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Neymar, desencadenado para el tramo final
jornada 29

Neymar, desencadenado para el tramo final

Lleva un mes de exhibiciones entre el Barça y Brasil, ha afirmado que disfruta del «mejor momento» de su carrera y tiene el apoyo de Messi para asumir más responsabilidades

p. ríos

Viernes, 31 de marzo 2017, 03:24

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Neymar se fue a Brasil en el mejor momento desde que llegó al Barça en 2013, según reveló tras su portentosa actuación el día de la maravillosa remontada al PSG (6-1), y vuelve de su país en el cénit de su carrera, tal y como proclamó entre las dos exhibiciones protagonizadas en Uruguay (1-4) y ante Paraguay (3-0), con dos golazos antológicos, uno en cada partido. «No me refiero a los números, sino al fútbol», matizó el crack, cuyo último partido con el Barça (4-2 al Valencia) también fue espectacular.

Más maduro, con 25 años, en la cabeza de Neymar parece haberse activado ese interruptor que le invita ya a atreverse con todo, incluso a pelear por un Balón de Oro de cuyo pódium cayó en la pasada edición de 2016 en beneficio de Griezmann, tras ser el de Bronce en 2015. Sentirse liberado en su país tras la conquista del oro olímpico, creerse por fin el papel de líder de Brasil y ser el protagonista de la clasificación matemática para el Mundial de Rusia 2018, todo eso le ha dado una fortaleza mental que ya lleva meses trasladando al Barça. Ha ido a más esta temporada, compartiendo responsabilidades con Messi y Luis Suárez, a quienes considera «dos grandes amigos». Con humildad, pero creciendo cada día, pidiendo el lanzamiento de algunos penaltis o faltas a Messi. El argentino parece encantado con ese paso al frente que ha dado el brasileño, necesario para descargarle de tanta presión.

«Messi me ayudó mucho en mis inicios en el Barça, cuando yo tuve dificultades. Lo ha hecho durante estos cuatro años. Un tío como él que ni sabe cuántos Balones de Oro ha ganado se me acercó y me dijo que estuviera tranquilo, que hiciera mi fútbol, que todo iría bien. Por respeto uno no se atreve a decirle según qué cosas a tu ídolo, pero él me lo puso todo muy fácil». La confesión de Neymar, antes de enfrentarse a Paraguay, parecía un punto y aparte con el visto bueno de Messi, que le habría motivado para volar en el Barça y reclamar la corona si la merece. Ha sido el delfín de Leo, pero ha llegado su momento. Messi, con contrato hasta 2018, todavía no ha renovado. Algo que no se puede olvidar en este contexto. «No quiero competir con nadie por el Balón de Oro, solo compito conmigo mismo para mejorar cada día», ha dicho con acierto.

El barcelonismo admira a Neymar y valora su carácter para intentarlo una y otra vez en las circunstancias más desfavorables, sin protección arbitral debido a la campaña mediática que le ha señalado como 'piscinero' y cosido a faltas en cada partido. Pero quiere verle resolviendo más partidos importantes, como hizo ante el PSG. Para ser el número 1 no basta con ser brillante, hay que ser decisivo, como Messi durante tantos años.

Esta temporada, además, se ha visto al Neymar más sacrificado tácticamente, ayudando a Alba en defensa en muchos partidos en los que el 4-3-3 se ha convertido en un 4-4-2 en la retaguardia. Messi y Luis Suárez han apreciado ese esfuerzo más que nadie. Llega el tramo final en todas las competiciones y se intuye un vendaval Neymar que debería comenzar a soplar este domingo en Granada, donde Messi no podrá jugar por sanción.

Siempre estará señalado por la opinión pública por las secuelas judiciales de ese fichaje mal cocinado por el Barcelona, sí, pero con la evidencia de pagar el hecho de no haber acabado en el Madrid presidido por Florentino Pérez, que se encaprichó de él cuando estaba en el Santos. Salió corriendo cuando vio las cuentas de la operación. Nunca perdonará que acabara en el Barça. Y lleva mal que triunfe de azulgrana. Dicen que Neymar lo sabe. Y que le motiva.

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