Jon Izagirre brilla como clasicómano

De hecho, la actuación del ormaiztegiarra ha sido la segunda mejor firmada por un ciclista euskaldun en toda la historia de la trilogía de las Ardenas. Fue séptimo en la 'clásica de la cerveza' -el mejor puesto de un corredor vasco-, duodécimo en la cima de Huy y quinto en la 'Decana'. Una hoja de servicios que solo la supera David Etxebarria, cuando el de Abadiño encadenó tres top 10: octavo en la meta de Valkenburg, cuarto en Huy y sexto en Ans.

El vizcaíno es el corredor vasco con mejor palmarés en las Ardenas. Sus dos podios llegaron en Lieja. Con el maillot de la Once fue segundo en 2010, cuando claudicó ante Paolo Bettini en un sprint que realizó agarrando el manillar por las manetas. Un año después, ya con Euskaltel-Euskadi, fue tercero tras Oscar Camenzind y Davide Rebellin. Ese año fue quinto en la Flecha Valona pero no corrió la Amstel Gold Race.

La carrera holandesa es la que, por varios motivos, menos tradición ha tenido en el ciclismo estatal. Primero, porque 'solo' ha conocido 52 ediciones, por 81 de la Flecha y 103 de la Lieja. Pero también porque al principio constaba de un trazado menos exigente que en la actualidad -lo que menguaba las características del ciclista estatal, por lo general más escalador-; hasta que en 1989 fue incluida en la Copa del Mundo no contaba con tanto tirón por estos lares; y, además, hasta 2002 se disputaba una semana después de la Lieja, con lo que muchos corredores centraban su incursión en las clásicas a las dos pruebas belgas.

Coincidencia con la Vuelta

Echar la mirada atrás conlleva otra reflexión. Porque, con sus características y el palmarés que atesoraron, ¿cómo es posible que Txomin Perurena o Miguel Mari Lasa no brillaran en estas carreras? En gran parte porque coincidían con la Vuelta a España, que se corría tras la Vuelta al País Vasco, entre abril y mayo, hasta que en 1995 pasó a setiembre.

De hecho, el primer puesto entre los diez primeros en alguna de estas carreras lo protagonizó Luis Otaño, que en 1961 fue octavo en la Lieja-Bastoña-Lieja, tras pelear por la cuarta plaza a 42 segundos de Rik Van Looy. Hubo que esperar casi tres décadas para que el errenteriarra tuviera un sucesor, Miguel Indurain, décimo en 1989.

Al de Villava le faltó velocidad para ganar la Lieja que más cerca tuvo, la de 1991. Fue la cuarta de Moreno Argentin, que batió al sprint al ídolo local, Claude Criquielion, al danés Rolf Sörensen -compañero del italiano en un Ariostea casi invencible- y a Indurain, que cerró el cuarteto que se jugó el triunfo. Marino Lejarreta cedió y fue séptimo.

El cuarto puesto de Indurain solo lo superan los podios citados de David Etxebarria y el de Iban Mayo, segundo en 2003 a 12 segundos de Tyler Hamilton. En su segunda campaña profesional, fue cuarto el malogrado Michele Scarponi.

La Amstel Gold Race se estrenó en 1966 y durante 21 años solo un corredor vasco la acabó. Fue el llorado Santi Lazcano en 1973, cuando el errezildarra fue décimo, un éxito en la época. Ganó un tal Eddy Merckx con más de tres minutos de ventaja. Hasta que Miguel Indurain fue 19º en 1990, la meta holandesa no conoció más vascos que el azkoitiarra Jesus Aranbarri (69º en 1987) y Jokin Mujika (76º en 1989).

El dato denota el mérito del séptimo puesto de Jon Izagirre hace dos domingos. Solo David Etxebarria (8º en 2005) e Igor Astarloa (10º en 2003) conocieron también el top 10.

La Flecha, territorio fértil

La carrera más corta de las tres, la Flecha Valona, es la que más éxitos vascos ha conocido, incluida la victoria de Igor Astarloa sobre Aitor Osa en 2003, con Unai Etxebarria cuarto. El durangarra nacido en Venezuela había sido segundo en 2002.

Este año Jon Izagirre ha brillado a gran nivel. «Estoy muy contento, pero ya pienso en la Vuelta a Romandía», dijo el guipuzcoano el domingo. Su director en la ronda que hoy arranca, Tristan Hoffman, confía en que «Jon esté en el top 3 final de la clasificación general». En las Ardenas demostró tener piernas para ello.