«Debemos seguir martilleando la roca», como el cantero de Popovic

En ella, había reproducido una cita que encontró en una botella de la bodega de Gregg Popovic que le había regalado «un manager de la NBA», y que desde entonces «es una máxima» en la vida del entrenador y ayer transmitió a sus jugadores tras la octava derrota consecutiva. La leyó: «Cuando nada parece ayudar, voy a donde el cantero y le miro martillear su roca tal vez unas cien veces, sin que ni siquiera se note una grieta. Sin embargo, al centésimo primer martillón, ésta se partirá en dos. Sé que no será debido al último golpe, sino a todos los que vinieron antes».

Ponsarnau explico que «esto es lo que les he dicho a los jugadores. Debemos seguir martilleando la roca. Evidentemente, a lo mejor tenemos que limar un poquito el pico, a lo mejor debemos cambiar ángulos de golpeo, pero debemos seguir debemos trabajando más y mejor. Porque si hay algún camino, es éste».

Pese al 0-8 que supone el peor arranque en la historia del club, algo que «pesa» en sus jugadores, Ponsarnau se ve «con fuerzas» y «convencido de que lo que estoy haciendo es lo mejor, y debo seguir agarrándome a las cosas que me tengo que agarrar».

Ayer, el único salvavidas al que confiar la supervivencia al naufragio, fue la actuación de los jóvenes, con «Julen (Olaizola) muy bien en defensa» y un «Andrés (Rico) bien en ataque con sus tiros libres». Aunque no se culminó, la remontada llegó cuando nos vimos «sin alma» y «sin agua, perdidos», después de que a los hombres llamados a liderar al equipo se vieran atropellados por el lastre de «responsabilidad de la situación», tras un primer cuarto en el que «la mentalidad fue buena», aunque la «necesidad» de ganar los atenazó y «llegamos tarde a todas las situaciones», lo que desencadenó en un segundo cuarto en el que «concedimos muchos regalos».

Tras el descanso, «hemos movido las defensas y nos ha dado éxito. Igual debemos intentar estas cosas y arriesgar antes». «Este es el camino», aventuró Ponsarnau.