«Las instituciones nos impusieron una fusión que fue bastante desagradable»

Con Jaime Ugarte, el equipo lo componían «José Mari Eceiza en las relaciones exteriores y José Luis Arrieta en la dirección técnica. Los hermanos Ayestarán, uno estaba en salidas y otro en llegadas, con el apoyo de Paulino Betelu. Enrique Erentxun era el director de carrera, después de Juanjo Garayalde, que lo fue en las primeras ediciones. Antón Elorza actuaba de relaciones públicas. Y mi hermano Fernando con la prensa».

Entre las condecoraciones está el Tambor de Oro de Donostia, en el que fue protagonista Mila, la mujer de Iñaki Lete, otro miembro del equipo que murió en accidente. «Sí, tengo el orgullo de poseer la insignia de oro del Tambor de Donostia, con réplicas que también guardan mis compañeros. Era un premio colectivo para los que llevamos adelante tantas ediciones de la Clásica. El tambor está depositado en El Diario Vasco, cabeza visible de la organización. También tenemos la insignia de oro y brillantes de la ciudad por la salida del Tour del 92».

«Me queda la satisfacción de haber hecho las cosas bien y ahí están los resultados. Siempre he dicho que la nuestra es la mejor afición del mundo, por eso te queda el buen poso de haberles ofrecido lo mejor para que disfrutaran. Ahora todo sigue en las mismas trazas que dejamos. Por muchos años», recalca.