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Riazor medirá la euforia y resaca del Barça en su semana grande
27ª jornada

Riazor medirá la euforia y resaca del Barça en su semana grande

El equipo de Luis Enrique puede lograr la mayor diferencia de la Liga sobre el Real Madrid pese a haber descansado un día menos tras su proeza de Champions

Ignacio Tylko

Sábado, 11 de marzo 2017, 00:19

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Eufóricos por su histórica remontada en la Champions ante un PSG que cayó preso de un ataque de pánico en el Camp Nou, y encima se vio muy perjudicado por el colegiado alemán Deniz Aytekin, los azulgrana deberían prolongar su subidón anímico para completar este domingo su semana grande en Riazor y meterle todavía más presión a un Real Madrid que va a disfrutar de un día más de descanso.

Si el equipo de Luis Enrique se impone al Deportivo, al menos durante cuatro horas y media conseguiría su diferencia más amplia de la temporada al frente de clasificación. Los culés se situarían con cuatro puntos de ventaja sobre el Real Madrid, que se mide en el Santiago Bernabéu al Betis y aún tendría que disputar su partido aplazado en Balaídos, todavía sin fecha determinada porque el Celta del Toto Berizzo sigue vivo en Europa y no hay días libres en el calendario próximo.

Sin embargo, el choque ante los gallegos tiene su miga y puede ser trampa para el Barça. Después de jornadas duras de Champions y de celebraciones, cuesta física y mentalmente centrarse en lo que toca. Por mucho que Luis Enrique trabaje el aspecto psicológico con sus jugadores y lleve a cabo numerosas rotaciones, existe riesgo de que los culés caigan en la relajación y la autocomplacencia.

El Barça jugó el miércoles, sus jugadores festejaron el 6-1 a los franceses como su épico triunfo lo merecía, realizaron una suave sesión de recuperación el jueves, disfrutaron de día libre este viernes y volverán al trabajo el sábado, a las 16:00 horas. Habrá que ver como están Neymar, que dio rienda suelta a su alegría tras su descollante actuación ante el PSG, Messi y Luis Suárez, quienes acabaron tan reventados el choque europeo que ni salieron a entrenar el jueves y se quedaron en el gimnasio. Se supone que estarán en condiciones el domingo.

Buena parte de la plantilla azulgrana aprovechó el asueto para acudir a la fiesta que organizó Busquets por el cumpleaños de su hijo y sólo harán una sesión antes de enfrentarse a un Deportivo que tampoco estará muy fresco porque también el miércoles jugó, en su caso el encuentro de Liga que tenía aplazado ante el Betis. No es muy brillante su juego, pero los coruñeses se han revitalizado desde que Pepe Mel sustituyó en su banquillo a Gaizka Garitano.

Liberación mental

El veterano técnico madrileño ha liberado a sus hombres, que en los tres últimos partidos empataron en casa frente al Atlético y el Betis y recibieron una enorme dosis de oxígeno al imponerse al Sporting en el duelo directo por la permanencia celebrado en El Molinón. Pero el Deportivo es decimoséptimo aún en la tabla y no puede relajarse porque está sólo cinco puntos por encima del descenso.

Favorito ahora en muchas de las apuestas para Liga y Champions, el Barcelona ha sufrido la catarsis de los ganadores y ha resurgido en sólo tres semanas. Parecía un equipo muerto cuando fue goleado en el Parque de los Príncipes y luego ganó, de penalti y al final, al Leganés. Experimentó ya una ligera mejoría con su victoria en el Calderón y parece que el anuncio de Luis Enrique de que no seguirá el curso próximo en el banquillo, ha distendido al grupo, feliz también por la renovación de Rakitic hasta 2021, con una cláusula de rescisión que asciende a 125 millones.

Cuando el asturiano dijo que se iría este verano tras el partido ante el Sporting, las cuentas pendientes desaparecieron y el foco se centró en unos jugadores que pasaron de sentirse acreedores del técnico a deudores. La forma en la que Messi celebró subido a la valla de publicidad y junto al público el gol inolvidable de Sergi Roberto y su emotivo abrazo a Luis Enrique demuestran el compromiso del argentino con el club y hace que los escépticos sean más optimistas sobre su renovación.

Una final con rotaciones

Mientras, el Real Madrid de Zidane, cuyo nivel como técnico cada día está un poco más cuestionado, afronta una final ante el Betis. La cita de su gran rival comenzará a las 16:15 horas, en primera sesión de tarde, y los blancos jugarán a las 20:45, en la última franja que fijan LaLiga y los operadores de televisión para los domingos. Tanto revuelo ha organizado el Barça con su remontada, que el 1-3 cosechado el martes por los merengues en Nápoles parece mucho más lejano en el tiempo.

Frente a un enemigo mejorado con Víctor Sánchez del Amo, un exmadridista de toda la vida, en su banquillo, y bastante tranquilo al superar en nueve puntos al Granada, el equipo que marca el descenso, el Madrid debe de dar un golpe de autoridad. De cara sus exigentes afición y crítica, ya no le vale sólo con ganar. Debe de mejorar su juego, defenderse con el balón, estar más junto y gobernar el centro del campo. Sin Gareth Bale, sancionado, y con la lógica fatiga del choque de San Paolo, se prevén rotaciones.

Ocho cambios hizo el técnico marsellés ante el Eibar respecto a Las Palmas y cinco sustituciones frente el Nápoles tras ganar en Ipurua. La nómina de jugadores dispuestos a colaborar es enorme y tipos como Isco, Morata, James Rodríguez, Lucas Vázquez y Marco Asensió golpean las puertas de la titularidad. Llama la atención la situación de Casemiro y de Cristiano, dos titulares indiscutibles para Zidane, pero apercibidos de sanción. Si vieran una tarjeta amarilla, serían baja para la difícil salida a Bilbao del 18 de marzo. Por ello, es probable que roten y se reserven para San Mamés.

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