tuvo el GBC. El búlgaro hizo nueve puntos a Castelló y Oviedo, y catorce a Breogán. «Estamos contentos con los triunfos y los partidos que hemos jugado. El ambiente en el equipo es bueno, disfrutamos entrenando y jugando, que es lo mejor para terminar bien la liga», asegura el jugador nacido en Povliv.

Las torres gemelas

Muchos kilómetros separan Kaunas de Dakar. Muy lejos geográficamente, pero muy cerca en el GBC. «Estamos bien, yo estoy disfrutando pero sobretodo aprendiendo de entrenar todos los días y 'pegarme' con Slezas», cuenta Abdoulaye Ndoye, quien tiene que soportar todos los entrenos, la fuerza y los 118 kilos de peso del báltico. «Lo que más me importa es ayudar al equipo y que yo vaya mejorando», dice el senegalés quien vive en el GBC su primera experiencia profesional.

Slezas, por su parte, ha tenido un pequeño retroceso en sus números. Dos dobles-dobles en los últimos diez partidos, ante Palencia y Calzados Robusta, han sido sus mejores actuaciones y es consciente de que su equipo le va a necesitar. «Sé que tengo que mejorar y que tengo que jugar mejor», declara.

Sobre el final de campeonato, el gigante de Kaunas opina que «son como cuatro finales para nosotros, lo que pasa es que debemos ser más fuertes y duros de lo normal porque además de ser en el último mes, donde se decide todo, tres van a ser fuera de casa. No nos podemos relajar».

El poste lituano, quien estuvo en las filas del Bilbao Basket en la ACB la pasada temporada, se muestra muy cauto con las posibilidades de alcanzar el primer puesto. «Entiendo a la gente, pero nosotros tenemos que ir poco a poco. Luchando cada partido, cada cuarto y cada entrenamiento. Solo así podremos tener opciones de terminar primeros».

A pesar de ser de cuatro países diferentes, de llegar al GBC con un rol distinto, el engranaje de los cuatro jugadores interiores debe ser perfecto de cara a este tramo final. De su trabajo va a depender las posibilidades del equipo donostiarra en su intención de acabar en primera posición. En un deporte que se decide por detalles: un tapón de Ndoye, un rebote de Slezas, una falta forzada por Carlson ó un triple de Simeonov puede significar, nada más y nada menos, que un ascenso.

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